Una protesta de jubilados acaba en brutal represión en Argentina
INTERNACIONAL

En la Cámara se enfrentaron a golpes diputados oficialistas y libertarios disidentes
14 mar 2025 . Actualizado a las 05:00 h.La habitual manifestación de los jubilados de Argentina reclamando una mejora de sus pensiones terminó con la peor represión desde que gobierna Javier Milei. Hubo heridos graves y cientos de detenciones. Mientras tanto, puertas adentro, diputados oficialistas y libertarios disidentes se enfrentaron a golpes.
Hace un año que los jubilados se reúnen cada miércoles frente al Congreso para exigir una recomposición de sus haberes, y ya son varias las ocasiones en que se pueden ver imágenes de la policía gaseando, o golpeando, a adultos mayores. La última vez que esto sucedió, un hincha de un club de fútbol agitó por las redes sociales una convocatoria para acompañar la protesta, que pronto se hizo viral.
Los jubilados representan la principal variable de ajuste del Gobierno, y necesitan alrededor de 1.200.523 pesos (unos mil euros) mensuales para sus gastos básicos. Según datos de la Defensoría de la Tercera Edad, seis millones de ellos —que cobran lo mínimo—, perciben 350.000 pesos (unos 300 euros) al mes.
Si bien la convocatoria era a las 17 horas, los mayores, los hinchas y muchos manifestantes llegaron antes, y se encontraron con un impresionante despliegue de fuerzas de seguridad. Los primeros choques se iniciaron pronto y no se detuvieron hasta bien entrada la tarde. Proyectiles volando de uno y otro lado, contenedores quemados, balas de goma y gases arrojados a mansalva, camiones hidrantes, personas heridas (46) y detenidas (114), fueron parte de una escena que dejó duras imágenes.
Un fotógrafo, herido grave
Una de ellas fue la de una mujer de 87 años que, tras ser agredida por un policía, cayó de espaldas y se golpeó la cabeza contra el pavimento. Pero entre los heridos de gravedad, el fotógrafo Pablo Grillo es quien se llevó la peor parte, ya que fue alcanzado en la cabeza por una cápsula de gas lacrimógeno y sufrió una fractura craneal. También se reportó un policía herido con arma de fuego y con una fractura.
Los detenidos fueron puestos en libertad por orden de la jueza Karina Andrade, quien señaló: «Respecto de las detenciones informadas, se encuentra en juego un derecho constitucional fundamental como es el derecho a la protesta, a manifestarse en democracia y a la libertad de expresión».
Puertas adentro del Congreso una discusión entre el diputado libertario disidente Oscar Zago y el oficialista Lisandro derivó en puñetazos. Lo que se debatía era el funcionamiento de la Comisión de Juicio Político por el escándalo del Criptogate.
La jornada se saldó con una serie de marchas y cacerolazos espontáneos durante la madrugada, un repudio generalizado por la represión y la petición de renuncia de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, como responsable del operativo. Bullrich planteó que los manifestantes fueron «preparados para matar», y el Gobierno calificó el ataque al reportero gráfico como «un accidente no previsto».