Un tercer intento israelí de someter el norte de Gaza deja 40 civiles muertos
INTERNACIONAL
Tel Aviv mata a 21 libaneses en su primer ataque a una aldea cristiana
14 oct 2024 . Actualizado a las 22:59 h.Israel volvió a recordar este lunes a los gazatíes que la guerra en la Franja no ha terminado, por mucho que ahora el Ejército comandado por Benjamin Netanyahu se centre en penetrar el Líbano. Varios ataques en el centro del enclave mataron o hirieron a decenas de palestinos el lunes de madrugada, y mantuvieron abierto el frente con Hamás. Lo peor de los bombardeos se lo llevaron el Hospital de los Mártires de Al Aqsa, donde se encontraron cuatro muertos y al menos 70 heridos; dos escuelas de la ONU en Nuseirat y Yabalia, en las que 26 refugiados perdieron la vida; y un centro de distribución de ayuda, con diez víctimas mortales.
Los supervivientes en el Al Aqsa se lamentaban ante cascotes humeantes e intentaban apagar los incendios. Tel Aviv insistía en que lo que había atacado no era solo un hospital, sino también un centro de mando de Hamás. Esa narrativa —no verificada— repetida hasta la saciedad por Netanyahu resurge después de diez días de cerco en el norte de Gaza, en un tercer intento de someterlo que ya deja más de 340 muertos (40 de ellos se sumaron este lunes).
Allí, en el Líbano, aunque la fiereza de las tropas no flaquea, los milicianos de Hezbolá todavía les plantan cara y el domingo uno de sus drones atacó una base militar. Mató a cuatro soldados de 19 años. «Quiero dejarlo claro: seguiremos atacando sin piedad a los chiíes en todo el Líbano, también en Beirut», sentenció Netanyahu desde la base militar atacada, en el distrito norteño de Haifa.
Entre los más de 200 bombardeos que sufrió en las últimas 48 horas el país de los cedros, uno sobresale especialmente: por primera vez, Israel atacó Aitou, una aldea norteña de mayoría cristiana, y mató a 21 libaneses. Pero fue en el sur donde los misiles hicieron diana cuando alcanzaron al comandante chií Mohamed Kamel, «responsable de la planificación y ejecución de numerosos ataques terroristas». También en el sur, una bomba cayó cerca de un convoy humanitario de la Cruz Roja e hirió al conductor del primer camión.
Hezbolá tampoco flaquea. Este lunes, después de lanzar andanadas de cohetes contra una base naval y un cuartel en el norte de Israel, la milicia chií mostró en un vídeo su amplio arsenal de cohetes y drones. «Nuestras capacidades están mil veces bien», aseguró un hombre con el rostro cubierto.
Palestinos para detonar trampas
Los soldados israelíes encontraron a Mohamed Shubeir, de 17 años, escondido con su familia a principios de marzo, lo detuvieron durante diez días y lo liberaron sin cargos. Durante esa semana lo usaron como escudo humano, aseguró el propio Shubeir a The New York Times. Lo obligaron a caminar esposado por las ruinas vacías de su ciudad natal, Jan Yunis (Gaza), en busca de explosivos colocados por Hamás. Así evitaban que los soldados muriesen.
Una investigación del diario neoyorquino ha descubierto que el caso de Shubeir está lejos de ser una excepción. A lo largo de la guerra, los israelíes han usado regularmente a palestinos capturados en misiones de reconocimiento que ponían en peligro sus vidas, para evitar que los soldados corriesen riesgos. Una práctica ilegal según el derecho israelí y las normas internacionales, que fue aplicada por al menos 11 escuadrones en cinco ciudades.
Netanyahu insiste en que la Finul deje el Líbano y Sánchez dice que no habrá retirada
Después de que un tanque israelí derribase «por accidente» la puerta de una de las bases de la Finul el domingo, Benjamin Netanyahu volvió a pedir este lunes a la ONU que sus cascos azules abandonen el Líbano. «La mejor manera de garantizar la seguridad de los soldados de la Finul es atender la petición de Israel de alejarse temporalmente de la zona de peligro», dijo. Y la comunidad internacional se le echó encima.
A la espera de conocer las deliberaciones del Consejo de Seguridad —que se reunió este lunes por la tarde— sobre el tema, Pedro Sánchez se mostró tajante: «No va a haber retirada de la Finul». Eso garantizó el presidente del Gobierno español durante su intervención en el foro World in Progress Barcelona, al tiempo que pidió que el resto de países imiten a España y dejen de enviar armas a Israel.
Irlanda, Alemania, Australia, Brasil y Nueva Zelanda, entre otros Estados, también condenaron el ataque del domingo. El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, le pidió al dirigente israelí que «deje de culpar» a António Guterres —secretario general de la ONU— por los soldados heridos: «Quiero recordarle a todo el mundo que no es él quien decide sobre la Finul, sino el Consejo de Seguridad».
Mientras Borrell hablaba, un grupo de cascos azules italianos se encontró una serie de «explosivos incendiarios» colocados en la carretera hacia su base operativa.