Los ultras avisan de que dejarán caer a Netanyahu si acepta el plan de paz

Pablo Medina MADRID / LA VOZ

INTERNACIONAL

Marko Djurica | REUTERS

Las presiones internacionales e internas arrinconan al primer ministro

03 jun 2024 . Actualizado a las 08:12 h.

Benjamin Netanyahu está cada vez más arrinconado. El primer ministro de Israel se debate entre las presiones internacionales y las internas. Entre ellas, las de las familias de los rehenes para que acepte la propuesta de alto el fuego presentada por Joe Biden para poner fin a la guerra en Gaza, y las de sus socios ultranacionalistas para que decline el plan de paz, o de lo contrario dejarán caer al Ejecutivo. Unas 120.000 personas participaron la noche del sábado en Tel Aviv en la mayor protesta contra Netanyahu desde el 7 de octubre para exigir la adhesión de Israel a la iniciativa difundida por Biden y rescatar cuanto antes a los secuestrados. «¡Deben volver!», gritaban familiares de los cautivos.

El presidente Isaac Herzog ha sido el último dirigente de Israel en unirse a las presiones al Ejecutivo de Netanyahu para que acepte la tregua de tres fases, que incluye la liberación de los rehenes en manos de Hamás, la retirada de las tropas de Gaza y el inicio de la reconstrucción del enclave palestino. «Es nuestra obligación inherente traer [a los cautivos] a casa dentro del marco de un acuerdo que preserve los intereses de seguridad del Estado de Israel», indicó Herzog en un comunicado. Paralelamente, el secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos, John Kirby, insistió en una rueda de prensa en que la Casa Blanca tiene «todas las expectativas de que si Hamás acepta la propuesta, entonces Israel dirá que sí». El grupo islamista ya adelantó que valora «positivamente» los términos de la negociación.

Nuevas presiones

Tanto Estados Unidos como la Unión Europea y los principales dirigentes de los Veintisiete han invitado a Netanyahu a aceptar el acuerdo de Biden. El canciller alemán, Olaf Scholz, trasladó ayer personalmente su apoyo a la medida en un llamada telefónica a Netanyahu. «El Gobierno se suma a la llamada de Washington: Hamás debe poner fin de una vez a su actividad asesina y liberar a los rehenes; con la oferta israelí, la perspectiva de poner fin a los combates y a la guerra está ahora al alcance de la mano», dijo la oficina del canciller en una nota posterior a la conversación.

Además, el presidente de los Emiratos Árabes Unidos, Mohammed bin Zayed, y el emir de Catar, Tamim bin Hamad al Thani, discutieron la propuesta y anunciaron su apoyo a todas las «iniciativas y esfuerzos serios» hacia una paz duradera en la región, según la agencia emiratí Wam. Un paso importante contando con que el apoyo del mundo árabe al acuerdo lo abandera Abu Dabi, que normalizó relaciones diplomáticas con Israel al firmar los Acuerdos de Abraham en el 2020, y Doha, que es el mediador de Hamás en las negociaciones del alto el fuego y la liberación de cautivos en las reuniones diplomáticas que se celebran en El Cairo.

En el otro extremo, están los dos partidos ultranacionalistas que sustentan al primer ministro: Sionismo Religioso y Otzma Yehudit. El ministro de Seguridad Nacional, el ultra Itamar Ben Gvir, aseguró que «si el primer ministro pone en marcha este acuerdo bajo las circunstancias publicadas, sería el final de la guerra y la renuncia a destruir a Hamás y Poder Judío [su partido] desmantelaría el Gobierno». El mismo tono empleó el ministro de Finanzas, el ultraortodoxo Bezalel Smotrich, para referirse a Netanyahu: «Le he dejado claro que no formaré parte de un Gobierno que acceda a la propuesta y termine la guerra sin destruir a Hamás».

El Cairo pide que Tel Aviv deje Rafah para que entre la ayuda humanitaria

Mientras se resuelve si Netanyahu acepta o no la propuesta de paz de Biden, las relaciones entre El Cairo y Tel Aviv se tensan por la cuestión de la ayuda humanitaria. Ayer, Egipto pidió que Israel se retire de Rafah a fin de recuperar los envíos de ayuda humanitaria a Gaza, donde la hambruna es una causa de muerte cada vez más habitual.

La televisión estatal egipcia Al Qahera News, cercana a la Inteligencia egipcia, informó de que, tras una reunión en la capital con delegaciones israelíes y estadounidenses, las autoridades de El Cairo trasladaron a Tel Aviv que es necesario «trabajar de inmediato» en la retirada de Israel de Rafah para que puedan entrar 350 camiones de ayuda humanitaria cargados de productos básicos. Son cifras cercanas a la mitad de la ayuda que entraba antes de la guerra, entre 500 y 600 camiones diarios.

Egipto tiene que optar ahora por enviar la ayuda a través del paso de Keren Shalom, cuyo acceso a Gaza es bloqueado por judíos ultraortodoxos a diario. El de Erez, que Israel anunció que abriría, también está bloqueado, y el único punto de acceso normalizado es el muelle artificial construido por Estados Unidos, que actualmente está además en reparaciones debido al temporal. Además, el Ejército de Israel aseguró que más de 1.800 camiones transportaron ayer ayuda a través de Erez y Keren Shalom, pero la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos asegura que desde el 26 de mayo no entra ningún vehículo con ayuda en Gaza. El organismo contabiliza solo los camiones que llenan ellos mismos, mientras que los israelíes pueden entrar medio vacíos tras pasar los controles fronterizos.