La oposición acusa a Ortega y a Murillo de «crímenes sin fronteras» tras el asesinato de tres disidentes en el exterior

Héctor Estepa
HÉCTOR ESTEPA PANAMÁ, E. LA VOZ

INTERNACIONAL

El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, junto a su mujer, Rosario Murillo, en una imagen de archivo
El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, junto a su mujer, Rosario Murillo, en una imagen de archivo Xin Yuewei | EUROPAPRESS

El último crimen fue el de Roberto Samcam en Costa Rica

23 jun 2025 . Actualizado a las 16:19 h.

El asesinato de un reconocido opositor nicaragüense, este jueves en Costa Rica, ha sacudido de nuevo a la diáspora del país centroamericano que apunta contra el Gobierno del matrimonio presidencial Daniel Ortega y Rosario Murillo.

Este jueves muy temprano por la mañana, un pistolero se hizo pasar por repartidor y entró al edificio donde vivía el mayor retirado del Ejército, Roberto Samcam, exiliado en Costa Rica desde el 2023, cuando la familia presidencial lo despojó de su nacionalidad junto a otros 93 disidentes. El asesino le propinó ocho disparos, acabando con su vida.

Se trata del tercer asesinato de un opositor nicaragüense en Costa Rica, donde se refugiaron decenas de miles de disidentes tras las protestas del 2018. También se han producido varios atentados infructuosos contra otros opositores, que señalan de manera frontal a Ortega y Murillo.

«Al ejecutar crímenes de manera transnacional, el régimen de Ortega y Murillo no solo persigue a sus críticos sino que vulnera la soberanía y compromete la seguridad nacional de países como Costa Rica», comunicó este jueves la Unidad Azul y Blanco, un grupo opositor que aglutina a políticos progresistas entre los que también se identificaba a Samcam.

El mayor asesinado tenía la nacionalidad española desde el 2024, gracias al ofrecimiento del Ministerio de Exteriores, después de haber sido despojado de su nacionalidad nicaragüense. «Su muerte no es un hecho aislado: es parte de una estrategia de represión transnacional que ya ha cobrado otras vidas», insistió la Unidad Azul y Blanco en un comunicado, titulado «crímenes sin fronteras».

En el 2022 ya había sido asesinado en Costa Rica el opositor Rodolfo Rojas. Dos años después se produjo el homicidio de otro disidente, Jaime Luis Ortega Chavarría, en una localidad fronteriza con Nicaragua.

Las tres víctimas tienen en común haber sido parte de los opositores que protestaron con mucha fuerza en el 2018 en el departamento de Carazo, donde se produjeron muertes tanto de disidentes como de afines al Gobierno.

Otro opositor, Joao Maldonado, ha sufrido dos intentos de asesinato en Costa Rica, en el 2021 y en el 2024. «Acusamos directamente al régimen de Ortega y Murillo de este asesinato, del que habrán de responder frente a la Justicia más pronto que tarde», señaló también el partido centroizquierdista Unamos.

«Esta acción criminal de la dictadura de los Ortega Murillo confirma que el Estado de Nicaragua está actuando con sicarios en Costa Rica, tal y como lo demuestran otros atentados ocurridos en el pasado», señaló por su parte la opositora Unidad Nacional.

Varias oenegés y también un grupo de expertos de la ONU señalaron anteriormente la represión internacional que sufren los opositores nicaragüenses a través de amenazas, amedrantamiento, acoso político y también seguimientos. Un buen número de opositores en Costa Rica han relatado durante meses que se han visto obligados a incrementar de forma exponencial sus medidas de seguridad, intentando no exponerse en la vía pública, no salir por la noche ni ir a zonas poco concurridas e incluso haber moderado o silenciado por completo su discurso político por miedo a represalias.