En su último discurso a la nación, tras cinco décadas en la política, repasa sus logros y los desafíos que afronta el país
15 ene 2025 . Actualizado a las 22:25 h.Joe Biden abandonará el próximo lunes la presidencia de Estados Unidos. Con su salida, el demócrata pone punto final a una carrera política de más de cinco décadas en las que ha ocupado puestos a lo largo de todo el sistema político estadounidense. El todavía presidente, se iba a dirigir esta madrugada a la nación con un discurso de despedida con el que quiso subrayar los éxitos de su presidencia y los desafíos que afronta el país.
Antes de pasar el testigo a Donald Trump, el discurso de Biden se enmarca en una longeva tradición: no todos los presidentes se han dirigido al país a su salida del poder, pero la mayoría lo ha hecho, empezando por su primer dirigente, George Washington, cuya arenga se imprimió en las páginas del American Daily Advertiser en 1796.
El legado de la presidencia de Joe Biden es agridulce. Su mandato ha servido, hasta cierto punto, para restañar parte del daño que hizo el primer mandato de Donald Trump en cuestiones como la lucha contra el cambio climático —«la única amenaza existencial para la humanidad»— o el propio liderazgo de EE.UU. en el mundo, que él restableció «con el poder de nuestras alianzas».
No ha servido, en cambio, para curar la brecha abierta que separa a los estadounidenses en dos bloques: el país mantiene unas altas tasas de polarización.
Tampoco ha servido para evitar la vuelta de Trump a la Casa Blanca. Aunque el mandato de Biden, según los indicadores económicos, ha supuesto una mejora considerable respecto a la gestión económica del republicano, los ciudadanos nunca han tenido tal percepción. Al mismo tiempo, la negativa del dirigente demócrata a no optar a la reelección y dejar paso a candidatos más jóvenes está íntimamente relacionada con la victoria de Trump.
Mea culpa
En una carta a los estadounidenses difundida este miércoles, reconoció su parte de culpa. En la misiva, explica que «el alma de Estados Unidos» sigue estando en juego, un reconocimiento explícito de que su legado está destinado a acabar ensombrecido por el retorno del magnate neoyorquino. Se muestra también esperanzado ante la capacidad de resistencia de su país que dice «es una idea más fuerte que cualquier ejército y mayor que cualquier océano».
Durante su presidencia, el demócrata sí ha recuperado parte del lustre perdido en la escena internacional. Lideró el apoyo a Ucrania ante la invasión rusa, reabrió los canales diplomáticos con China y encabezó iniciativas como la creación de Aukus, la alianza estratégica militar entre Estados Unidos, Australia y el Reino Unido para mantener la estabilidad y la seguridad para la región del Indopacífico.
Además, logró sacar a su país de la recesión económica que siguió a la pandemia del covid con cierto éxito. Es cierto que EE.UU. sufrió una subida de la inflación que se prolongó hasta el 2023 y que, muy probablemente, le costó las elecciones presidenciales a los demócratas. No es menos cierto, sin embargo, que durante su mandato, Biden puso las bases para que crear más de 16 millones de empleos y dejar al país en una sólida posición económica.
Después de las críticas y burlas recibidas en los dos últimos años a costa de su avanzada edad, Biden se despide de la vida política afirmando que ha sido «el privilegio de su vida» pasar cinco décadas al servicio de su país. «En ningún otro sitio de la Tierra podría un niño tartamudo de orígenes modestos [nacido en] Scranton (Pensilvania) y [criado en] Claymont (Delaware), sentarse un día ante la determinante mesa del despacho oval como presidente de Estados Unidos» escribió el dirigente número 46 del país, a pocos días de jubilarse definitivamente.
La primera dama, Jill Biden, declaró que se va «en paz» pero «decepcionada» por cómo se desarrolló el final de su etapa y la de su marido, en una entrevista en The Washington Post. «Aprendí mucho sobre la naturaleza humana», agregó la primera dama, en referencia a la revuelta interna del Partido Demócrata que tumbó la candidatura presidencial de Biden. Entre las que le han decepcionado citó a Nancy Pelosi, una amiga de hace años.
Rubio apunta hacia China y a que Kiev ceda territorios a Rusia en su audiencia en el Senado
El senador Marco Rubio presentó este miércoles sus prioridades como nominado a secretario de Estado por Donald Trump en su audiencia de confirmación de su cargo en el Senado, que tiene garantizado. Como próximo jefe de la diplomacia de EE.UU. mostró su apoyo a Taiwán y lanzó una advertencia a China. Así señaló que el precio para Pekín de invadir Taiwán «sería demasiado alto». Como senador republicano, Rubio ha sido uno de los más alineados con el apoyo a la isla, que está autogobernada y a la que Pekín considera una provincia rebelde.
Sobre la guerra de Ucrania, el político de origen cubano defendió que no será fácil lograr la paz por lo que pidió a Kiev y Moscú que hagan «concesiones». En este sentido, señaló que «no hay manera de que Rusia invada toda Ucrania», pero también subrayó que «no es realista» pensar que Kiev puede recuperar las fronteras previas a la invasión rusa de febrero del 2022.
Rubio criticó a la Administración Biden porque, a su juicio, ha estado enviando armamento a Ucrania sin «detallar cuál era el objetivo final del conflicto».
En cuanto a Venezuela, Rubio calificó al régimen de Nicolás Maduro de una organización narcotraficante «que se ha empoderado como un estado-nación» y advirtió de la influencia, cada vez mayor, de Irán en Venezuela.