Israel se aferra a la ofensiva sobre Rafah pese a la presión en Múnich
INTERNACIONAL
![El presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier (izquierda), recibe en Berlín al presidente israelí, Isaac Herzog, antes de la Conferencia de Múnich.](https://img.lavdg.com/sc/kc_MWYLBbIf7klQwNrL2xMStFhM=/480x/2024/02/16/00121708112821975732322/Foto/GF17P23F1_20455.jpg)
Rusia buscará reconciliar a Hamás, Fatah y la Yihad Islámica en Moscú
16 feb 2024 . Actualizado a las 21:21 h.Múnich se convirtió el viernes en el centro de la presión a Israel para que no amplíe su ofensiva hacia Rafah, la localidad del sur de Gaza y último refugio de casi un millón y medio de palestinos. Varios dirigentes europeos, sumados a Estados Unidos y algunos árabes, pudieron reunirse con la delegación israelí para insistir en la «agotadora» situación que viven los gazatíes hacinados en el sur de la Franja para frenar una guerra que, en ciertos sectores del Gobierno de Benjamin Netanyahu, supone una oportunidad de colonización.
En una cita con más de cien mandatarios mundiales, el ministro de Exteriores israelí, Israel Katz, inauguró la toma de pulso y alegó, para mal de las negociaciones, que su país «tendrá que lidiar con Rafah porque no podemos dejar a Hamás allí simplemente». En una rueda de prensa, aseguró que Tel Aviv «no tiene intención de deportar a ningún palestino fuera de la Franja de Gaza» porque supondría dañar sus relaciones con Egipto y que la «coordinación» con su socio árabe será la piedra angular sobre la que decidan el futuro de los gazatíes.
Negociar la salida de rehenes
El presidente israelí, Isaac Herzog, y el primer ministro catarí, Mohamed bin Abderramán Al Thani, también se reunieron, aunque la trascendencia del encuentro permaneció en secreto. Igualmente, se presupone que discutieron sobre la liberación de los 134 rehenes que Hamás mantiene secuestrados tras los ataques del 7 de octubre y cuyo intercambio por presos palestinos podría abrir un período de tregua de seis semanas. El lobi de los familiares de los abducidos escribió a Netanyahu antes del encuentro. «Si la iniciativa de El Cairo fracasa, los rehenes serán abandonados para morir. Envíe una delegación a las negociaciones y siga negociando hasta que se llegue a una resolución», rezó un comunicado.
El mes de Ramadán está próximo. Un período en el que el ayuno en una zona tan castigada por el hambre como Gaza se puede convertir en una penitencia mortal. Con todo, el ministro del gabinete de guerra Benny Gantz insistió en que no se pararán los ataques en esta festividad si no se recupera a todos los cautivos. Pero el camino elegido parece ser la guerra. «Si los rehenes no son devueltos expandiremos la guerra a Rafah. Nos estamos preparando para esto, trabajando en colaboración con nuestros socios, incluido Egipto», concretó . Todo ello a pesar de las advertencias del secretario general de la ONU, António Guterres, que alertó que «una ofensiva total contra la ciudad sería devastadora para los civiles palestinos que ya están al borde de la supervivencia». Y a pesar también de las declaraciones del presidente Joe Biden, que desde Washington aseguró que «tiene que haber un alto el fuego temporal para sacar a los rehenes».
La reconciliación en Moscú
Mientras se presiona a Israel en Múnich, en Moscú se empieza a fraguar una reconciliación de las principales fuerzas palestinas para poner punto y final a las discordias internas que han dejado de lado la construcción de un Estado palestino reconocido internacionalmente.
El encuentro se celebrará en principio desde el 29 de este mes hasta el 2 de marzo. «Hemos invitado a todos los representantes palestinos, a todas las fuerzas políticas. Serán de 12 a 14 organizaciones», declaró Mijaíl Bogdánov, viceministro de Exteriores ruso para Oriente Medio y África.
Según informó el Kremlin, a la cita acudirán representantes de grupos islamistas, como Hamás y la Yihad Islámica, y seculares como Fatah, que gobierna de facto en Cisjordania, siendo este tridente el más representativo del grupúsculo de fuerzas convocadas en Rusia.
Fatah será representado en la capital rusa por Azzam al Ahmad, miembro de la ejecutiva de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). Sin embargo, que acuda él y no Mahmud Abás, que preside de facto la Autoridad Nacional Palestina, se ve en Moscú como decepcionante. El titular de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, esperaba más compromiso.