«El día en que cumplía nueve años de edad fue cuando encontraron muerto a mi padre»

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Felipe Alfocab, hijo de una victima de «falsos positivos» en una manifestación contra el Gobierno de Duque
Felipe Alfocab, hijo de una victima de «falsos positivos» en una manifestación contra el Gobierno de Duque HECTOR ESTEPA

César Felipe Alfocab, hijo de una de las víctimas de falsos positivos, incluye su demanda en las protestas en las calles de Bogotá

30 dic 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Los casos de «falsos positivos» están también muy presentes en las reivindicaciones de quienes protestan estos días en las calles de Colombia contra el Gobierno de Iván Duque desde el 21 de noviembre. Piden justicia para las víctimas y el fin de los asesinatos de líderes sociales en el ámbito rural de Colombia. Entre los manifestantes se encuentra César Felipe Alfocab, un joven universitario, pancarta en alto. «Mientras existan maestros de pie, no habrá pueblos de rodillas», reza el cartel que exhibe en las calles de Bogotá. 

Pero su dolor es mucho más profundo. «Mi papá es un falso positivo», confiesa iniciada la conversación. «A él lo cogieron, lo secuestraron, desapareció diez días y cuando lo encontraron muerto le habían dado presentado como si se tratara de un guerrillero», explica. «Le habían colocado unas botas y un revólver, le habían disparado en la cabeza, y lo habían acusado de ser un extorsionista», apunta el joven.

César Felipe es natural del departamento de Casanare, a unos 300 kilómetros de la capital y muy afectado en el pasado por el conflicto armado colombiano.

«El día en que cumplía seis años de edad fue cuando a mi papá lo encontraron muerto. Eso es un dolor grandísimo. Y aunque el Gobierno de Álvaro Uribe no quiera reconocerlo, el daño que ha provocado a las familias es grande. Por eso reclamamos justicia y derechos, nos lo merecemos», reclama el estudiante.

«Las familias de las víctimas reclamamos justicia y derechos, nos lo merecemos» La muerte de su padre, dice, afectó «psicológicamente, moralmente, y económicamente» tanto a él, como a su madre y a su hermano. El joven vive ahora en Bogotá. Trabaja para pagarse los estudios, ya que su madre no gana lo suficiente como para pagarle la universidad. «Es muy difícil. Uno no conoce y le toca a la deriva, buscar empleo. La ciudad es demasiado grande. Y si uno va a una entrevista, hasta para el pasaje el bus, que es caro. Pero sigo en la lucha, buscando trabajo y oportunidades», señala.

«Al presidente Iván Duque le pedimos Justicia», reclama César Felipe, mientras se aleja caminando con sus amigos.

El campo colombiano ha sido el ámbito más afectado por la violencia del conflicto armado y los falsos positivos. Pero esos casos también se han dado en ciudades. Colombia supo del asesinato de civiles que después eran presentados como guerrilleros tras la denuncia, en 2008, de las ‘madres de Soacha’, un colectivo de mujeres de esa zona de la capital que levantaron la voz contra el asesinato de, al menos, 19 jóvenes entre el 2006 y el 2009.