Los republicanos dejan a McCarthy sin la presidencia de la Cámara de Representantes de EE.UU.

La Voz REDACCIÓN / AGENCIAS

INTERNACIONAL

Kevin McCarthy, este martes, en su escaño de la Cámara de Representantes
Kevin McCarthy, este martes, en su escaño de la Cámara de Representantes JONATHAN ERNST | REUTERS

La división de la bancada conservadora derrota a su propio candidato. Las rondas de votaciones se sucederán hasta que algún aspirante logre 218 apoyos. En caso contrario, la mayoría republicana se verá abocada a presentar un nuevo candidato. La votación ha quedado aplazada hasta este miércoles

04 ene 2023 . Actualizado a las 16:43 h.

Por primera vez en un siglo, el candidato de la mayoría no logró ser elegido este martes presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos. La votación ha quedado aplazada hasta este miércoles después de que el líder de los republicanos, Kevin McCarthy, fracasara en tres votacione sucesivas. 

A pesar de contar en teoría con el respaldo de sus compañeros de partido, Kevin McCarthy vio cómo se frustraba esta noche su tercer intento de hacerse con el codiciado puesto de speaker de la Cámara Baja norteamericana. La causa de su derrota no se debió al voto unánime de los demócratas al congresista Jeffries, sino a la división de la propia bancada conservadora, a la rebelión del ala dura de su partido. Así perdió por tercera vez consecutiva la votación.

A pesar de que los republicanos tienen una mayoría holgada —con 222 de los 435 escaños— en la Cámara de Representantes y de que McCarthy solo necesitaba 218 apoyos para hacerse con la presidencia, un nutrido grupo de congresistas conservadores decidieron no votar al candidato oficial de su partido. En la tercera votación, solo 202 de los 222 miembros republicanos de la Cámara Baja optaron por Kevin McCarthy. Y es que 20 republicanos díscolos votaron por el congresista Jim Jordan, de Ohio, en un claro desafío hacia su líder.

Jeffries, el más votado

El candidato demócrata, Hakeem Jeffries, de Nueva York, obtuvo 212 apoyos de su formación política.

La última vez que se necesitó más de una ronda para elegir al speaker fue hace un siglo. En 1923, el presidente de la Cámara de Representantes fue elegido en una novena votación, mientras que en 1869 se logró tras 60 rondas, un proceso que se alargó durante dos meses.

Tensiones internas

«Tuvimos una reunión intensa», admitió el propio McCarthy al concluir un encuentro previo con sus compañeros de bancada. Varios congresistas republicanos comparecieron antes del pleno ante los medios para confirmar que no iban a apoyar a McCarthy y para reprochar que el candidato a presidir la Cámara pretendiera su «sumisión sin condiciones», en palabras del representante por Florida Matt Gaetz. El congresista californiano Scott Perry aseguró que varios parlamentarios críticos habían sido «amenazados» con ser expulsados de los comités si no votaban a McCarthy. «No aceptaré órdenes de nadie en esta ciudad. Las órdenes las recibo de mi distrito y mis votantes», aseguró Perry.

En juego está la sustitución de la demócrata Nancy Pelosi, quien ha presidido la Cámara Baja en dos períodos (2007-2011 y 2019-2023) y que anunció que deja el liderazgo de la bancada demócrata tras la derrota electoral.

El polémico congresista republicano George Santos, este martes, en los pasillos del Capitolio
El polémico congresista republicano George Santos, este martes, en los pasillos del Capitolio JIM LO SCALZO | EFE

El polémico George Santos

El otro gran protagonista de la jornada fue el republicano George Santos, quien tomó posesión de su cargo como congresista, pese a la investigación en marcha tras haber mentido sobre su experiencia laboral y sus estudios.

Santos ha admitido haber «embellecido» su currículo y ha reconocido que no se graduó en la universidad. Sin embargo, las mentiras descubiertas no solo se refieren a su currículo, sino también a sus vínculos con firmas de Wall Street e incluso a sus creencias religiosas. El primer republicano abiertamente gay en ser elegido para el Congreso de Estados Unidos afirmó ser judío y descendiente de supervivientes del Holocausto, pero en realidad es católico. El político latino, de 34 años, se muestra decidido a cumplir sus dos años de mandato al considerar que no es un «delincuente».