EE.UU. y Rusia constatan su lejanía para hablar de paz en Ucrania y celebrar una cumbre entre Trump y Putin

Miguel Pérez MADRID / COLPISA

INTERNACIONAL

Witkoff, Rubio y Waltz frente a la delegación rusa formada por Lavrov y Yuri Ushakov, en una mesa presidida por los anfitriones saudíes.
Witkoff, Rubio y Waltz frente a la delegación rusa formada por Lavrov y Yuri Ushakov, en una mesa presidida por los anfitriones saudíes. Evelyn Hockstein | REUTERS

Tras cinco horas de conversaciones, los dos países admiten la dificultad de un «acercamiento» mutuo, aunque se comprometen a intentar limar sus diferencias y crear sendos equipos para poner fin a la guerra

18 feb 2025 . Actualizado a las 14:10 h.

Rusia y Estados Unidos han constatado el alejamiento de sus criterios para restablecer relaciones y abordar un proceso de paz en Ucrania. «Todavía es difícil hablar de un acercamiento entre las posiciones de Moscú y Washington», ha dicho Yuri Ushakov, asesor en materia internacional del presidente Vladímir Putin, aunque los dos gobiernos se han comprometido a estudiar los «intereses del otro». Ushakov ha señalado que ambas comisiones han analizado la posibilidad de que Donald Trump y Putin se reunan en persona, aunque resulta «improbable» que lo hagan en los próximos días.

Al cabo de cinco horas de reunión, las conclusiones de esta primera ronda de alto nivel son muy difusas. Hasta que los diplomáticos hagan sus declaraciones, lo más diáfano es que Estados Unidos ha dinamitado este martes el aislamiento internacional a Rusia decretado por Occidente hace tres años como consecuencia de la invasión de Ucrania. Si esta ruptura tiene un final feliz o simplemente se ha tratado de un naufragio, se sabrá en los próximos días. Pese a la escasa cosecha de compromisos, los dos países se han conjurado para buscar el modo de limar las diferencias «irritantes» que ahora mismo hacen inviable una relación mutua entre los dos gobiernos. Quizá lo más sobresaliente reside en que Washington y Moscú crearán sendos equipos cualificados para «trabajar en una senda para poner fin a la guerra en Ucrania lo antes posible», según el portavoz del jefe de la diplomacia estadounidense, Marco Rubio. «Expusimos nuestras posiciones de principio, y acordamos que equipos distintos de negociadores se pondrán en contacto sobre este asunto a su debido tiempo», declaró, por su parte, el asesor Ushakov.

La reunión comenzó a las nueve. Las dos delegaciones han hecho una pausa para almorzar de quince minutos y sobre las 11.30 (hora española) han regresado a la sala del palacio Diriyah donde continúan la negociación.

Las primeras reacciones a las conversaciones no se han hecho esperar. El portavoz el Kremlin, Dmitri Peskov, dijo que el mandatario ruso, Vladímir Putin, está también dispuesto a «negociar» con su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski, si «es necesario». Sin embargo, el asesor presidencial de Ucrania, Mijailo Podoliak, ha considerado la negociación como una escenificación «improvisada» que responde a una «renuncia voluntaria y grotesca en favor de un apaciguamiento descorazonador». Ha recordado que esta pasada madrugada el ejército ruso ha bombardeado varias ciudades con una oleada de 176 drones y advertido del riesgo de que hoy se hable sobre una «falsa paz».

El encuentro en Riad rompe ahora con todas las reglas de la anterior Administración americana, en la que el mandatario demócrata congeló toda relación con Moscú y lideró la respuesta internacional contra los invasores, incluido el envío masivo de armas a Kiev para hacer frente a las tropas rusas. Biden capitaneó una coalición de gobiernos occidentales, y fundamentalmente europeos, que ahora se queda huérfana. A la deriva, como demostró este lunes la cumbre de París, donde las principales potencias del Viejo Continente se reunieron para mostrar unidad y respaldo a Kiev, pero terminaron sin un comunicado común y con palpables discrepancias sobre la posibilidad de enviar tropas de paz a la exrepública.

