Musk pide el voto para la ultraderecha alemana en una charla con la candidata de AfD

Juan Carlos Barrena BERLÍN / COLPISA

INTERNACIONAL

Alice Weidel, en su oficina antes de la entrevista virtual con Musk.
Alice Weidel, en su oficina antes de la entrevista virtual con Musk. Kay Nietfeld | REUTERS

Alice Weidel afirma que Adolf Hitler era «un comunista» y califica a Angela Merkel como «la primera canciller verde»

09 ene 2025 . Actualizado a las 22:45 h.

La conversación este jueves en vivo y directo en X entre el multimillonario Elon Musk y la presidenta de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), Alice Weidel, acabó al cabo de una hora convertida en un descarado acto publicitario a favor del polémico partido, en el que se barajaron datos falsos y mentiras descaradas, además de criticar al actual Gobierno del socialdemócrata Olaf Scholz y a los anteriores de la conservadora Angela Merkel, a los que culparon de la crisis económica que atraviesa este país.

Fue una total coincidencia de opiniones, que ambas partes remarcaron con comentarios y breves intervenciones para subrayar su total consonancia con palabras como «si», «absolutamente de acuerdo» o «correcto». La política energética, la burocracia, la educación, la migración y la libertad de expresión fueron los temas principales del diálogo que se desarrolló en inglés, en el que no hubo ni un solo momento de disenso y que comenzó con una riada de elogios de Musk a Weidel, a la que presentó como la candidata «más popular» y «líder» de los sondeos para la Cancillería.

La líder de AfD no perdió el tiempo y criticó a Merkel, la «primera canciller verde» de Alemania, y la gran coalición de conservadores y socialdemócratas de haber arruinado este país al abrir las fronteras a los refugiados y forzar a los consorcios eléctricos a renunciar a la energía nuclear y apostar por la eólica y solar. «La energía atómica es fantástica», afirmó Musk para corroborar a su invitada en X.

Cifra de emigranes infladas

Weidel arremetió contra la política educativa y explicó a Musk que en las escuelas alemanas solo se enseñan generalmente «estudios de género». «¿Qué?», pregunta Musk. «Sí, de verdad», añade Weidel. «Parece que el virus woke ha infectado Alemania», dijo el multimillonario, que se mostró igual de sorprendido cuando la jefa de AfD afirma que desde el 2015 han entrado en Alemania siete millones de refugiados. «Eso es una locura», le respondió, quien parece desconocer que le están mintiendo y que la cifra real no es ni la mitad. 

La líder ultraderechista quiso marcar distancias entre su partido y el nazismo, y aseguró sin pestañear que Adolf Hitler «era un comunista, un tipo socialista», además de afirmar que «nosotros somos exactamente lo contrario, un partido libertario conservador». AfD es tachada de ultraderechista solo por los medios y círculos políticos verdes y de izquierdas, dijo Weidel, ocultando que su formación es observada permanentemente por los servicios de inteligencia alemanas por sus tendencias antidemocráticas.

La conversación adquirió incluso tintes absurdos cuando Weidel se quejó de la «injerencia exterior» en los comicios alemanes ante un multimillonario estadounidense que lleva semanas interviniendo en la política alemana, ha insultado al presidente federal, Frank Walter Steinmeier, al que ha calificado de «tirano antidemocrático», o a Scholz, al que tachó de loco, a la vez que no pierde ocasión de pedir el voto para la ultraderecha germana.

Una propuesta que volvió a repetir hacia el final de su diálogo con Weidel. , dijo Musk, quien por ese motivo recomienda votar a la AfD. «Solo la AfD puede salvar Alemania, fin de la historia», añadió. No hay nada escandaloso en las posiciones del partido, son simplemente de «sentido común», comentó el multimillonario sobre una formación que exige la salida de Alemania de la Unión Europea, la eurozona y la OTAN, romper las relaciones trasatlánticas y arrimarse a Moscú para crear una comunidad económica que vaya desde Lisboa a Vladivostok.

Seguimiento de la UE

El diálogo entre Musk y Weidel, seguida por unos 200.000 usuarios de X y muy cerca por unos 150 expertos de la Unión Europea con la misión de controlar si su conversación atenta contra la legislación de los Veintisiete en materia electoral. Sobre todo si la plataforma X ofrece condiciones ventajosas a Alternativa para Alemania frente al resto de las formaciones que compiten en las elecciones legislativas en Alemania de finales de febrero próximo. Las pruebas que puedan recabar podrían ser utilizadas en un procedimiento formal de la UE contra la red social X.

Pero también funcionarios jurídicos del aparato administrativo del Bundestag, el Parlamento federal, siguieron de cerca la comparecencia de la copresidenta de AfD y el propietario de X, la automotriz Tesla y la empresa aeroespacial Space X para comprobar que no se produjo un donativo ilegal de campaña para la formación ultraderechista. Promocionar a AfD como hace públicamente Musk con sus declaraciones no es ilegal, mientras no vayan acompañadas de ayudas económicas.

Sin embargo el uso de su red social para la campaña de apoyo al partido antieuropeo y xenófobo alemán podría ser contemplado como una ayuda de carácter económico. La organización no gubernamental alemana LobbyControl señaló en ese sentido que la conversación entre Weidel y Musk ha tenido «una difusión previsiblemente mucho mayor» que las aportaciones de usuarios regulares de X. Por ese motivo «se puede hablar aquí definitivamente de publicidad política, porque la plataforma X normalmente vende este tipo de difusión por mucho dinero», explicó la oenegé.

La legislación alemana considera un donativo a partido político toda publicidad generada por terceros y prohíbe además expresamente toda financiación a un partido alemán procedente del extranjero. El Tribunal Administrativo de Berlín calificó de donativo ilegal una campaña publicitaria del 2016 para el entonces presidente de AfD Jörg Meuthen financiada por la empresa suiza Goal AG durante los comicios regionales en el estado federado de Baden-Württemberg. En base a ese veredicto del 2020, la administración del Bundestag castigó al partido ultraderechista con una jugosa multa que hizo temblar sus finanzas.