La Casa Blanca pide a los periodistas que no se roben los objetos del avión de Joe Biden

Doménico Chiappe MADRID / COLPISA

INTERNACIONAL

El presidente Joe Biden y su esposa, la primera dama Jill Biden, desembarcando del Air Force One el pasado junio.
El presidente Joe Biden y su esposa, la primera dama Jill Biden, desembarcando del Air Force One el pasado junio. Kevin Lamarque | REUTERS

Desaparecen mantas, vasos de chupitos, barajas o platos del área de prensa del Air Force One y la Asociación de Corresponsales envía un correo electrónico para facilitar su devolución «silenciosa»

01 abr 2024 . Actualizado a las 13:48 h.

En el avión presidencial de Joe Biden hay juegos de cartas, chucherías, juegos de cama, vasos, platos con bordes dorados y otros objetos para el uso de los pasajeros. Todo con el emblema del Air Force One y con alma de suvenir. Después de hacer un inventario en el que faltaba incluso las toallas que le dan a los corresponsales, la Casa Blanca exhortó a los periodistas a que dejaran de robar estos artículos. La Asociación de Corresponsales fue tajante: está prohibido sacar cosas de la cabina, dijo a los invitados por la presidencia estadounidense en los vuelos oficiales, en un correo electrónico el mes pasado y que se conoció ayer.

El mensaje decía: «si te llevaste algo por error o sin querer, podemos ayudarte a facilitar su devolución silenciosa», según el medio Politico, que incluso documentó una de esas entregas en una lugar público. En diversos comentarios, los aludidos se defienden al llamar la sustracción como «olvido» o justificándolo con un «es común» o «todo el mundo lo hace».

La mujer detrás del correo electrónico, Kelly O'Donnell, también recomendó a los periodistas que compraran los objetos que les gustaban, y que están a la venta en línea. En la tienda oficial se pueden encontrar chaquetas de aviador por 140 euros y «cajas regalo de lujo del Air Force One» con un vaso de chupito grabado, un cordón, un pin de solapa, una pelota de golf y una toalla por 120 euros. Una taza vale 20 euros; una camiseta, 30, y las mantas, 130, aunque ahora están en oferta a 70. Los que viajan, sin embargo, dicen que lo que aquello no tiene la misma calidad que lo que se encuentra a bordo.

Elegidos bajo estricta supervisión y con el auspicio por sus medios de comunicación, no son muchos los redactores que van junto a los presidentes en Estados Unidos, en un avión con capacidad para una centena de personas, y alguno es célebre por la colección de «recuerdos» que atesora, a veces de épocas de diferentes mandatarios. El suvenir oficial en los últimos años es una caja de dulces M&M, que en este período autografía Biden. Antes de Reagan se regalaban cigarrillos. La advertencia que ha recibido el grupo de corresponsables ha sido calificada de «severa».

Con 370 metros cuadrados, el Air Force One es difícil de vigilar hasta esos extremos. Tiene tres plantas con salón de conferencias, comedor, suite presidencial junto a los mandos, ambulatorio, cocina y espacios para el personal de seguridad y para la prensa, que va en la cola, con 85 teléfonos y conexión para ordenadores. Es un avión militar preparado para resistir ataques y repelerlos. Puede estar en el aire sin parar y repostar en pleno vuelo. A pesar del alto gasto de mantenimiento y personal, los objetos destinados a la prensa parecen haber hecho un hueco en sus finanzas.