El jefe del Pentágono investigará las filtraciones que destaparon el Signalgate

miguel palacio NUEVA YORK / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

El secretario de Defensa de EE.UU., Pete Hegseth, en el Departamento de Justicia
El secretario de Defensa de EE.UU., Pete Hegseth, en el Departamento de Justicia Ken Cedeno | REUTERS

Elude asumir responsabilidades por difundir en chats el ataque a Yemen

23 abr 2025 . Actualizado a las 17:45 h.

Dos meses le han bastado a Pete Hegseth para desencadenar la mayor crisis en el Pentágono en décadas. El exmilitar, que llegó en enero a dirigir el Departamento de Defensa de Trump sin tener experiencia en gestión, anunció este martes que el Pentágono investigará las filtraciones de su departamento después de que él publicara información potencialmente clasificada sobre una operación militar en dos chats de una aplicación comercial, lo que se ha bautizado como Signalgate.

El martes, Hegseth salió a la palestra a defender su gestión frente a las cámaras de Fox & Friends, el programa de la cadena amiga de la Casa Blanca —Fox News— que él mismo presentó hasta enero. «Vamos a investigar y cuando investiguemos, iremos hasta donde nos lleve», dijo el secretario de Defensa.

En su aparición televisiva, Hegseth no se refería a las filtraciones que él mismo ha realizado sobre los ataques de EE.UU. contra los hutíes en Yemen, sino a que su departamento investigará y perseguirá a los responsables de haber hecho público que usaba Signal para compartir información sobre operaciones bélicas con su esposa, su hermano y su abogado; además de a las relativas a los planes de la Casa Blanca para el canal de Panamá y a una (malograda) reunión en la que Elon Musk iba a recibir información clasificada sobre China, país donde el sudafricano nacionalizado estadounidense tiene numerosos intereses comerciales.

Hegseth no es el único que ha defendido la necesidad de investigar lo que sucede dentro del Departamento de Defensa. En marzo, fue su entonces jefe de gabinete, Joe Kasper, el que pidió que se hiciesen pesquisas en torno a las filtraciones que han asolado el Pentágono desde que el nominado de Trump comenzó a dirigirlo. Kasper dejó su puesto como mano derecha de Hegseth el viernes pasado.

Desde el anuncio de la salida de Kasper, otros tres altos cargos del departamento han sido despedidos. Se les ha echado, según el Pentágono, por su responsabilidad en las filtraciones. Una explicación que, según el exportavoz del departamento John Ullyot, que también dimitió la semana pasada, es falsa y responde al «hábito» del equipo de Hegseth de «diseminar falsedades fácilmente refutables de forma anónima sobre sus colegas cuando se dirigen hacia la salida».

El propio Hegseth se abonó a la tesis de los funcionarios resentidos ayer en Fox News afirmando que los autores de las filtraciones son «exempleados descontentos que están subastando los muebles para tratar de salvar sus traseros». La Casa Blanca ha adoptado esta explicación como un mantra para defender a quien, según reiteró ayer la portavoz presidencial, Karoline Leavitt, «está haciendo un trabajo magnífico».

Dudas previas sobre Hegseth

Con todo, salidas como la de Kasper y Ullyot de las filas del Pentágono dan cuenta del caos en que está sumido un departamento que administra el Ejército más poderoso del mundo y un presupuesto que el año pasado alcanzó los 841.000 millones de dólares. Dos meses después de su nombramiento, la gestión de Hegseth está en cuestión. El exmilitar llegó al cargo a pesar de las acusaciones en su contra por su afición al alcohol y las dudas que despertaba, respecto a su ideología, uno de sus tatuajes, común entre supremacistas blancos y que llevó a varios de sus excompañeros de las Fuerzas Armadas a calificarlo de «amenaza interna».

De momento, Trump ha dicho que mantiene su confianza en su jefe del Pentágono. El mandatario se ha hecho eco de la tesis de los «exempleados descontentos» y ha descartado el cese de Hegseth. También ha calificado la controversia de «una pérdida de tiempo». Por ahora, el presidente de EE.UU. mantiene el apoyo a su hombre, consciente de que destituirlo haría buenas las filtraciones que afirman que, bajo el mando de Hegseth, el Pentágono está sumido en el caos.