¿Quiénes son los candidatos a la Cancillería alemana?

R. P. REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

Friederich Merz, candidato de la CDU.
Friederich Merz, candidato de la CDU. Teresa. Kroeger | REUTERS

El país germano afronta este domingo una cita con las urnas que despejará la incógnita de quién gobernará con los conservadores

23 feb 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Friedrich Merz, el guardián de los valores tradicionales

Friedrich Merz es la imagen de los valores más conservadores, más tradicionales del histórico partido alemán. Su entorno lo define como una persona «recta» y de posiciones inamovibles. Su carácter y su conservadurismo le vienen de cuna. Nació hace 69 años en Brilon, localidad del estado de Renania del Norte-Westfalia, entonces territorio de la RFA, en el seno de una acomodada familia católica. Su padre era juez y militante de la CDU y su madre, miembro de los Sauvigny, una familia perteneciente a la alta burguesía desde el siglo XIX.

Como germano de pro tiene una puntualidad estricta y un gran sentido del deber. Cualidades que se exige a sí mismo y a quienes trabajan con él, y ese ambiente se nota en la Casa Konrad Adenauer, la sede de la CDU. Muy pocos pueden conversar de forma informal con Merz e incluso sus colaboradores más estrechos se refieren a él con el alias Sie, termino alemán para definir a la persona que transmite respeto.

Merz creció en la CDU a la sombra de Helmut Kohl, forjador de la Alemania reunificada y del eje franco-alemán como motor de Europa. Nunca superó perder su lucha frente a Angela Merkel por ser el sucesor de Kohl. Tras años de relegarlo a un segundo plano, el distanciamiento entre ambos se hizo insalvable tras la llegada de su rival a la Cancillería en el 2005, al frente de una gran coalición con los socialdemócratas.

Sus correligionarios le recriminan sus deslices populistas, sobre todo en el tema migratorio. La propia Merkel criticó su moción parlamentaria para endurecer la legislación migratoria con el apoyo de AfD. Pese a su larga carrera política, no tiene experiencia de gobierno. Esto, unido a su estricto carácter, genera dudas sobre cómo gestionará un gobierno de coalición.

Olaf Scholz, este lunes en el Budestag, el Parlamento alemán.
Olaf Scholz, este lunes en el Budestag, el Parlamento alemán. Lisi Niesner | REUTERS

Olaf Scholz, un político anodino, pero con mucha fe

Nada une a Merz con el canciller Olaf Scholz, ni sus caracteres ni sus orígenes. El actual canciller es nieto de un ferroviario e hijo de un obrero de la industria textil. Una familia luterana del estado de la Baja Sajonia, donde Scholz nació en 1958. Arrastra desde siempre un perfil de hombre tranquilo tirando a anodino, retraído y reservado. Poco se sabe de su vida privada más allá de que está casado con Britta Ernst, socialdemócrata y exministra de Educación en Brandemburgo.

Llega a la cita electoral debilitado, pero sin perder la esperanza. El líder socialdemócrata apuesta por «tener fe». Y tiene razones para tenerla. «Ya he ganado varias elecciones en mi vida política, aunque las encuestas no lo sugerían», recuerda en relación con su sorpresiva victoria en el 2021, cuando partía también como tercer favorito, pero logró superar al bloque conservador y que el PSD obtuviera su mejor resultado electoral desde el 2005.

Esta vez, su remontada sería un auténtico milagro, y lo sabe. Por eso ha centrado sus esfuerzos en ganar votos desde el tercer lugar que le dan al SPD las encuestas para frenar el ascenso de la ultraderecha. Su candidatura fue puesta en tela de juicio en favor del actual ministro de Defensa, Boris Pistorius. La renuncia de este permitió que Scholz consiguiera ser el candidato.

Como canciller, ha tenido que hacer frente a la guerra de Ucrania y a la recesión económica alemana y, de forma paralela, a la crisis de identidad en el seno de su propio partido y los problemas internos de la coalición, que terminaron con la salida de los liberales. Pese a su optimismo, todo apunta a que este domingo marcará el fin de una carrera política en la que Scholz fue alcalde-gobernador de Hamburgo, vicecanciller y ministro de Finanzas de Angela Merkel y finalmente canciller.

Alice Weidel, de AfD
Alice Weidel, de AfD KAI PFAFFENBACH

Alice Weidel, una radical que desafía el ideario

La vida privada de Alice Weidel, de 46 años, contradice el perfil habitual de una dirigente de la ultraderecha. Aunque ella no lo ve así y choca con el ideario defendido por AfD: el matrimonio tradicional, el odio al inmigrante y el rechazo visceral al colectivo LGTBQ. Weidel es pareja desde hace quince años de Sarah Bossard, una cineasta suiza con raíces en Sri Lanka, con la que cría a dos hijos. Su defensa de la soberana Alemania no le impide residir con su familia en Suiza, pese a estar registrada en la casa de sus padres en Überlingen, cerca del lago de Constanza.

