EE.UU. golpea al EI en el final de una evacuación cada vez más peligrosa
INTERNACIONAL

Ataca con drones a dos de sus líderes en respuesta al atentado de Kabul
29 ago 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Joe Biden prometió «cazar y hacer pagar» a los responsables del atentado del jueves en el aeropuerto de Kabul y su amenaza se convirtió en el asesinato selectivo de un dirigente del brazo afgano del grupo yihadista Estado Islámico (EI). La primera respuesta de EE.UU. llegó en forma de ataque con un avión no tripulado contra un «planificador» de atentados del EI en la provincia de Nangarhar, al este del país. El Pentágono ha anunciado que el dron acabó con la vida de dos supuestos miembros del EI «de alto perfil» según informó el subdirector de Logística del Estado Mayor de EE.UU., el general Hank Taylor, en una rueda de prensa.
Esta operación relámpago hizo encender todas las alarmas de nuevo en el aeródromo ante la posible respuesta del EI en un momento de especial vulnerabilidad para unas tropas extranjeras en pleno repliegue. Hay una «amenaza creíble y específica», señaló el portavoz del Pentágono, John Kirby.
Horas después, el presidente Biden fue aun más preciso y dijo que es «altamente probable» que se produzca otro atentado en Afganistán «en las próximas 24 o 36 horas». Anunció también que ha pedido al Pentágono que tome «todas las medidas posibles» para proteger a los soldados. En el ataque yihadista del jueves fallecieron más de 170 personas, entre ellas 13 marines y 28 combatientes talibanes. Según reveló The New York Times, el suicida se coló entre la multitud con un chaleco de 11 kilos de explosivo pegado al cuerpo y esperó a que llegara su turno para ser registrado por los marines en la puerta de acceso para inmolarse.
El atentado ha supuesto prácticamente el final de la caótica evacuación. Ayer salió el último vuelo británico y solo quedarán vuelos de EE.UU. operando desde Kabul, pero miles y miles de colaboradores se quedarán en tierra. Aún quedan 5.000 soldados estadounidenses que deben ir saliendo para concluir el repliegue el 31. Por primera vez desde la instauración del Emirato los talibanes aseguraron que entraron dentro del perímetro del aeródromo y, vista la estrecha coordinación de los últimos días, parece que serán los encargados de velar por la salida segura de quienes han sido sus enemigos durante dos décadas.
El brazo local del EI se denomina Estado Islámico de Joramsar, el nombre histórico de una región que reivindican como parte de su califato, que incluiría Pakistán. Lo forman yihadistas escindidos de los talibanes, que juraron lealtad al califa, Abu Baker Al Bagdadí, tras la autoproclamación del califato en Siria e Irak en el 2014 y su bastión se encuentra en la provincia de Nangarhar, al este del país. Afganistán se convirtió de esta manera en una «provincia» más del califato junto a Egipto, Libia, Argelia, Pakistán, Yemen y Arabia Saudí.
Con el atentado del jueves quisieron dañar la imagen de seguridad que ofrece el Emirato y sembrar dudas sobre la capacidad de los talibanes de cumplir su promesa de que Afganistán no será base para grupos terroristas que amenacen a Occidente.
Los talibanes ordenan entregar en una semana las armas y bienes públicos
Los talibanes dieron ayer un plazo de una semana a los exfuncionarios del Gobierno depuesto de Kabul para entregar todos los bienes y armas del servicio público, en un nuevo movimiento hacia la consolidación de la nueva Administración de los islamistas y en las vísperas del fin de la retirada de las tropas internacionales.
«Se informa a todos aquellos que tengan medios, armas, municiones y otros bienes del Gobierno para que entreguen los objetos mencionados a los órganos pertinentes del Emirato Islámico en el plazo de una semana», dijo en Twitter el principal portavoz de los talibanes, Zabihulla Mujahid. Exhortó a todos a la entrega dentro de este período para que «no haya necesidad de procesar o dar tratamiento legal a los infractores si son descubiertos», según recoge Efe.
Aunque los talibanes conquistaron el poder el 15 de agosto, sus líderes habían dado la orden a sus combatientes de no entrar a viviendas de funcionarios públicos, ni tomar ninguno de los bienes del Estado hasta que el liderazgo decidiera al respecto.
La llamada a la entrega voluntaria ocurre cuando se espera que los fundamentalistas anuncien la conformación del nuevo Gobierno, que los talibanes esperan tener listo antes del 31 de agosto.