Londres firma un nuevo acuerdo con Ruanda para evitar la ilegalidad de las expulsiones de inmigrantes

La Voz AGENCIAS

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Los ministros de Interior de Reino Unido, James Cleverly, y de Exteriores de Ruanda, Vincent Biruta, durante la firma del nuevo tratado en Kigali.
Los ministros de Interior de Reino Unido, James Cleverly, y de Exteriores de Ruanda, Vincent Biruta, durante la firma del nuevo tratado en Kigali. POOL | REUTERS

El objetivo es legalizar el programa que echó por tierra el Supremo británico, y con ese objetivo el Gobierno de Kigali se compromete a no enviar a los deportados a sus países de origen

05 dic 2023 . Actualizado a las 17:48 h.

Los Gobiernos del Reino Unido y Ruanda han suscrito este martes un nuevo tratado con el que quieren solventar las dudas judiciales sobre el plan de deportaciones de inmigrantes que entren en territorio británico de manera ilegal, dentro del polémico plan de Londres para reducir la inmigración. El objetivo de este pacto, firmado este martes en Kigali por los ministros de Interior británico y ruandés, James Cleverly y Vincent Biruta, es legalizar el programa del Gobierno de Rishi Sunak , después de que el Tribunal Supremo del Reino Unido lo considerase ilegal el pasado noviembre.

«El nuevo tratado que firmamos aborda todas las preocupaciones de los jueces del Tribunal Supremo», aseguró Cleverly en una rueda de prensa.  El jefe de la diplomacia ruandesa también defendió el nuevo tratado «porque creemos que estamos haciendo lo correcto para contribuir a la solución de esta crisis migratoria global».

No ha dado detalles del tratado con Ruanda que posiblemente presentará este miércoles en la Cámara de los Comunes, pero sus colaboradores han adelantado que contendrá el compromiso de que el Gobierno de Kigali no enviará a los expulsados a sus países de origen. El aspecto más destacado en la sentencia del Supremo era el posible incumplimiento de ese principio de la ley internacional sobre refugiados.

El titular ruandés de Exteriores precisó que el nuevo tratado «volverá a enfatizar, de manera vinculante, los compromisos ya existentes que abordan las preocupaciones planteadas en el proceso legal sobre la protección de los solicitantes de asilo».

«También -añadió- veremos la introducción de un nuevo tribunal de apelaciones, que se establecerá conforme a la ley ruandesa y será supervisado por dos copresidentes, uno ruandés y otro procedente de otro país de la Commonwealth (mancomunidad británica de naciones); y un comité de jueces de diversas nacionalidades, que escucharán las apelaciones si se rechace la solicitud de asilo de un solicitante»

El pasado mes, el  Supremo del Reino Unido dictaminó que, a la luz de las evidencias, existe el riesgo de que los demandantes de asilo enviados a Ruanda puedan estar en peligro de ser deportados a sus países de origen.

El fallo supuso un duro varapalo para la política migratoria del Gobierno conservador británico, puesto que el plan de Ruanda -iniciado en abril del 2020, cuando Boris Johnson era primer ministro- era central para atajar el aumento de los botes con migrantes que cruzan el Canal de la Mancha, entre Inglaterra y Francia.

El programa también había contado con el apoyo del Gobierno de Ruanda, que reiteró en varias ocasiones que seguía «comprometido» con su polémico acuerdo con Londres.

Cleverly señaló antes de viajar a Kigali que el Supremo «reconoció que es posible que en el futuro se realicen cambios para abordar las conclusiones a las que llegaron, y eso es lo que nos hemos propuesto hacer», según recogieron medios británicos este martes. «Ruanda se preocupa profundamente por los derechos de los refugiados», añadió.

Desde su llegada al poder en 2000, el presidente de Ruanda, Paul Kagame, ha conseguido el reconocimiento internacional por sus éxitos económicos y la reconstrucción del país tras el genocidio de 1994.

Sin embargo, organizaciones pro derechos humanos han denunciado en numerosas ocasiones detenciones arbitrarias y desapariciones de disidentes a manos de su Gobierno.

Opositores de Ruanda han sido asesinados o han desaparecido por motivos que los críticos han descrito como «políticos».