La reunión de este martes en la ciudad árabe supone una disrupción absoluta en los planteamientos aplicados en los últimos tres años sobre el peor conflicto armado conocido en Europa desde la guerra de los Balcanes, que abarcó desde 1991 a 2001 y causó alrededor de 200.000 muertes, y, más allá, la segunda contienda mundial. El cambio más drástico de enfoque procede de lo militar. EE UU se desvía por primera vez de la estrategia de la fuerza y el suministro continuo de armas por el enfoque diplomático.

 

Aunque todavía es muy pronto, dado que este primer encuentro resulta meramente exploratorio de las intenciones de cada uno, algunos expertos afirman que en caso de prosperar quedarán al descubierto asuntos como qué hacer con el aislamiento diplomático y las sanciones económicas a Rusia. Europa es una firme defensora de la resistencia ante Moscú. Su papel en este momento es irrelevante, pero el secretario de Estado Marco Rubio ha adelantado que Bruselas tendrá cabida en las conversaciones si estas se revelan serias. Entonces, la UE tendrá que posicionarse ante Estados Unidos, Rusia y la propia Ucrania en cuestiones tan sensibles como la congelación de fondos rusos o la continuidad de las sanciones a empresas, actividades y jerarcas de ese país, cuya entrada ha sido vetada a los países de la Unión Europea.

De momento, el Kremlin realizó este lunes un gesto hacia su interlocutor al liberar a un estadounidense detenido por tráfico de drogas hace poco más de una semana en el aeropuerto de Moscú. Recientemente, el Gobierno ruso excarceló a un profesor de EE.UU. arrestado en el 2021 por tráfico de marihuana, a cambio de Alexander Vinnik, preso en una cárcel estadounidense por un delito de blanqueo de capitales. A diferencia de este caso, la liberación del lunes se ha producido sin intercambio alguno, de manera incondicional, en una maniobra que el propio portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, enmarca en una incipiente reanudación de las relaciones entre los dos países. Evidentemente, los abogados del ciudadano excarcelado agradecieron este lunes a Trump en un comunicado el «cambio en la estrategia diplomática» de la Casa Blanca.

El presidente estadounidense envió a Riad a todos sus pesos pesados en ingeniería de conflictos internacionales: el secretario de Estado Marco Rubio; el asesor de Seguridad Nacional, Michael Waltz, y el enviado especial a Oriente Medio, Steve Witkoff. A todos ellos les comisionó al principio de su mandato en enero para resolver las dos guerras que prometió solucionar el «primer día» de su mandato: Gaza y Ucrania. Los tres delegados se reunieron este lunes con el príncipe heredero Mohammed bin Salman, que también ayer recibió al ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergei Lavrov.

El comienzo de la reunión ha estado presidido por el país anfitrión, con el príncipe Faisal bin Farhan al-Saud, ministro de Exteriores, y Mosaad bin Mohammad al-Aiban, asesor de Seguridad Nacional, sentados a la mesa. Después de unas palabras de bienvenida, ambos han abandonado la sala para dejar a las dos delegaciones conversando frente a frente.

Volodímir Zelenski reconoce 40.000 muertos y 60.000 desaparecidos en el lado ucraniano, pero los expertos creen que la cifra se queda corta. Moscú guarda silencio sobre sus bajas, que serán también catastróficas. Y ninguno de los dos países da muestras de que en el campo de batalla nada vaya a cambiar en un horizonte cercano. Precisamente, esta es una de las claves a las que se agarra Donald Trump para desactivar la vía militar defendida por su predecesor y los aliados.

