Aterriza en Vizcaya el avión medicalizado que ha trasladado a Álex desde Tailandia

LA VOZ REDACCIÓN

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El joven donostiarra ha llegado al aeropuerto de Loiu, en Bilbao, y de allí será trasladado en ambulancia al hospital de Cruces

21 abr 2024 . Actualizado a las 20:08 h.

La pesadilla de Álex, el donostiarra de 36 años que llevaba dos meses ingresado en Tailandia por una pancreatitis aguda, está próxima a su fin. El avión medicalizado enviado por el Gobierno español para repatriarlo desde Tailandia ya ha aterrizado en el aeropuerto de Loiu, en Bilbao, desde donde será trasladado al hospital de Cruces para poder tratarlo en España.

En el avión viajaban también la madre y la cuñada del enfermo, que estaban con él en Tailandia. Y, junto a ellos, un equipo reforzado de 11 profesionales médicos, entre ellos, intensivistas, anestesistas, médicos y enfermeros de vuelo y técnicos sanitarios en aeroevacuaciones, preparados especialmente para este tipo de misiones críticas, según ha explicado la teniente coronel médico Pilar Salvador, jefa de la UMAER, del Ejército del Aire, que ha destacado la complejidad del traslado.

«No podemos permitirnos ningún fallo», insistió la militar antes de emprender el camino a Tailandia, ya que, según ha subrayado, «se trata de una aeroevacuación complicada», aunque siempre ha confiado en las capacidades del equipo médico y militar, que «está muy preparado para poder traer a Álex de vuelta a casa».

Ahora que el avión ha llegado a Bilbao, se procederá a su traslado en ambulancia de Soporte Vital Avanzado (SVA) al Hospital Universitario de Cruces, el más cercano al aeródromo vizcaíno. El vehículo medicalizado está ubicado a pie de pista y cuetnta con el equipo especialista «para recibir la información del estado de Álex en ese mismo momento, de primera mano».

Dos meses ingresado en Tailandia

El joven ya llevaba casi dos meses de ingreso hospitalario, con su vida corriendo grave peligro. Fue concatenando una serie de circunstancias que acabaron por perjudicar gravemente su estado de salud. «Solo hemos pagado, pagado y pagado, y él está empeorando. Está pendiente de un hilo. Hay que repatriarlo urgentemente y tratarlo en España», reclama su mujer, Usoa Martínez. Álex se desplazó con ella al país asiático después de que, antes de viajar, el médico que le atendió en Euskadi le dijera que las molestias que sufría eran debidas a «gases» y que no tenía «nada». 

Según relató su prima y portavoz de la familia, Janire Galas, una vez en el país asiático, adonde la pareja acudió con una póliza de seguros, el hombre comenzó a «sentirse mal», por lo que fue hospitalizado con una «pancreatitis necrotizante de origen biliar a un 30 %».

Transcurrido un mes, explicó Galas, el seguro hizo un primer intento de repatriación a través de una línea aérea regular, acompañado por un médico, aunque el viaje se frustró porque, al ir a embarcar, el piloto no lo permitió debido a que estaba «vomitando», tras lo que ingresó en un segundo hospital, el Samitivej de Bangkok, donde además le detectaron una neumonía entre otras complicaciones.

Paulatinamente, su situación fue «empeorando», hasta que sufrió un «paro cardíaco» que obligó a intubarlo y el hospital empezó a referir una serie de «incongruencias» a la familia que, según Galas, los allegados del enfermo «no entendían». En paralelo, los parientes contactaron con la aseguradora para pedir que fuera repatriado en una ambulancia aérea, a lo que la compañía respondió que esta posibilidad «no se contemplaba en la póliza», a pesar de que, según Galas, en este documento aparece un apartado con la frase «repatriación ilimitada».

Finalmente, ante el «empeoramiento» de la situación, la familia hizo el «esfuerzo» de contratar una ambulancia aérea privada con dos médicos que fueron a Tailandia a ver al enfermo, pero un día antes de la repatriación la aseguradora comunicó la existencia de un «excedido» de la póliza con una factura que «había que pagar». Galas recuerda que, de esta manera, llegado el momento, una hora antes del viaje, la Administración del hospital reclamó un abono de 26.500 euros que faltaban por satisfacer, un pago que obligó a los allegados del enfermo a «endeudarse aún más».

El afectado llegó así «superalterado» al aeropuerto, donde los encargados del segundo intento privado de repatriación le hicieron un chequeo que determinó que necesitaba 30 litros de oxígeno, cuando el informe del hospital reflejaba que precisaba cuatro, por lo que decidieron romper el contrato, no trasladarlo y devolverlo al hospital. Una coyuntura ante la que, la embajada de España les comunicó que «a parte de los visados y los pasaportes no pueden hacer nada», según Galas.

A comienzos de esta semana, la familia de Álex, recibió un informe del hospital que señalaba que la repatriación aún era posible, aunque remarcaba que debería de «volar ya» y que debería hacerlo «lo más rápido que se pueda porque hay riesgo de hemorragia interna severa». El informe advierte asimismo de que la pancreatitis necrotizante ha aumentado «del 30 % al 50 %» y de que «los antibióticos que están usando ya no le hacen nada». Sus allegados indican que «el hospital ha facturado 140.000 euros simplemente para estabilizar» al paciente, pero sin «tocar» una enfermedad que, según refiere este centro, «se tiene que tratar en España».

Finalmente, la petición de ayuda de la familia al Gobierno ha surtido efecto y Álex García está casi ya de vuelta en España gracias a la Unidad Médica de Aeroevacuación del Ejército del Aire desplazada a Tailandia.