Inhabilitan a Marine Le Pen cinco años y no podrá aspirar a la presidencia de Francia en el 2027
INTERNACIONAL
El Tribunal de París condena además a la líder ultraderechista a dos años de arresto domiciliario por malversación de fondos públicos por la trama de falsos asistentes en el Parlamento Europeo
31 mar 2025 . Actualizado a las 20:46 h.Marine Le Pen fue condenada este lunes por desvío de fondos públicos a dos años de prisión firme (a cumplir bajo el régimen de arresto domiciliario y uso de brazalete electrónico), 100.000 euros de multa y cinco años de inelegibilidad con aplicación inmediata, lo que se traduce en la imposibilidad de presentarse a las elecciones presidenciales del 2027. Junto a otros ocho eurodiputados fue reconocida culpable de desvío de fondos públicos en el affaire de asistentes parlamentarios que trabajaban en realidad para el partido.
La líder de la Agrupación Nacional (RN) llegó puntual al Palacio de Justicia de París. Se jugaba su futuro político. Pero cuando la presidenta del tribunal, Bénédicte de Perthuis, dijo que le parecía «necesaria» una pena de inelegibilidad con ejecución provisional, Marine Le Pen comprendió que la sentencia iba a ser más severa de lo que esperaba; se levantó y se fue sin decir una palabra. «Me fui porque comprendí que era una decisión política para evitar que me presente», dijo Le Pen por la noche en una entrevista en la televisión, añadiendo que «el Estado de derecho ha sido violado».
Esta ejecución provisional, sin derecho a que la pena quede en suspenso mientras apela la sentencia, fue aprobada para luchar contra los delitos de cuello blanco. En el caso de Le Pen supone que debe renunciar a convertirse en la próxima presidenta de Francia, ahora que los sondeos la posicionan como la gran favorita.
Su partido político no tardó en condenar la sentencia. «Es un escándalo democrático», dijo el presidente del RN, Jordan Bardella, que anunció una movilización «popular y pacífica».
Lo cierto es que ha abrumado a buena parte de la clase política. Incluso el primer ministro, François Bayrou, estaba «turbado», según confirmó su entorno a Le Parisien. Hasta La Francia Insumisa comentó que «nunca ha tenido necesidad de un tribunal para deshacerse del RN», y su líder, Jean-Luc Mélenchon añadió que «la decisión de destituir a un cargo electo debe corresponder al pueblo». Para el conservador Laurent Wauquiez «no es sano que en una democracia se prohíba a una mujer electa presentarse a unas elecciones». Mientras que los macronistas y el resto de la izquierda pidieron respeto hacia la decisión judicial.
Marine Le Pen recibió sobre todo el apoyo incondicional de sus aliados en el Parlamento europeo. Víktor Orbán, el primer ministro húngaro publicó en X: «Yo soy Marine», mientras que en los Países Bajos, Gert Wilders dijo estar «conmocionado»; el líder de Vox, Santiago Abascal, predijo que «no callarán la voz del pueblo francés»; y el vicepresidente del consejo de ministros italiano, Matteo Salvini, animó a no dejarse «intimidar».
Pero el primero en mostrar su solidaridad fue el portavoz del Kremlin, que denunció que haya «cada vez más capitales europeas que toman el camino de la violación de las normas democráticas». Y llegaron reacciones del otro lado del Atlántico, empezando por Elon Musk, el multimillonario asesor de la Casa Blanca que de nuevo se inmiscuye en la política europea y denunció en su red social X: «Cuando la izquierda radical no puede ganar con un voto democrático, abusa del sistema legal».