 

Lavrov ningunea a Europa antes de su reunión en Riad con Rubio

R. Paíno

Mientras tenía lugar la cumbre de ocho países europeos en París, los jefes de la diplomacia de EE.UU., Marco Rubio, y de Rusia, Serguéi Lavrov, llegaban a Arabia Saudí para su primer contacto directo este martes con el objetivo de poner fin a la guerra en Ucrania sin contar con Europa y, de paso, normalizar las relaciones entre las dos potencias, tras tres años de aislamiento del Kremlin.

Si el vicepresidente estadounidense, J. D. Vance, y el enviado de Trump a Ucrania, Keith Kellogg, ya dejaron claro en la Conferencia de Múnich que Europa no estará en las negociaciones, Moscú hace mucho tiempo que mantiene esa postura con el argumento del incumplimiento hace diez años de los Acuerdos de Minsk por parte de Kiev, Berlín y París. Por si no había quedado claro, antes de partir rumbo a Riad, Lavrov ninguneó a Europa: «No sé qué pintan [los europeos] en la mesa de negociaciones». También reiteró que no habrá concesiones territoriales a Kiev para facilitar un acuerdo de paz. «Miren las atrocidades que [Ucrania] comete en los territorios, ¿y quieren que en las negociaciones para llegar a un acuerdo se tenga en cuenta que todavía hay que ceder algunos territorios?», argumentó.

Zelenski avisa

Desde los vecinos Emiratos Árabes Unidos, el presidente Volodímir Zelenski declaró que no fue informado de la reunión entre Lavrov y Rubio, y dejó claro que su país no reconocerá ninguna conclusión fruto de esos contactos. En una entrevista a la cadena alemana ARD, lamentó que EE.UU. quiera «complacer a Putin», calificó de «débil» la capacidad defensiva europea y advirtió de que el fin de la guerra lleve a una situación similar a la retirada de Afganistán en el 2021. Zelenski podrá plantear todas sus preocupaciones al representante especial de la Casa Blanca para Ucrania, Keith Kellogg, que llegará el miércoles a Kiev para una visita de tres días, tras sus encuentros en Bruselas con el secretario general de la OTAN, y los dirigentes comunitarios.

Además de Lavrov, la delegación rusa contará con Yuri Ushakov, un destacado asesor de Putin, en el primer encuentro de alto nivel entre ambas potencias desde la invasión de Ucrania. Por parte estadounidense también viajaron al reino saudí el enviado especial para Oriente Medio, Steve Witkoff, y el asesor de Seguridad Nacional, Mike Waltz.

El primer objetivo del encuentro será el restablecimiento de las relaciones ruso-estadounidenses, según apuntó el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov. Lavrov reiteró que hay que «dejar atrás un período completamente anormal en las relaciones entre las dos grandes potencias», mientras Marco Rubio habló de solventar «los problemas heredados» de la Administración Biden, antes de reunirse con el con el príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salman.

Rusia y EE.UU. vuelven a los «cara a cara» desde que comenzó la guerra de Ucrania

Rusia y Estados Unidos vuelven a los «cara a cara» desde que comenzó la guerra de Ucrania. Los respectivos titulares de Exteriores, Serguéi Lavrov y Marco Rubio, vuelven a sentarse frente a frente para negociar, entre otros asuntos, la paz en Ucrania y una posible cumbre entre los presidentes Vladimir Putin y Donald Trump.

Hubo una excepción, pero que no fue para negociar: fue un breve encuentro en marzo de 2023 durante una reunión del G20 en Nueva Deli (India), en el que Blinken trasladó a Lavrov el apoyo de Estados Unidos a Ucrania, exhortó a Rusia a que permaneciera en el tratado antinuclear Nuevo START y a que liberara al estadounidense Paul Whelan.

Mientras Serguéi Lavrov ha sido el representante ruso durante las presidencias de Trump y Biden (es ministro de Exteriores desde 2004), por la secretaría de Estado de Estados Unidos han pasado Rex Tillerson y Mike Pompeo, durante el mandato de Trump, y Antony Blinken en el de Joe Biden (2021-2024).

