Una ola de frío ártico obliga a Trump a cambiar la jura para dentro del Capitolio

Miquel Pérez MADRID / COLPISA

INTERNACIONAL

Antitrumpistas participan en una marcha popular hacia el monumento en Washington a Lincoln, el presidente unionista y que abolió la esclavitud, dos días antes de que el republicano Donald Trump jure el cargo.
Antitrumpistas participan en una marcha popular hacia el monumento en Washington a Lincoln, el presidente unionista y que abolió la esclavitud, dos días antes de que el republicano Donald Trump jure el cargo. ALLISON DINNER | EFE

El Congreso repartió 220.000 invitaciones y en el pabellón del desfile solo caben 20.000 personas

19 ene 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Decenas de miles de voluntarios trabajan en un cambio de escenario para la jura presidencial en Washington después de que Donald Trump ordenara el viernes trasladar la ceremonia a un espacio cubierto debido a la tormenta de hielo y nieve que azota el estado. Muchos nervios se han desatado en la capital. Ha habido numerosas reuniones de urgencia para planificar cómo cambiar una investidura que había costado preparar meses de esfuerzo.

A nadie le inquietaba demasiado el frío washingtoniano hasta que el presidente electo dio la orden, agobiado por la voracidad de un soplo ártico incompatible con una celebración durante largas horas al aire libre. En cuatro décadas no había sucedido algo así. Lo seguro es que la Policía, los agentes a caballo y los de la Guardia Nacional han respirado de alivio.

Los congresistas reciben desde el viernes cientos de llamadas de los votantes de sus estados agraciados con una entrada para los actos del lunes sin saber qué deben hacer ahora. Trump va a prestar juramento en la Rotonda del Capitolio, un impresionante salón ubicado justo debajo de la gran cúpula del edificio. Ayer estaba ocupado por una legión de operarios montando un escenario a toda velocidad. 

«Entradas conmemorativas»

Existe un problema. En el nuevo ceremonial no cabe todo el mundo. El comité especial del Congreso que se encarga de organizar la ceremonia había repartido 220.000 entradas para los fastos de la investidura, desde la jura al desfile inaugural de la presidencia. Pero no hay forma de meter a todos, así que el comité ha tenido la brillante idea de informar que serán entradas «conmemorativas»; es decir, un recuerdo histórico de lo que pudo ser y no fue.

El desfile, por recomendación de Trump, no se hará en la calle; donde los boletines meteorológicos apuntan que estarán brillantes de hielo y nieve, con seis grados bajo cero en el ambiente y la sensación térmica de -12º. El presidente electo ha dicho que se traslade del National Mall al Capital One Arena, el enorme pabellón cubierto donde el líder republicano ofrece este domingo su «mitin de la victoria». Pero solo tiene capacidad para 20.000 personas.

En la mente del presidente electo hay un problema de tamaño. En el 2017 los medios publicaron que la envergadura de su primera jura presidencial había sido menor a la de Barack Obama. Trump quería ahora unos fastos a lo grandes. Pero el magnate parece haberse convencido de que lo que perderá ahora presencialmente en las calles, lo multiplicará este día 20 de enero en las televisiones las redes sociales. De hecho, se trabaja contra reloj en un guion para que las horas del ceremonial se enfoquen al público catódico. Los primeros datos apuntan a que tendrá una audiencia histórica en Estados Unidos, y en el resto del mundo. Y confía en su amigo, asesor y propietario de X, Elon Musk, para amplificar cada minuto en internet.

En cambio, las fuerzas de seguridad parecen relativamente más calmadas. Trasladar la jura a espacios cerrados contribuirá en favor de la seguridad de un presidente electo que en la campaña electoral fue objeto de un atentado.

¿Y los ciudadanos? Miles de personas pensaron en anular sus viajes a Washington y quedarse en casa. Washington ofrece 35.118 habitaciones de hotel y el 80 % estaban reservadas para la noche del domingo.