Cuando salió del armario en un acto público, en el 2017, afirmó que no era parte de AfD «a pesar de su homosexualidad, sino precisamente por ella», ya que el partido es el único que habla del peligro que suponen los musulmanes para los homosexuales.

Esta mujer de éxito, políglota, cosmopolita, con un importante historial profesional (trabajó en Goldman Sachs y Allianz Global Investors Europe en Fráncfort y pasó seis años en China) decidió inscribirse en la AfD en el 2013. Tras la marcha de los fundadores de un partido crecido al calor de la crisis financiera, Weidel comenzó a crecer a la par que el ideario populismo nacionalista y antiinmigración.

Robert Habeck, candidato de Los Verdes a la cancillería alemana.
Robert Habeck, candidato de Los Verdes a la cancillería alemana. CONTACTO vía Europa Press | EUROPAPRESS

Robert Habeck, el escritor metido a economista

Nacido en Lubeca (ciudad del norte de Alemania) en 1969, Robert Habeck asumió en noviembre la responsabilidad de ser el candidato a canciller, tras un cuarto de siglo en Los Verdes. Antes que político, Habeck se ganaba la vida escribiendo y traduciendo libros junto a su mujer, Andrea Paluch, con la que se casó en 1996 y tiene cuatro hijos. El político, identificado con el ala más pragmática de Los Verdes, tiene a sus espaldas una veintena de obras, entre libros traducidos, firmados y coescritos con Paluch.

Su ascenso político data del 2004, cuando logró tomar las riendas de Los Verdes en su región, el estado federado de Schleswig-Holstein, en cuyo Parlamento entró en el 2009. Prueba del pragmatismo que ha caracterizado a este líder ecologista fueron las sucesivas participaciones de Los Verdes en dos coaliciones gubernamentales: la primera, junto con el SPD; y la segunda, con la CDU y el Partido Liberal.

Al Ministerio de Economía y Protección Climática, Habeck llegó en el 2022 para poner fin a lo que Scholz llamó «atasco de reformas», que dejó la era de Angela Merkel. Sin embargo, pronto tuvo que cambiar las prioridades, a causa de la guerra de Ucrania. Este domingo, aspira a lograr que su partido siga en el poder como socio en una coalición tripartita.

Lindner, líder del FDP.
Lindner, líder del FDP. HAYOUNG JEON | EFE

Christian Lindner, el admirador de Milei y Musk

Christian Lindner ha confesado recientemente su admiración por Javier Milei y Elon Musk, pero todo indica que no podrá codearse con ellos en ninguna reunión oficial porque su meteórica carrera política amenaza con embarrancar para siempre. El presidente del Partido Liberal (FDP) se encuentra en el momento más crítico de una carrera política que ha sido meteórica y que ahora puede tener un final abrupto.

«Tenemos que atrevernos a más Milei y más Musk», dijo Lindner poco después de que se rompiera el tripartito del que él formaba parte como ministro de Finanzas. La declaración apuntaba a dos elementos esenciales del FDP que son el llamado a la reducción de la burocracia y a una mayor libertad empresarial. Tuvo la mala fortuna de que, poco después de su declaración, Musk empezara a apoyar a la ultraderecha.

Lindner nació en Wuppertal (oeste de Alemania) en 1979 y ha tenido una carrera vertiginosa. A los 21 años fue elegido diputado en el Parlamento de Renania del Norte-Westfalia, a los 30, secretario general de la formación y a los 34 presidente. Cuando llegó a la presidencia, el partido acababa de quedarse sin representación parlamentaria. En 2017 logró devolver al FDP al Bundestag, y en el 2021 asumió el Ministerio de Finanzas desde donde intentó presentarse como apóstol de la austeridad.

Sahra Wagenknecht, líder de Alianza BSW.
Sahra Wagenknecht, líder de Alianza BSW. Fabrizio Bensch | REUTERS

Sahra Wagenknecht, el «rostro incómodo» de la izquierda

Histórica de la izquierda alemana y personaje «incómodo» por defender siempre una línea aún más radical que la de los partidos por los que ha pasado, Sahra Wagenknecht fundó hace poco más de un año la alianza que lleva su nombre y con la que concurre como candidata a la Cancillería, con la duda de si logrará acceder a la Cámara Baja del Parlamento alemán.

Wagenknecht, de 55 años, decidió romper con La Izquierda al no ver ya futuro para sí misma y sus ideas más próximas a formaciones conservadoras —como el rechazo a la migración— y creó su propio partido, el único que, según ella, es pacifista.

Su carisma personal le ha granjeado el respeto de muchos de sus adversarios de los distintos campos políticos, mientras que algunas de sus posturas «conservadoras» la han hecho popular incluso entre los simpatizantes de la ultraderechista AfD.

Wagenknecht nació en 1969 en Jena, en la República Democrática Alemana (RDA), hija de una alemana y de un estudiante iraní que regresó a su país cuando ella tenía tres años y desde entonces consta como desaparecido. Pese a su gran éxito en los tres primeros comicios regionales a los que presentó, en Sajonia, Turingia y Brandemburgo, la entrada de BSW en el Bundestag no está asegurada.