Macron intenta dar un nuevo impulso a su presidencia con viejas recetas

Asunción Serena PARÍS / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

CHRISTIAN HARTMANN | REUTERS

El presidente anuncia una batería de medidas para  el «rearme cívico» para hacer de los escolares mejores ciudadanos adultos y mejorar la cohesión de  Francia

16 ene 2024 . Actualizado a las 23:18 h.

Emmanuel Macron sorprendió a los franceses cuando nombró al frente del Gobierno al primer ministro más joven que haya tenido la V República, Gabriel Attal, procedente de la izquierda. Y los dejó sin habla cuando le compuso un equipo de ministros con veteranos procedentes de la derecha. Lo que le faltaba al presidente de Francia era explicar a los ciudadanos cuál es el sentido de estas decisiones, cuál es el objetivo que quiere alcanzar con este exótico ejecutivo. Y eso es fue lo que intentó hacer la noche de este martes durante más de dos horas, en una larga conferencia de prensa en la sala de fiestas del palacio del Elíseo, ante 250 periodistas acreditados y millones de franceses frente al televisión. Nada más comenzar dijo que estaba ante las cámaras para «decir de donde venimos y a donde vamos. El combate de los próximos años será hacer una Francia más fuerte y más justa». 

Macron fijó su intervención a las 20.15, hora en la que los franceses se aprestan a cenar frente al televisor para ver las noticias del día, lo que obligó a las cadenas a reorganizar sus programaciones y a acortar los informativos. Un total de seis canales de televisión y numerosas emisoras de radio difundieron en directo las palabras del presidente.

Durante una media hora (en contra de lo que acostumbra se ajustó al tiempo previsto), Macron desgranó toda una batería de iniciativas que el nuevo Gobierno deberá poner en marcha porque «en los próximos meses se van a definir el destino de las próximas generaciones».

Medidas en el ámbito educativo

Comenzó hablando de «rearme cívico» para hacer de los escolares mejores ciudadanos adultos y mejorar la cohesión nacional. Para ello apuesta por el «control de los ordenadores de nuestros hijos», la introducción de la asignatura Historia del Arte en Secundaria y doblar las horas de educación cívica, a lo que se sumará la experimentación del uso del uniforme en el colegio, la celebración de actos de entrega de diplomas y la obligatoriedad de aprender el himno nacional de La Marsellesa, algo que considera «indispensable».

El presidente francés también expresó su deseo de «relanzar la natalidad» con la instauración de nuevas bajas parentales por nacimiento, «más cortas», de seis meses, pero «mejor pagadas», y de un gran plan de lucha contra la infertilidad para el «rearme demográfico» de Francia, aunque no entró en detalles. Según el informe publicado este mismo martes por el Insee, en trece años el nacimiento de niños ha caído un 20 %, lo que para ciertos observadores supone un baby crash frente al baby-boom conocido tras la Segunda Guerra Mundial. 

Y tal y como viene insistiendo en los últimos meses, Macron apostó por el «orden», para lo que anunció una «multiplicación de operaciones» en la lucha contra la droga. Aseguró que se realizará una decena de desmantelamientos de puntos de venta cada semana en todo el territorio. En el plano económico, anunció que la rebaja fiscal de 2.000 millones de euros prevista para las clases medias se retrasa al 2025.

Polémica con la ministra de Educación

Sobre la polémica en la que se ha visto envuelta la nueva ministra de Educación y Deportes, Amélie Oudéa-Castéra, Macron reconoció que su comentario fue «torpe», pero ya se ha disculpado.

El lunes, Oudéa-Castéra fue conminada a explicar por qué sus hijos estaban escolarizados en un colegio privado, a lo que respondió que se debía al supuesto absentismo de los profesores del colegio público al que iba su hijo mayor. Algo que resultó ser falso.

Este martes ante la Asamblea Nacional, la ministra dijo que había querido responder sin esquivar el ataque pero «no debería haberme dejado arrastrar sobre el terreno de la vida privada, ni sentirme obligada a justificarme». Lo cierto es que horas antes se desplazó al colegio público al que había ido su hijo para pedir perdón a sus profesores. De momento, no parece que Macron vaya a dar satisfacción a los que piden su dimisión.