Las seis mil ojivas nucleares de Putin

Luís Pousa Rodríguez
Luís Pousa REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

Lanzamiento de un misil balístico intercontinental Yars durante los ejercicios con fuerzas nucleares realizados por Rusia el pasado 19 de febrero
Lanzamiento de un misil balístico intercontinental Yars durante los ejercicios con fuerzas nucleares realizados por Rusia el pasado 19 de febrero RUSSIAN DEFENCE MINISTRY

Moscú acapara casi la mitad del arsenal atómico mundial, cifrado en 12.700 cabezas, mientras que Washington mantiene el predominio en cuanto a armas desplegadas

02 oct 2022 . Actualizado a las 19:26 h.

Vladimir Putin tiene en sus manos casi la mitad del arsenal nuclear mundial y, en pleno choque con Occidente tras la invasión de Ucrania, ha puesto su potencial atómico «en régimen especial de servicio», lo que se interpreta como un estado de alerta que permitiría tenerlo dispuesto para su uso inmediato. De las 12.700 ojivas que hay en el planeta, Moscú controla 5.977, cifra ligeramente superior a las 5.428 cabezas en poder de Washington. El número y distribución de las armas atómicas es un secreto celosamente guardado por los países, aunque en esto también hay gradaciones: Estados Unidos ha retomado, con el mandato de Joe Biden, la senda de la transparencia y hace públicos sus datos mientras que, en el otro extremo de esa escala de secretismo, del arsenal de Israel y Corea del Norte solo se pueden hacer estimaciones.

Según un informe elaborado por los expertos Hans M. Kristensen y Matt Korda para la Federación de Científicos Americanos (FAS, por sus siglas en inglés), Estados Unidos ha reducido en los últimos años su armamento atómico, mientras que Rusia lo ha reforzado. De la cifra total de ojivas que atesora Moscú hay que descontar las 1.500 ya retiradas y en proceso de desmantelamiento (Washington tiene 1.720 en situación similar). Si también restamos las 2.889 cabezas que forman parte de sus reservas, pero no están desplegadas, el arsenal atómico ruso cuenta con 1.588 ojivas instaladas en misiles balísticos o listas para su uso a bordo de bombarderos, barcos y submarinos. En este terreno, que es donde se mide con más precisión la potencia efectiva de cada Ejército, EE.UU. dispone de 1.644 cabezas nucleares desplegadas.

Según los cálculos de la FAS, publicados antes de la invasión de Ucrania por parte de Rusia, de las más de 12.000 armas atómicas contabilizadas en el mundo, más de 2.000 —pertenecientes a Estados Unidos, Rusia, el Reino Unido y Francia— se encuentran habitualmente en «alerta máxima» y listas para ser utilizadas.

El poderío nuclear ruso y estadounidense no tiene parangón con el resto de países que poseen la bomba atómica. Ni siquiera el Ejército chino maneja cifras similares a las de las dos grandes potencias de la Guerra Fría. Los expertos de la FAS le atribuyen a China 350 ojivas nucleares, un arsenal que no supera en mucho al de los dos países europeos con armamento nuclear: Francia, el único de la UE con este tipo de bombas, posee 290 cabezas, todas ellas desplegadas, y el Reino Unido cuenta con 225.

Ya a mucha distancia se sitúan dos colosos demográficos, como la India y Pakistán, con unas 160 armas atómicas, mientras que Israel, por ahora la única potencia nuclear de Oriente Medio, se estima que posee unas 90 ojivas y Corea del Norte tiene en sus silos unas 20 cabezas. 

Alarma en Occidente

Tras décadas durante las cuales las armas nucleares se esgrimieron a ambos lados del Atlántico como una fuerza puramente disuasoria, ahora crece la preocupación entre las potencias occidentales por las amenazas de Putin de recurrir a su arsenal atómico. En esta línea, la vicepresidenta primera del Gobierno, Nadia Calviño, subrayó que el mandatario ruso «no es muy predecible y tampoco parece tomar las decisiones desde un punto de vista racional». Un temor similar al que expresaron este lunes en la ONU Suecia y Finlandia, que pidieron a los otros países que no ignoren el riesgo que existe de un «uso nuclear real» ante el deterioro de la situación generada por el Kremlin en suelo europeo.

También ha provocado la alarma de la OTAN y la UE el hecho de que Bielorrusia haya aprobado el domingo en referendo una reforma de su Constitución por la que Minsk pierde su tradicional neutralidad nuclear y, en el futuro, podría albergar silos atómicos rusos en su territorio. «Sabemos qué significa eso para Bielorrusia: que Rusia pondrá armas nucleares en este país», denunció este lunes el Alto Representante de la UE para Política Exterior, Josep Borrell, que tildó la consulta de «referendo falso».

Los nervios de Putin

Con más sosiego se toma la bravata atómica de Putin el ex secretario general de la OTAN Javier Solana, que ve al mandatario ruso «inquieto, nervioso y tenso». «No sé si venía ya de antes, o realmente se debe a esta situación, que no sé si esperaba que fuera como está saliendo, lo que ha descompuesto un poco al presidente ruso», aseguró este lunes Solana, que no cree que la amenaza de Putin de usar armas nucleares vaya más allá de las palabras. «La llamada a la utilización del arsenal nuclear es una declaración para despistar y para mirar para otro lado», señaló. «No creo que la amenaza nuclear se acreciente en los próximos días. Me parece que esa declaración es para hacer más ruido que otra cosa, pero no creo que haya ninguna voluntad de utilizar el arsenal nuclear. Sería horroroso», concluyó.