El Parlamento británico aprobó el acuerdo de divorcio de manera exprés por 521 votos frente a 73
31 dic 2020 . Actualizado a las 08:27 h.El Big Ben, la enorme campana de la torre del reloj del Palacio de Westminster, romperá este jueves el silencio al que está sometida por la restauración que sufre desde el 2017 para un doble adiós. Primero sonará a las 23 horas (medianoche en España) para marcar la salida definitiva del país de la UE, tras 47 años de vínculo; y una hora después anunciará la llegada del 2021. Es el único gesto oficial previsto con motivo de la materialización del brexit. Debido al covid-19, se han prohibido aglomeraciones en áreas públicas y no habrá siquiera fuegos artificiales de Nochevieja.
La falta de festejos será compensada por algo que hasta hace unos días parecía imposible: un acuerdo que evitará que la salida del Reino Unido de la UE provoque serios trastornos económicos y de seguridad en ambas orillas del canal de la Mancha. Este miércoles, de manera exprés, el Parlamento de Westminster avaló el tratado que el Gobierno de Boris Johnson forjó en Nochebuena con los Veintisiete, tras nueve meses de tortuosas negociaciones. El texto había sido rubricado por la mañana en Bruselas por los presidentes de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y del Consejo Europeo, Charles Michel, y horas después fue firmado en Londres por el primer ministro.
Tras un debate de apenas cinco horas, la Cámara de los Comunes aprobó por 521 votos frente a 73 el texto, que luego recibió el visto bueno de la Cámara de los Lores; y por la noche llegó a manos de Isabel II, para su firma.
Al iniciar su intervención ante los diputados, Johnson negó que el acuerdo postbrexit suponga una «ruptura». A su juicio, lo que hará será «forjar una nueva y fantástica relación» con sus vecinos europeos «basada en el libre comercio y la cooperación amistosa». El premier no solo vio cómo los tories cerraban filas en torno a él, por primera vez en mucho tiempo, salvo por dos abstenciones; sino que además pudo disfrutar de la revuelta entre los laboristas. Como se preveía, la decisión de su líder, Keir Starmer, de apoyar al Gobierno, pese a no estar satisfecho con el pacto, hizo que decenas de sus parlamentarios rompieran la disciplina partidaria.
En total, 35 de los 200 legisladores laboristas decidieron abstenerse, entre ellos tres miembros de la dirección (Tonia Antoniazzi, Helen Hayes y Florence Eshalomi), quienes posteriormente renunciaron a sus puestos en el equipo de Starmer. El exlíder del partido, el izquierdista Jeremy Corbyn, también se unió a los rebeldes.
La diputada Bell Ribero-Addy, en cambio, no se conformó con la abstención y fue un paso más allá y se sumó a los nacionalistas escoceses, demócratas liberales y unionistas norirlandeses en su rechazo al tratado.
Acusaciones y reproches
El apoyo de Starmer no fue, sin embargo, incondicional y en el debate no dudó en acusar a Johnson de mentirle a los británicos, por no decirles que a partir de mañana deberán enfrentar una «avalancha de controles, burocracia y trámites burocráticos».
En una posterior entrevista a la BBC el premier le salió al paso a estas acusaciones y aseguró: «Habrá cambios y le hemos dejado muy claro a la gente que tiene que prepararse para el 1 de enero, porque las cosas funcionarán de otra manera. Pero desde el punto de vista de los exportadores, por ejemplo, ahora tendrán la ventaja de que solo tendrán un conjunto de formularios que deben completar para exportar a todo el mundo».
Pese al triunfo, Johnson tuvo que soportar desde la oposición y desde sus propias filas la queja de que solo diera al Parlamento un par de horas para poder revisar el texto, de más de mil páginas. Incluso el exsecretario para el brexit de Theresa May, David Davis, denunció que el pacto «tiene problemas»; y por eso vaticinó que en el futuro les conducirá «a decisiones incómodas».
Más de 245.000 españoles tienen ya permiso para seguir viviendo en las islas británicas
246.600. Ese es el número de españoles que han obtenido del Reino Unido el permiso para seguir residiendo en el país tras la materialización definitiva del brexit esta noche. La cifra aparece en las estadísticas del Home Office (Ministerio del Interior), en las que además figura que hasta el 30 de septiembre 4.062.000 de comunitarios se han acogido al settlement scheme (esquema de asentado), que otorga la residencia permanente a aquellos ciudadanos de la UE que lleven más de cinco años residiendo en el país o el permiso para permanecer por cinco más a quienes tengan menos de un lustro.
Los españoles constituyen el quinto grupo comunitario más numeroso en el Reino Unido. Los primeros son los polacos (773.840), seguidos por rumanos (670.600), italianos (401.800) y portugueses (306.350). Inglaterra y Escocia son las regiones británicas donde se han instalado la mayoría de los españoles.
El 83 % de los emigrantes comunitarios residentes en el Reino Unido (3.390.330) son población activa (entre los 18 y los 64 años). El 14 % (578.830) tienen menos de 18 años y apenas el 2 % (92.680) son mayores de 65.
Los ciudadanos comunitarios que aún no se hayan acogido al settlement o el pre-settlement tendrán hasta junio para hacerlo. De lo contrario corren el riesgo de ser deportados.