Irán y EE.UU. negocian un acuerdo nuclear bajo la presión de un ataque de Israel

Mikel Ayestaran ESTAMBUL / COLPISA

INTERNACIONAL

Netanyahu, durante su reunión a principios de abril con Trump.
Netanyahu, durante su reunión a principios de abril con Trump. CONTACTO vía Europa Press | EUROPAPRESS

Trump mantiene su apuesta por la diplomacia con Teherán, pese a los intentos de Netanyahu para convencerle de la idoneidad de un bombardeo a las instalaciones atómicas

17 abr 2025 . Actualizado a las 20:05 h.

La negociación nuclear entre Irán y Estados Unidos tendrá este sábado una segunda parada en Roma en medio de la presión de Israel para que Donald Trump apueste por un ataque directo a las instalaciones atómicas de la república islámica. El diario The New York Times reveló que el último encuentro del presidente norteamericano y Benjamin Netanyahu en la Casa Blanca fue tenso porque el primer ministro hebreo le planteó un ataque para mayo, pero el magnate apostó por dar una oportunidad a la diplomacia. Esta oportunidad depende ahora de si Washington exige el desmantelamiento del programa atómico, o se conforma con una limitación y la supervisión del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), como sucedió en el 2015.

Este acuerdo marcará el devenir de la región y por eso se produjeron movimientos importantes en las últimas horas. Arabia Saudí envió a su ministro de Defensa, Jalid Bin Salman, a Teherán, una visita importante en un momento crítico que simboliza el acercamiento entre las dos grandes potencias chií y suní de Oriente Medio. El responsable de Defensa saudí es el hermano del todopoderoso Mohamed bin Salman, príncipe heredero y figura respetada por un Trump que en unas semanas viajará a Riad en visita oficial.

Jalid Bin Salman se reunió con el ayatolá Alí Jamenéi «con el objetivo de ampliar las relaciones con Irán y la cooperación en todos los campos». El líder supremo de Irán le transmitió que «es mucho mejor que los hermanos de la región cooperen y se ayuden unos a otros que depender de otros», en alusión a potencias extranjeras como Estados Unidos. Una declaración de intenciones que trata de superar las rencillas del pasado y supone un aviso para Israel, que aspira a que Trump logre la normalización de relaciones entre ellos y Riad.

Evelyn Hockstein | REUTERS

El otro movimiento clave de la jornada fue el del ministro de Exteriores iraní, Abás Araqchí, responsable de la negociación con los estadounidenses, quien viajó a Moscú, donde se reunió con Vladimir Putin. La república islámica quiere mantener al Kremlin al tanto de todo el proceso en un momento en el que los rusos tienen buen sintonía con la nueva Administración estadounidense.

«Generar confianza»

Teherán gira hacia Riad y Moscú en un momento en el que no sabe cuáles son las intenciones reales de Estados Unidos, de quien no se fía porque en el 2018 rompió el acuerdo nuclear de forma unilateral cuando ellos cumplían lo consensuado con el equipo de Barack Obama. Israel insiste en que el único pacto aceptable pasa por desmantelar el programa atómico iraní, ante lo que Ararqchí dejó claro que «el enriquecimiento de uranio es un asunto real y aceptado. Estamos dispuestos a generar confianza en respuesta a posibles inquietudes, pero la cuestión del enriquecimiento no es negociable».

La república islámica estaría dispuesta a limitar el enriquecimiento a un 3,67%, el nivel necesario para su programa de uso civil, a cambio del levantamiento de sanciones. Los iraníes también apelan al trabajo del Organismo Internacional de la Energía Atómica como garante y supervisora de que cumplen el pacto. Rafael Grossi, máximo responsable de la OIEA, viajó a Teherán y declaró que la cooperación de la república islámica «es indispensable para brindar garantías creíbles sobre la naturaleza pacífica del programa nuclear en un momento en que se necesita urgentemente la diplomacia». La incógnita es saber si esto es suficiente para Washington.

Tras la ruptura del pacto por parte de Trump en el 2018, los iraníes aceleraron el proceso de enriquecimiento de uranio y han logrado llegar a un nivel del 60 %, muy cerca del 90 % necesario para la fabricación de armamento. Las sanciones de Estados Unidos, que Joe Biden no retiró, no han logrado su objetivo de obligar al régimen de los ayatolás a detener su programa atómico.