Trump, abucheado por todo el auditorio del Kennedy Center, del que disolvió su patronato al llegar al poder para que «no sea woke»
INTERNACIONAL
El presidente estadounidense acudió a un musical acompañado de la primera dama Melania Trump. El público hizo notorio su enfado con el mandatario, al que le dio igual la reacción ciudadana: «No podría importarme menos. Lo único que hago es gestionar bien este país»
12 jun 2025 . Actualizado a las 11:26 h.Este miércoles, 11 de junio, el presidente de EE.UU., Donald Trump, fue recibido con abucheos por parte del público durante su asistencia a un musical en el Centro Kennedy de Washington, un lugar cuyo patronato disolvió tras regresar a la Casa Blanca en enero.
En vídeos que se publicaron en diferentes perfiles a través de redes sociales, se observa a Trump, acompañado de la primera dama Melania Trump, saludando desde el palco mientras una parte del público expresaba su descontento con el mandatario. En un intento por acallar los abucheos, otros asistentes comenzaron a vitorear «¡Estados Unidos!» antes de que la pareja presidencial se acomodara en sus asientos. Sin embargo, las críticas fueron mucho más notorias que los halagos.
Ambos asistieron a una representación de Los miserables, la famosa adaptación musical de la novela homónima de Victor Hugo. Antes de acceder al patio de butacas, Trump fue abordado por la prensa acerca de las informaciones que indicaban que algunos miembros del elenco habían decidido no actuar en protesta por su presencia. «No podría importarme menos. Mi única preocupación es manejar bien este país», respondió el presidente, quien también afirmó haber recaudado 10 millones de dólares para el Centro Kennedy en un evento benéfico.
Este incidente evoca un episodio similar ocurrido en marzo, cuando el vicepresidente JD Vance y su esposa Usha Vance también fueron abucheados durante un concierto de la Orquesta Sinfónica Nacional en el mismo lugar.
Poco después de regresar al poder el 20 de enero, Trump disolvió el patronato del Centro Kennedy porque no estaba satisfecho con «lo que programaban» y asumió su liderazgo con el propósito de asegurarse de que no se volviera «woke». Designó a su enviado diplomático especial Richard Grenell como director interino y colocó a Usha Vance en el nuevo patronato, lo que llevó a la cancelación, tanto voluntaria como involuntaria, de varias actuaciones previamente programadas.