Bruselas y Londres se preparan para una nueva prórroga con la pesca como escollo

juan francisco alonso LONDRES / E. LA VOZ, COLPISA

INTERNACIONAL

OLIVIER HOSLET

Las negociaciones del «brexit» prosiguen y superan otra fecha límite

21 dic 2020 . Actualizado a las 09:50 h.

Pese a su escaso peso económico para el Reino Unido, la pesca parece ser ya oficialmente el último obstáculo para que ambas partes acuerden relación futura tras la materialización definitiva del brexit esta Nochevieja. Esta fue la razón por la cual los negociadores británicos y europeos no pusieron fin a las conversaciones, ni cumplieron otro plazo impuesto para el acuerdo, en este caso el que marcó el Parlamento Europeo.

«En este momento crucial para las negociaciones entre la UE y el Reino Unido seguimos trabajando con David Frost (jefe negociador británico) y su equipo. La UE sigue comprometida con un acuerdo justo, recíproco y equilibrado. Respetamos la soberanía del Reino Unido y esperamos lo mismo. Ambos debemos tener el derecho de fijar nuestras leyes y controlar nuestras aguas y ser capaces de actuar cuando nuestros intereses están en juego», escribió en Twitter el representante comunitario, Michel Barnier, dejando entrever que las conversaciones proseguirán y que el ultimátum fijado por los eurodiputados sería de nuevo papel mojado.

El jueves pasado, los líderes de los grupos parlamentarios de la Eurocámara fijaron la medianoche de ayer como el momento límite para contar con un pacto, ya que si se retrasa más, el Parlamento no dispondría de suficiente tiempo para hacer el escrutinio del texto previo a su ratificación. Pero todo apunta a que las conversaciones seguirán y la nueva fecha que se baraja es el 31 de diciembre. Los negociadores creen que aún hay margen para un pacto, aunque sea en el último segundo, que evite una salida abrupta de Reino Unido de la UE que ninguna de las dos partes desea. Pero no son optimistas. Voces de los dos parlamentos, en Londres y en Bruselas, advierten de que rechazarán una ratificación en un día.

El ambiente es pesimista porque en Downing Street se ha endurecido la convicción de que el presidente francés, Emmanuel Macron, se siente cómodo con la marcha sin acuerdo, convencido, según el grupo en torno a Boris Johnson, de que el daño para la economía y la política británicas será de tal profundidad que Reino Unido regresaría a la mesa de negociación en la primavera.

Medios británicos e irlandeses describen tensión entre Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión, a quien se le achaca una mayor flexibilidad para llegar al acuerdo, y su jefe negociador, Michel Barnier, que tendría una posición más rígida y cercana a la de Macron. La conversión de la pesca como el principal obstáculo final ayuda a encajar las piezas de esa hipótesis, que quizás encaja demasiado bien con viejos prejuicios.

Londres insiste en pedirle a los Veintisiete que su flota le entregue el 60 % de lo que capture en sus aguas, lo cual equivaldría a unos 390 millones de euros al año. Por su parte, la UE ha puesto sobre la mesa entregarle el 25 %; es decir 162 millones. 

Trastornos en enero

Otro foco de atención se dirige ahora a los trastornos en enero. Los británicos que viajen a países miembros de la Unión tendrán que adquirir un seguro para la cobertura sanitaria o una carta verde para su vehículo. Los españoles podrán entrar en el Reino Unido con el DNI al menos hasta el 21 de octubre del 2021, pero también necesitarán un seguro sanitario y también una carta verde de su vehículo. Unos y otros tendrán que prestar atención a las normas en relación con la pandemia.

A falta de siete días laborables para los cambios, hay cuestiones sin respuesta. Cuál será la regulación del movimiento de datos, por ejemplo. Reino Unido tiene que poner en funcionamiento coordinado siete sistemas informáticos en sus fronteras comerciales, algunos nuevos como el registro de camiones para circular por la región fronteriza de Kent. Un comité de la Cámara de los Comunes reconoció el sábado la extraordinaria complejidad del trabajo de la administración para que todo esté a punto el 1 de enero, pero también expresó dudas sobre la capacidad de las empresas para operar con los nuevos formatos, por el corto plazo que han tenido. Y aún no saben qué sistemas serán necesarios y cuáles no.