La partición del Sáhara: un remedio imposible a medio siglo de conflicto

Andrés Rey REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

Macron se comprometió este martes a abrir una Alianza Francesa en el Sáhara Occidental, que reconoce como marroquí.
Macron se comprometió este martes a abrir una Alianza Francesa en el Sáhara Occidental, que reconoce como marroquí. MAP | EFE

La idea del enviado de la ONU no tendrá recorrido, pero ha conseguido el impacto de la comunidad internacional

30 oct 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

La disputa entre Marruecos y el Frente Polisario por el Sáhara Occidental está lejos de resolverse, y la paciencia del enviado especial de la ONU en la región, Staffan de Mistura, se ha agotado. Más concretamente, se terminó la semana pasada, después de meses esperando un plan de Rabat para anexionarse el territorio de tal forma que se mantenga su autonomía. Un plan que no llega. Ahora, con un proceso de paz estancado entre manos, De Mistura ha propuesto partir el Sáhara: el norte sería para Marruecos y el sur se conformaría como un nuevo Estado independiente. Las dos partes implicadas se han cerrado en banda a esa opción.

Antes de explicar su propuesta ante el Consejo de Seguridad, el enviado dedicó un buen rato a explorar esa idea que sugiere Rabat: quedarse con la región, pero respetando la autonomía de su pueblo. Por supuesto, el Frente Polisario —movimiento de liberación nacional saharaui— la rechaza tajantemente, pero De Mistura defendió que ha funcionado en lugares tan distintos como Groenlandia, el Alto Adigio o Escocia. Eso sí, para que funcione hace falta conocer qué propone exactamente Marruecos, más allá de «un plan de tres páginas» expuesto en el 2007. No es suficiente. «Debe explicarse cómo esta opción puede aportar algún tipo de forma digna de autodeterminación para el pueblo del Sáhara», señaló el diplomático italiano.

Marruecos tiró del freno de mano. El lunes respondió que su plan de autonomía no es un punto de partida, sino «de llegada». Primero quiere anexionarse el territorio y ahí es cuando se podrán concretar los detalles, «pero a falta de una implicación seria, clara y explícita de las otras partes [el Polisario], es pronto para hablar de esta cuestión», dijo el ministro de Exteriores marroquí, Naser Burita.

En ese contexto, ante el enrocamiento y las hostilidades constantes de ambos bandos, De Mistura urgió a «avanzar de forma constructiva en un proceso político». Su propuesta de partición probablemente no tendrá mucho recorrido, pero ya ha logrado sus objetivos. «Ha presionado a las partes para avanzar y ha llamado la atención tanto del Consejo de Seguridad como de la comunidad internacional», explica Irene Fernández-Molina, profesora de Relaciones Internacionales de la Universidad de Exeter y experta en el Magreb, a Europa Press. También destaca que «no es una idea sin precedentes ni supernovedosa»; la antigua colonia española ya se partió en 1976 y en el 2002 la ONU planteó nuevamente esa posibilidad.

De Mistura «está recorriendo las mismas etapas que otros antes que él», coincide Isaías Barreñada, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Complutense de Madrid. Él encuentra «poco realista» a estas alturas volver a plantear una opción que ya fue descartada en su día.

España respalda a Marruecos

«España no cambia su posición», trasladaron fuentes del Ministerio de Exteriores. El Gobierno español mantendrá, por tanto, su respaldo al plan de autonomía marroquí como vía para resolver el conflicto. Un respaldo que desbloqueó la crisis diplomática con Rabat, pero que abrió otra nueva con Argelia, principal valedor del Frente Polisario y que denunció que Moncloa lo había «apuñalado por la espalda». La maniobra del Gobierno, acompañada también por Francia, supone un cambio de postura que recuerda que la antigua metrópoli aún tiene poder de decisión sobre el Sáhara Occidental, después de casi 50 años de zozobra y conflicto.