El primer mandato de Trump

Durante el primer mandato de Donald Trump, el primer encuentro entre los responsables de Asuntos Exteriores de ambos gobiernos se produjo en febrero de 2017 durante el G20 en Bonn (Alemania).

- En abril Tillerson visitó Moscú, en una reunión que vino precedida por un comunicado del Ministerio de Exteriores ruso en el que señalaba que las relaciones entre los dos países vivían su momento más complicado desde el final de la Guerra Fría y culpaba de ello a la presidencia de Barack Obama.

Tillerson llegó al encuentro de Moscú con un ultimátum para Vladímir Putin, al que instó a elegir entre el régimen sirio de Bachar al Asad o una alianza con Occidente. Pese a las discrepancias, ambas partes abrieron la puerta a normalizar relaciones.

- Al mes siguiente Lavrov devolvió la visita a Washington y además de con Tillerson se entrevistó con el presidente estadounidense. «Con Trump el diálogo bilateral está libre de ideología», declaró el ministro ruso tras el encuentro, mientras el Kremlin valoraba «positivamente» la reunión aunque consideraba prematuro hablar de «deshielo».

Durante el verano de 2017 aumentaron las tensiones entre los dos países con sanciones diplomáticas recíprocas después de que el Congreso norteamericano castigara la injerencia rusa en las elecciones presidenciales de 2016. El Kremlin y Trump coincidieron en responsabilizar a la anterior administración demócrata.

- En abril de 2018 Mike Pompeo sustituyó a Tillesen al frente de la diplomacia norteamericana. En su primera conversación telefónica con Lavrov, en mayo, pidió que Rusia frenara su injerencia en asuntos de Estados Unidos.

Unas semanas después los dos responsables diplomáticos conversaron de nuevo por teléfono para preparar la reunión entre Trump y Putin del 16 de julio siguiente en Helsinki (Finlandia) y tras la cumbre abordaron el proceso de normalización de las relaciones bilaterales.

- A comienzos de mayo de 2019 Pompeo y Lavrov, reunidos en Rovaniemi, capital de Laponia, evidenciaron las diferencias sobre la crisis de Venezuela. Apenas unos días después Pompeo visitó Rusia y se entrevistó con Lavrov y Putin en el balneario de Sochi.

- En diciembre de 2019 Lavrov viajó a Washington y se reunió con Trump, quien le advirtió de que no interfiriera en las elecciones presidenciales de 2020 en EE.UU., al tiempo que apoyaba «un sistema de control de armas global eficaz, que incluya no solo a Rusia, sino también a China», sin más precisiones.

El mandato de Biden

- El primer cara a cara entre Blinken y Lavrov se produjo el 19 de mayo de 2021, en Reikiavik (Islandia), en los márgenes del Consejo Ártico, con una agenda que incluía la situación de Ucrania, el trato al opositor ruso Alexéi Navalni -entonces en prisión-, las acusaciones contra Rusia de injerencia en las elecciones americanas y el futuro del Ártico.

- El siguiente encuentro entre Blinken y Lavrov se produjo el 2 de diciembre de 2021 en Estocolmo (Suecia), en los márgenes de una reunión de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE). Blinken le advirtió a su homólogo de las «graves consecuencias» que sufriría Rusia si invadía Ucrania y le instó a buscar una salida diplomática a la crisis.

- Tampoco hubo resultados tangibles en el siguiente encuentro entre los dos responsables diplomáticos, celebrado el 21 de enero de 2022 en Ginebra (Suiza), cuando Rusia había desplegado ya 100.000 soldados frente a la frontera Ucrania.

- Pasó más de un año desde la invasión rusa de Ucrania -24 febrero de 2022- para que los dos responsables diplomáticos volvieran a reunirse. Fue la breve reunión en el G20 de Nueva Deli.