Rusia investiga la supuesta implicación de EE.UU. y la OTAN en el atentado de Moscú

Rafael M. Mañueco MOSCÚ / COLPISA

INTERNACIONAL

Crocus City Hall.
Crocus City Hall. Evgenia Novozhenina | REUTERS

Abren una causa penal tras concluir que una empresa ucraniana en la que trabajó un hijo de Joe Biden habría financiado la acción terrorista

10 abr 2024 . Actualizado a las 22:11 h.

El Comité de Instrucción de Rusia (SK en sus siglas en ruso), una estructura desgajada de la Fiscalía General y controlada directamente por el presidente, Vladimir Putin, ha abierto una causa penal en base a los resultados de una investigación «sobre la participación en la financiación de actividades terroristas por parte de altos funcionarios de Estados Unidos y países de la OTAN».

Así lo anunció la portavoz del SK, Svetlana Petrenko. Según sus palabras, las indagaciones arrancaron tras la matanza (145 muertos) perpetrada en el Crocus City Hall de Moscú, el pasado 22 de marzo, y fueron llevadas por diputados de la Duma (Cámara baja del Parlamento ruso) con la participación del filósofo ultranacionalista Alexánder Duguin y del antiguo legislador ucraniano, Andrii Derkach.

Petrenko explicó que los fondos recibidos a través de organizaciones comerciales, en particular a través de la compañía ucraniana de petróleo y gas Burisma Holdings, «se han utilizado en los últimos años para cometer atentados terroristas en Rusia, así como en el extranjero, con el fin de eliminar a políticos y figuras públicas destacadas, además de causar daños de carácter económico». En Burisma Holdings trabajó Hunter Biden, hijo del actual presidente de Estados Unidos, que fue además miembro de la junta directiva entre el 2014 y el 2019.

«Actualmente, los investigadores, junto con los servicios de seguridad y la inteligencia financiera, están comprobando las fuentes de ingresos y otros movimientos de varios millones de dólares estadounidenses, así como la participación de personas específicas entre funcionarios gubernamentales y organizaciones públicas y comerciales de países occidentales», añadió sin especificar nombres concretos.

El Comité de Instrucción ruso tiene también abierta una causa criminal por la presunta implicación de Ucrania en el atentado del Crocus, que fue reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico. Hay ya en prisión preventiva once imputados, entre ellos los cuatro presuntos participantes en el tiroteo, y la mayoría de ellos proceden de Tayikistán. El pasado lunes, el SK anunció que existe una conexión entre estos terroristas y los servicios de inteligencia ucranianos. El día anterior, el Canal Uno emitió un vídeo en el que uno de los arrestados admitió que planeaban huir a Ucrania, en donde supuestamente se les prometió una recompensa por materializar el atentado.

«Acusaciones falsas»

El asesor de Seguridad Nacional del presidente estadounidense, Jake Sullivan, sostiene que las autoridades rusas «saben» que el ataque terrorista en el Crocus fue obra del Estado Islámico y Washington advirtió a tiempo de tal peligro. Según Sullivan, son «completamente falsas las acusaciones sobre la participación de Ucrania y Occidente en el ataque terrorista y avisamos de la inminencia de un atentado, lo demás es ruido».

Burisma Holdings es la mayor empresa privada de petróleo y gas de Ucrania y opera en el mercado energético desde el 2002. Hunter Biden se ocupó allí de cuestiones jurídicas y de representación ante organizaciones internacionales. Su colaboración en la empresa ucraniana es uno de los temas que suelen esgrimir los republicanos en su pugna por desbancar al actual jefe de la Casa Blanca en las elecciones de noviembre, aunque tanto Biden como su hijo niegan haber actuado de forma ilegal.

En declaraciones el diario ruso Védomosti, Dmitri Súslov, subdirector del Centro de Estudios Integrales Europeos e Internacionales de la Escuela Superior de Economía de Moscú, cree que la decisión del Comité de Investigación de Rusia será utilizada por Donald Trump contra los demócratas. A su juicio, «los republicanos ultraconservadores prestarán mucha atención a la mención en la investigación de la empresa Burisma Holdings, en la que trabajó Hunter Biden. No solo exigirán investigaciones adicionales sobre sus transacciones financieras, sino que también seguirán bloqueando la asignación de dinero a Ucrania», argumento que demostraría el interés del Kremlin en agitar la campaña electoral estadounidense a través de las decisiones del SK.

Súslov lo constata señalando que «la Administración Biden, los demócratas en el Congreso y algunos republicanos tradicionales intentarán a su vez aprovechar esta situación para acusar a Rusia de interferir en el proceso político interno de Estados Unidos (...) denunciando al ala derecha del Partido Republicano como agentes de influencia rusa».