Severodonetsk se queda sin puentes y enfrenta su capitulación ante Rusia

Pablo Medina REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

Un soldado ucraniano entrega una bandera nacional a una madre cuyo hijo murió en combate en Severodonetsk.
Un soldado ucraniano entrega una bandera nacional a una madre cuyo hijo murió en combate en Severodonetsk. Orlando Barría | EFE

Aún quedan atrapados 15.000 civiles sin posibilidad de evacuación

13 jun 2022 . Actualizado a las 22:30 h.

El día 110 de invasión se le complica a Ucrania. El jefe de la Administración Militar de la región de Lugansk, Serhiy Haidai, anunció que todos los puentes de la ciudad fueron destruidos y que las fuerzas rusas consiguieron expulsar del centro de la ciudad al Ejército ucraniano, permitiendo así el control del 70 % de la urbe por parte de Rusia. «Los combates son tan intensos que la lucha puede durar veinticuatro horas, no ya por una calle, sino por un solo bloque de apartamentos», aseguró el dirigente, que añadió que es imposible evacuar a los 15.000 civiles que aún permanecen atrapados bajo fuego de artillería. Además, se ha imposibilitado el acceso de ayuda humanitaria.

Rusia ahora fija su objetivo en eliminar la última resistencia ucraniana que permanece en la planta química de Azot y en lograr tomar la ciudad para centrarse en Lisichansk, una urbe al sur de la casi tomada Severodonetsk que los rusos valoran por su posición estratégica dada su altura geográfica y por ser la llave que les permitiría cerrar el control sobre la secesionista Lugansk y centrarse en Donetsk, la otra mitad del Dombás. Según reveló un oficial de Estados Unidos a The Washington Post, la toma de ambas ciudades crearía un nuevo frente que dificultaría el acceso de unidades ucranianas al Dombás para su defensa.

Dadas las circunstancias, Ucrania reclamó a través del asesor de la Oficina del presidente de Ucrania, Mijailo Podoliak, al menos mil obuses, quinientos tanques, trescientos sistemas de cohetes de lanzamiento múltiple y 2.000 vehículos blindados para poder hacer frente a la invasión, aunque Rusia advirtió que «es poco probable que esta arma pueda influir de alguna manera en la situación de este conflicto militar. Solo agravará la situación y prolongará el conflicto», según indicó el vice primer ministro Yuri Borisov en un comunicado.

Víctimas y armas prohibidas

Según fuentes de la Policía de Ucrania, en el conflicto ya han muerto 12.000 civiles, de los que la Fiscalía especifica que 290 son niños. Hay además otros 527 infantes heridos. Zelenski se lamentó de estas cifras alegando que «el odio por todo lo ucraniano» es la «fuerza motriz» de Rusia y su presidente, Vladimir Putin, para seguir adelante con la guerra. Apuntó, por otro lado, que ya son 40.000 los soldados rusos caídos en junio, «más que en cualquier otra guerra reciente».

Amnistía Internacional denunció por su parte ayer en el informe «Cualquiera puede morir en cualquier momento» que Rusia es responsable de la muerte de miles de personas en Járkov por el uso de bombas racimo 9N210 y 9N235. Este tipo de municiones tienen poca capacidad de precisión puesto que detonan y liberan otras cargas explosivas que deflagran de forma caótica, causando numerosos daños colaterales.