La ONU ve indicios de violencia sexual en el conflicto entre Israel y Palestina
INTERNACIONAL
Su enviada especial ha encontrado bases para pensar que hubo violaciones en los ataques del 7 de octubre, así como tortura sexual con los secuestrados por Hamás y los detenidos en Cisjordania
05 mar 2024 . Actualizado a las 15:05 h.El arma sexual se ha abierto paso en el infierno desatado entre Israel y Palestina, según la enviada especial del secretario general de la ONU para violencia sexual en conflicto, Pramila Pattern, que ha pasado dos semanas y media en la región.
No obstante, no ha sido una investigación, insistió este lunes al presentar su informe a la prensa acreditada ante las Naciones Unidas, sino «una misión de averiguación de hechos» cuyos resultados entregará al secretario general, António Guterres, para que a su vez lo presente al Consejo de Seguridad. «No hemos recogido ninguna evidencia» insistió. «Solo hemos visto material del que se puede inferir lógicamente que los hechos existieron o hay bases razonables para creer que pudieron ocurrir».
Durante las dos semanas y media que ella y su equipo han pasado en Israel y Cisjordania han sostenido 33 reuniones con instituciones israelíes, incluyendo fuerzas militares. Han revisado más de 5.000 fotografías y aproximadamente 50 horas de vídeos de los ataques. También han conducido 34 entrevistas confidenciales que incluían a algunos supervivientes, testigos de los ataques, rehenes liberados, equipos de emergencia y personal sanitario. Entre ellos no había ningún superviviente de violencia sexual, porque las autoridades israelíes les dijeron que «el pequeño número» que está siendo tratado está demasiado traumatizado para hablar.
De todo ello ha concluido que los secuestrados el 7 de octubre han sufrido diferentes actos de «violencia sexual, que incluía violaciones, tortura sexualizada, trato cruel, degradante e inhumano». Además, «hay bases razonables para creer que esa violencia continúa contra los que siguen estando en cautividad», advirtió. En todo caso, la experta de la ONU recordó que habla de estas averiguaciones en términos genéricos y sin revelar detalles, como se debe hacer a la hora de centrarse en las víctimas y supervivientes de violencia sexual.
Durante los ataques coordinados por Hamás el pasado 7 de octubre, la misión de la ONU también ha encontrado bases razonables para creer que la violencia sexual ocurrió en al menos tres ubicaciones: el festival de música Nova y sus alrededores, la carretera 232 por la que huyeron los participantes y el kibutz Re'im. «En la mayoría de estos incidentes las víctimas primero fueron violadas y luego asesinadas. Hubo al menos dos incidentes donde se violaron los cadáveres de mujeres.».
Un mismo patrón
La misión considera que puede haber un patrón común de víctimas, mayormente mujeres, que fueron encontradas parcialmente desnudas y atadas, y finalmente asesinadas con varios disparos. Pero a la vez también desacredita los incidentes de violaciones que más han circulado por las redes sociales y la prensa, en particular los relacionados con el kibutz Kade Azza aunque no limitados al mismo.
En el kibutz Be'eri «al menos dos acusaciones de violencia sexual ampliamente reportadas en los medios eran infundados». Eso incluye el caso «gráficamente publicado» de una mujer embarazada a la que los reportes atribuían haberle abierto las costillas antes de dispararle y apuñalar al feto que llevaba dentro«. Tampoco ha encontrado «ningún patrón discernible de mutilación genital ni en mujeres ni en hombres».
Por último, su misión también visitó Ramala, en la Cisjordania ocupada, donde la propia ONU ha verificado casos de violencia sexual, en este caso perpetrados por soldados israelíes y colonos sobre los detenidos de forma administrativa, otro concepto condenado por las Naciones Unidas. Allí sus interlocutores han elevado su preocupación sobre el tratamiento cruel, inhumano y degradante de los detenidos palestinos, que incluye registros corporales invasivos, amenazas de violaciones, formas prolongadas de nudismo, acoso sexual con amenazas de violaciones, particularmente durante las redadas a domicilio y los controles militares.
«Lo que pasó el 7 de octubre y en los días que siguieron, puede llevar meses o años en emerger, y tal vez no se sepa nunca», concluyó la enviada especial de la ONU a la zona del conflicto bélico. Por su parte, Israel se ha negado a cooperar con la investigación independiente que ha abierto la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos.