El Ejército sirio consigue frenar a los rebeldes a las afueras de Hama

Pablo Medina MADRID / LA VOZ

INTERNACIONAL

Un niño sujeta un proyectil de mortero sin detonar en Idlib.
Un niño sujeta un proyectil de mortero sin detonar en Idlib. DPA vía Europa Press | EUROPAPRESS

El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos contabiliza ya 704 muertos en una semana de enfrentamientos, 110 de ellos civiles, entre los que se incluye un periodista local

04 dic 2024 . Actualizado a las 20:23 h.

El Ejército leal a Bachar al Asad puso fin este miércoles al expansionismo acelerado de los rebeldes capitaneados por los salafistas de Hayat Tahrir al Sham (HTS) y consiguió ponerles freno en la provincia de Hama, donde chocaron por primera vez después de una semana de conquistas ininterrumpidas por parte de los opositores, cuyo objetivo era la cercana Homs. Las tropas del régimen sirio buscan ahora una contraofensiva con un apoyo todavía laxo por parte de Rusia e Irán, sus valedores.

Según comunicó el Ministerio de Defensa sirio, el Ejército recibió de madrugada «grandes refuerzos militares» en la ciudad de Hama, desde donde combatieron a los rebeldes con la ayuda de la aviación rusa y la del régimen para hacerles retroceder a unos 20 kilómetros de esta, tomando por el camino las localidades de Kafra y Maarshur, que estuvieron brevemente en manos rebeldes. Un comunicado castrense desmintió además que los combatientes de HTS y otros grupos opositores controlen los barrios de Al Sasek y Mazarb, que habían sido dados por invadidos por los rebeldes horas antes.

Las fuerzas de Al Asad se vieron reforzadas por tropas llegadas de Damasco, pero también de algunos alumnos de una academia militar de Alepo, después de romper el cero de HTS y rescatarlos en esa ciudad. Según el diario Akhbarona, hay miembros del Frente Polisario combatiendo con Al Asad entre 500 argelinos «atrapados en Alepo», citando como fuente al embajador de Argel en Siria e informes que sitúan al oficial Haj Hashem, de la Guardia Revolucionaria iraní, como responsable del adiestramiento de estos, así como de su desplazamiento al país.

Golpear desde dentro

Hayat Tahrir al Sham, por su parte, no dio noticias de demasiados logros bélicos. El oficial a cargo de las operaciones, Hasán Abdul Ghani, confirmó «avances» dentro de la provincia de Hama sin especificar qué localidades o puntos estratégicos pasaron a manos rebeldes más allá del presunto incendio del aeropuerto militar para impedir más bombardeos.

Los islamistas se esmeran, sin embargo, en espolear las deserciones dentro de las filas de los fieles al dictador sirio y prometieron perdones y recompensas a cualquiera que deje las armas, si bien no se tiene constancia de la suerte de estos desertores, para los que han desplegado una red de teléfonos a fin de poder asegurarles paso seguro a zonas bajo su control. Además, continuaron también las llamadas a la sublevación en zonas controladas por el régimen.

El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos contabiliza ya 704 muertos en una semana de enfrentamientos. De entre ellos, 110 son civiles. También se cuenta un periodista, Anas al Kharboutli, de la agencia alemana DPA. Estos civiles, según el observatorio, fueron asesinados en su mayoría en zonas de Idlib y Alepo, bajo control rebelde, donde estiman que han sufrido 250 bombardeos rusos y 353 de la aviación leal a Damasco.