El abrazo de Irina a su perro como único consuelo: la vida después de la masacre rusa

María Hermida
María Hermida REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

Irina Guryanova, que rescata a sus mascotas tras haber perdido a su marido y a su hermano en la matanza de Bucha.
Irina Guryanova, que rescata a sus mascotas tras haber perdido a su marido y a su hermano en la matanza de Bucha. DPA | EUROPAPRESS

Vladyslava pasea por lo que queda de Bucha. Logra abrazarse con su hermana, a la que no veía desde el inicio de la invasión. Irina no tiene tanta suerte. Acaricia a su mascota en un jardín con un cadáver en el suelo

07 abr 2022 . Actualizado a las 11:30 h.

Parece una película, una de esas en las que las imágenes son crudas y ni siquiera hacen falta diálogos para que se sienta el nudo en el estómago. Pero, desafortunadamente, es la realidad. Las imágenes de destrucción en la ciudad de ucraniana Bucha, donde aparecieron asesinados decenas de civiles, no dejan de sucederse. Nada queda en pie. Ni siquiera los ánimos. En medio de esa pesadilla que ha supuesto la ocupación rusa, se cuelan instantes emotivos; abrazos que tienen parte de alegría y mucho de resignación y duelo. 

 Uno de esos instantes los captó la cámara del fotoperiodista Roman Pilipey cuando Vladyslava Liubarets, residente de Bucha, lloraba mientras abraza a su hermana. La reencontró después de mes y medio sin verla, coincidiendo con el inicio de la invasión rusa. Ella paseaba con sus hijos, menores de edad, por la urbe devastada. De repente, esa atmósfera gris, ese horror en el que se han convertido las calles, se ha fundido un poco en ese abrazo con su hermana. 

Vladyslava Liubarets, con la cazadora de color gris, abraza a su hermana, a la que no veía desde el principio de la invasión rusa.
Vladyslava Liubarets, con la cazadora de color gris, abraza a su hermana, a la que no veía desde el principio de la invasión rusa. ROMAN PILIPEY | EFE

Irina Guryanova, otra ciudadana de Bucha, también fue captada por una  cámara cuando estaba en el jardín de su casa, que ya no es tal tras los bombardeos. Ella es la esposa de Serhiy y la hermana de Roman, ambos asesinados con tiros en la cabeza en Bucha. A ella solo le quedan sus mascotas. Así que se abraza a su perro ahora que los rusos se han marchado y las tropas ucranianas han entrado en la urbe. Lo hace en una escena aterradora, en un jardín donde yace un cadáver al fondo.