
Kiev afronta una semana clave para la firma del acuerdo de los minerales
07 abr 2025 . Actualizado a las 21:59 h.Rusia es uno de los contados países, junto con Cuba, Bielorrusia y Corea del Norte, que no fueron gravados con los aranceles de Donald Trump. El argumento es que las sanciones —que Moscú exige que se levanten como gesto de buena voluntad para un alto el fuego en Ucrania—, impiden «cualquier tipo de comercio significativo». Pero detrás está sobre todo el deseo del presidente estadounidense de priorizar el fin de la guerra. Si la semana pasada Rusia criticó por primera vez el plan de paz de Trump, este lunes el Kremlin aseguró que no habrá alto el fuego hasta que se responda a las inquietudes rusas.
«El presidente [Vladimir] Putin apoya efectivamente la idea sobre la necesidad de un alto el fuego. Pero antes habrá que responder a una serie de preguntas», dijo Dmitri Peskov, portavoz presidencial, en su rueda de prensa telefónica diaria recogida por Efe. Y añadió: «Esas preguntas están en el aire. Por el momento, nadie las ha respondido». Al respecto, mencionó los planes de militarización de Ucrania y a la existencia, según el Kremlin, de ciertos destacamentos ultranacionalistas «que no escuchan a Kiev». «Eso son problemas que siguen en la agenda del día», dijo.
Por el momento, Rusia ha rechazado un cese el fuego por tierra, mar y aire, y únicamente declaró el 18 de marzo una tregua de 30 días a los ataques contra la infraestructura energética, a la que se sumó una semana más tarde Kiev.
En cuanto a la continuación de las reuniones con la Administración Trump aseguró que deben continuar, ya que existe un «entendimiento» al respecto. Según Kiril Dmítriev, jefe del fondo soberano ruso que visitó Washington la pasada semana, Rusia y EE.UU. celebrarán esta semana una nueva ronda de negociaciones. «Pienso que nuestros colegas estadounidenses comprenden que es necesario restablecer el diálogo con Rusia», dijo Dmítriev el fin de semana a la televisión rusa. En su opinión, se ha roto el hielo, pero en las filas del Gobierno estadounidense «todavía hay una gran cantidad de enemigos de Rusia». «No se han ido a ningún lugar. Eso que llamamos deep state continúa en su lugar», aseveró, aunque añadió: «Conocemos al presidente Trump como un líder muy fuerte y seguro que hace lo correcto».
Mientras, Kiev afronta una semana clave en las negociaciones para firmar el acuerdo de los minerales con Washington, a donde viajará una delegación gubernamental para dar un nuevo impulso a las conversaciones y modificar aquellas condiciones de la última propuesta norteamericana que considera inaceptables. Volodímir Zelenski informó que contratará a una empresa privada especializada que apoye al Gobierno en esas negociaciones.
Nuevo documento
Ucrania recibió el 28 de marzo un nuevo documento que fue filtrado a varios medios. El texto desarrolla el acuerdo marco consensuado por ambas partes y que debía haberse firmado el 28 de febrero durante la fallida visita de Zelenski a la Casa Blanca. El nuevo documento obligaría a Ucrania a dar prioridad a compañías estadounidenses en las licitaciones públicas sobre recursos naturales. Además, estaría obligada a reconocer como una deuda el monto gastado por EE.UU. en ayuda militar y financiera a Kiev desde el comienzo de esta guerra.
Verónika Movchán, directora del Instituto de Investigaciones Económicas y Consultoría Política de Kiev, dijo a Efe que, a diferencia del que consensuaron ambas partes y debió firmar Zelenski en Washington, el borrador del 28 de marzo no es un acuerdo marco. Además, el texto incluye muchos más detalles de la colaboración en materia económica y de recursos naturales que propone Trump. «Es aún una primera propuesta y, como hemos visto en otros casos con la actual Administración de EE.UU., es una versión maximalista», explicó Movchán, al aludir a la posibilidad de que las condiciones más onerosas puedan renegociarse.
El Kremlin negó este lunes que el Ejército ruso realice ataques contra objetivos civiles tras la muerte de 20 personas debido al impacto de un misil el 4 de abril contra una zona residencial en Krivi Rig, la ciudad natal del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski.