
El mandatario ha sido puesto en duda por las actividades de su empresa familiar
02 mar 2025 . Actualizado a las 05:00 h.El primer ministro portugués, Luís Montenegro, siente que «la voluntad mayoritaria es que el Gobierno siga ejecutando su programa, pero cabe a la Asamblea de la República y a los partidos interpretar también la voluntad de los portugueses», dijo en una alocución a la nación anoche, tras reunir de urgencia a su Consejo de Ministros.
Tras ser puesto en duda por las actividades de la empresa de su familia, Spinumviva, Montenegro anunció que someterá su continuidad a votación del Parlamento en una moción de confianza. Acompañado del grueso del Gobierno, el primer ministro instó a los partidos «a declarar sin tibiezas, después de todo lo dicho y esclarecido, si el Gobierno está en condiciones de seguir (…), algo que solo puede darse con una moción de confianza».
Hace solo una semana que el Parlamento rechazó una moción de censura planteada por el partido ultraderechista Chega, después de que la prensa revelara los posibles conflictos de interés entre el mandatario y Spinumviva, que mantiene contratos con antiguos clientes del despacho de abogados de Montenegro. Solo Chega votó a favor, pero el líder del principal partido de la oposición, el socialista Pedro Nuno Santos, advirtió ayer mismo de que «una moción de confianza sería una provocación a todos los partidos».
Montenegro, que había transferido sus acciones de Spinumviva a su familia cuando fue nombrado presidente del partido conservador, todavía era susceptible de enriquecerse de la actividad de la empresa dado su matrimonio en régimen de gananciales. Por eso, también anunció que la empresa familiar «solo» será administrada por sus hijos, a quienes no quiere «quitar el derecho» de desarrollarse profesionalmente por que él haya sido elegido, «circunstancialmente», como líder de su partido y del Gobierno.
Montenegro detalló los progresos en el país en su año de mandato y apeló a que «la crisis política debe evitarse», aunque «también es posible decir que puede ser inevitable», e insistió en que su dedicación es «exclusiva» a la gestión del país. «Como ya esperaba, los esclarecimientos no fueron suficientes (…). Es un círculo vicioso que muchos desean y del que no quieren salir», dijo. Ahora, traslada la presión directamente al Parlamento.