La UE impulsa el plan para «rearmar Europa» con las reticencias de Sánchez y Meloni

Olatz Hernández BRUSELAS / COLPISA

INTERNACIONAL

Zelenski pasa cerca de Meloni durante la cumbre europea del jueves en Bruselas.
Zelenski pasa cerca de Meloni durante la cumbre europea del jueves en Bruselas. OLIVIER MATTHYS | EFE

Bruselas se pliega a un acuerdo a veintiséis para apoyar a Ucrania, tras el no del húngaro Viktor Orbán

21 mar 2025 . Actualizado a las 12:45 h.

Las palabras y los matices son importantes. Más aún en las cumbres europeas, donde la introducción o no de un determinado término puede bloquear la adopción de unas conclusiones a nivel de los Veintisiete. Los líderes comunitarios respaldaron este jueves el plan de defensa de la Comisión Europea para el continente, pero a su entrada al cónclave el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, puso la nota discordante y rechazó el término «rearme», que se incluye en el multimillonario proyecto de seguridad Rearm Europe, (Rearmar Europa).

Sánchez fue categórico al respecto: «El término rearme no me gusta en absoluto y creo que tenemos que hablar de otra manera al dirigirnos a los ciudadanos», destacó, mientras garantizaba que España está «comprometida a aumentar el gasto en Defensa». El país «está mucho más cómodo hablando de Safe Europe (Europa Segura) hay una componente securitaria que no puede quedar soslayada. No es una visión tradicional del gasto en defensa, sino tecnología», explicó. 

No obstante, Sánchez encontró ayuda en la primera ministra italiana, la ultraderechista Giorgia Meloni, quien también reprochó el uso de la palabra «rearme» porque puede confundir a los ciudadanos de los países que «están más lejos de Rusia». La jefa de Gobierno explicó además que el proyecto comunitario engloba muchos más objetivos, como la mejora de la ciberseguridad o la protección de las fronteras.

Les guste o no a Sánchez y Meloni, Rearm Europe ha sido el nombre elegido por el Ejecutivo comunitario para una iniciativa multimillonaria con la que quiere fortalecer su seguridad y activar la producción militar. Para ello, Bruselas propone un mecanismo de préstamos de 150.000 millones de euros que los Estados miembros solo podrán destinar a empresas con sede en la UE y la compra de elementos y productos compuestos en un 65 % por componentes europeos. El plan flexibiliza las reglas fiscales al menos durante cuatro años para que los gobiernos puedan invertir hasta un 1,5% de su Producto Interior Bruto (PIB) en defensa.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, defendió el plan de defensa europeo y destacó que el mecanismo de préstamos servirá para financiar muchos tipos de capacidades como la movilidad militar y a reducir la brecha de capacidades de drones y el impulso de la ciberseguridad.

El presidente español no parece tener problemas con el fondo de la iniciativa de Bruselas. «Estamos comprometidos con el aumento de las capacidades. Tenemos que dar un salto tecnológico en este ámbito», reconoció ante las preguntas de la prensa internacional. Eso sí, subrayó que Europa «tiene el deber» de reivindicarse como «proyecto político de soft power (poder blando)».

El cónclave comunitario resultó previsible: mucha buena voluntad, pocas concreciones y un puñado de discrepancias sobre cómo cubrir financieramente las enormes exigencias económicas que suponen Rearm Europe y la ayuda a Ucrania a satisfacción de todos. Las conclusiones subrayan la necesidad de acelerar «urgentemente» la compra de misiles y solucionar otras necesidades para hacer frente a futuras amenazas. Y ensalzan el papel del pilar europeo en la OTAN; una reivindicación de que Bruselas participe en las conversaciones de paz entre la Casa Blanca y el Kremlin.

Un león sin dientes

La jefa de la diplomacia, Kaja Kallas, apuntó sobre el apoyo a Kiev que, «cuanto más fuerte sea en el frente, más lo es en la mesa de negociación». El respaldo sigue siendo «inquebrantable» por parte de veintiséis Estados miembros, que han prometido «garantías de seguridad» a Kiev, pero se han resignado a seguir adelante sin Hungría, cuyo dirigente, Viktor Orbán, es más próximo a Moscú.

Preguntado por el acuerdo a veintiséis, el presidente del Consejo Europeo, António Costa, apuntó que la UE «respeta las diferencias, pero no pueden bloquearnos. Tenemos que seguir actuando y es lo que hemos hecho». Por su parte, el líder húngaro aseguró que la UE es la que está «aislada» y no Budapest. «La UE es un león sin dientes. EE.UU. tiene el poder y los medios y la Unión no tiene ninguno de los dos», incidió.

El respaldo a Ucrania es vital en un momento en el que el apoyo estadounidense a la exrepública soviética está en duda y en medio de los contactos entre Washington y Rusia para lograr un posible acuerdo de paz. Por el momento, los líderes europeos reclaman a Moscú que muestre «verdadera voluntad política» para acabar la guerra e insisten en la necesidad de una paz «justa, duradera y global». Reivindican, igualmente, la propuesta de un alto el ugo total de treinta días.

Mientras, se mantiene en el aire la posible ayuda de 40.000 millones de euros para el territorio invadido, propuesta por Kallas pero que algunos países consideran excesivo. «Sabemos que hay preocupación por el déficit presupuestario», reconoció la estonia, quien confió en que los Veintisiete aprueben una partida de 5.000 millones para enviar munición al ejército ucraniano.

El ataque ruso

El dirigente lituano, Gitanas Nauseda, aseguró que la UE se encuentra «ante una decisión estratégica» y debe crear «una barrera europea creíble» que separe a Rusia del resto del continente. «Es importante que Europa use este precioso tiempo que Ucrania nos está dando», dijo, para construir capacidades que disuadan de un ataque ruso. «Nos quedan 4 o 5 años antes de que Moscú ataque a un país europeo -llegó a decir-. Si se levantan las sanciones tendremos todavía menos».

En su intervención por videoconferencia, el líder ucraniano, Volodímir Zelenski, pidió al bloque comunitario que mantenga la presión sobre el Kremlin, con sanciones que lo fuercen a sentarse en la mesa de negociación. «Todos sabemos con qué facilidad Moscú incumple sus promesas. Por eso debemos seguir empujando a Rusia hacia la paz», aseguró.

El líder finlandés, Petteri Orpo, incidió en que Putin «no ha cambiado sus objetivos» y la agresión rusa puede extenderse a Europa. Si no se toman decisiones, esta perderá «su rol de líder natural» en el escenario geopolítico. Tanto Orpo como Nauseda propusieron que se establezca el 2030 como fecha límite para la entrada de Ucrania en la UE. «Motivaría al pueblo ucraniano a acelerar las reformas para entrar en el bloque», destacó el finlandés.

El estonio Kristen Michal y la letona Evika Silina subrayaron la importancia de que los países europeos sigan su ejemplo y destinen mucho más del 2 % de su PIB a Defensa. «Lo que ocurre en Ucrania puede ocurrir también en Europa», alertó.