Azerbaiyán lanza una ofensiva sobre el enclave separatista de Nagorno Karabaj

Pablo Medina MADRID / LA VOZ

INTERNACIONAL

Edificio destruido por la artillería azerí en Stepanakert, capital del Nagorno Karabaj.
Edificio destruido por la artillería azerí en Stepanakert, capital del Nagorno Karabaj. SARGSYAN / OC MEDIA HANDOUT | EFE

Armenia declina entrar en guerra y deja a su suerte a sus compatriotas étnicos

28 sep 2023 . Actualizado a las 23:20 h.

Nagorno Karabaj, epicentro de décadas de conflicto entre Armenia y Azerbaiyán, es escenario desde ayer de una nueva ofensiva militar por parte del Ejército azerí tras meses de tensiones y a pesar de los intentos por parte de la comunidad internacional de lograr que ambos países firmen un acuerdo de paz definitivo que ponga fin a una disputa que se retrotrae a la caída de la Unión Soviética.

Iniciativa con pocas esperanzas de sobrevivir para los 120.000 habitantes del enclave secesionista, puesto que el Ministerio de Defensa de Armenia se negaba ayer a prestarles ayuda militar. Esto provocó en la capital, Ereván, llamamientos a un golpe de Estado interno y a choques entre manifestantes y la policía tras la decisión de abandonar a su suerte a sus compatriotas étnicos del Karabaj, que son más del 95 % de la población de un territorio que Azerbaiyán considera como propio.

La ofensiva por tierra apoyada con artillería llegó a alcanzar Stepanakert y se alargó todo el día, capital de la región de mayoría cristiana armenia. Se contabilizaron 25 muertos, entre ellos un niño, según fuentes locales.

El país túrquico de mayoría musulmana justificó su «operación antiterrorista», que marca la que supone la tercera guerra del Karabaj, después de que cuatro soldados y dos civiles azerbaiyanos murieran por la explosión de una mina presuntamente colocada por saboteadores armenios. La primera guerra por el territorio en 1992 dejó 25.000 víctimas mortales, mientras que la segunda, la del 2020, dejó 5.700.

Amenaza de desaparecer

Azerbaiyán propuso condiciones irreales para finalizar las hostilidades. «Para detener las medidas antiterroristas, los grupos armados armenios ilegales deben izar la bandera blanca, entregar todas las armas y el régimen ilegal debe disolverse». Es decir, que la autoproclamada república de Artsaj, que gobierna sobre Nagorno Karabaj y desea unirse a Armenia, debe desaparecer para volver a formar parte del país azerí.

Rusia, encargada de velar por la seguridad de Artsaj desde el 2020, llamó a «cesar inmediatamente las acciones militares y retornar a la senda del arreglo político-diplomático» por parte de María Zajárova, portavoz de Exteriores, sin que esclareciese si las tropas de pacificación desplegadas en la república secesionista permanecerán allí bajo la acusación del primer ministro armenio, Nikol Pashinián, de que no se puede «confiar» en Rusia para asuntos de seguridad. Tanto la UE como Estados Unidos denunciaron las acciones de Azerbaiyán.

Artsaj se convirtió de facto en república tras un referendo en 1991 sin reconocimiento internacional. Desde entonces, busca unirse a Armenia bajo constantes enfrentamientos con Azerbaiyán, que ya ha provocado miles de muertos.

Nagorno Karabaj teme una limpieza étnica después de sufrir ocho meses de hambruna por el bloqueo del corredor de Lachin, por donde entraba el 90 % de los alimentos que consumía la población, según el Ministerio de Exteriores armenio. Además, en la memoria armenia persiste el recuerdo del genocidio sufrido a manos del Imperio otomano (1915-1923) y que la actual Turquía, principal apoyo de Azerbaiyán, nunca ha admitido. Causó entre un millón y dos millones de muertos.