Más de 90 muertos en las inundaciones de Texas por un sistema de alertas deficiente
INTERNACIONAL

Los equipos de rescate abarcaron 96 kilómetros ante la amenaza de nuevas lluvias y crecidas en la zona afectada
08 jul 2025 . Actualizado a las 08:47 h.Varios equipos de rescate removían los escombros y escrutaban contra reloj las ramas de los árboles, donde había canoas de los pequeños embarcaderos del río encajadas. El lodo del interior de los coches se limpiaba con cuidado, usando las manos y pequeñas palas, en busca de cuerpos que añadir a la lista de fallecidos que ha dejado la inundación del centro del estado de Texas, en varios condados de la cuenca del río Guadalupe, siendo el más afectado el de Kerr.
Al final del día, la catástrofe que comenzó la noche del viernes se había cobrado 94 vidas, cifra que se esperaba que continuase aumentando, mientras varias decenas de personas seguían desaparecidas en una zona común entre familias de vacaciones y campistas. Diez de las personas desaparecidas eran niñas que habían acudido a Camp Mystic, un campamento cristiano.
Más de mil personas continuaban las labores de búsqueda entre el lodo en un territorio que abarca 96 kilómetros, con la esperanza de encontrar una historia de supervivencia tras tres días de incertidumbre desde el inicio de las inundaciones. Se agotaban las 72 horas que los expertos calculan como el tiempo máximo estimado que una persona puede permanecer con vida en una situación crítica. Pese a la lucha contra el tiempo, el estado del lugar y los avisos de nuevas inundaciones, las autoridades locales mantenían la operación de rescate. «La búsqueda continúa y seguimos teniendo esperanza», afirmó este lunes Joe Herring Jr, alcalde de Kerrville.
Algunos no recibieron avisos
Algunas personas recibieron avisos por fuertes lluvias. Algunas los recibieron mientras dormían. Otras aseguran no haber recibido nada.
El máximo riesgo que indicaron los avisos era lo que los lugareños entendieron como una riada habitual en la zona. Confiada, la gente se fue a dormir sin esperar lo que muchos de los vecinos calificaron como «un muro de agua» cuando el caudal del río aumentó nueve metros en menos de una hora. La magnitud del desastre le ha valido el título de una de las inundaciones más mortíferas del último siglo en Estados Unidos, aunque no es la primera de la zona. La cuenca del río Guadalupe es una de las regiones más peligrosas del país en cuanto a crecidas repentinas.
Las autoridades del condado de Kerr habían debatido en más de tres ocasiones durante los últimos nueve años la posibilidad de construir un sistema de alerta a lo largo de las orillas del río, con sirenas como las utilizadas para dar avisos de tornados. Sin embargo, rechazaron la iniciativa por considerarla demasiado costosa.
Los recortes de Trump
El presidente de Estados Unidos declaró el estado de desastre y aseguró que visitará la zona afectada el viernes. Sin embargo, la Casa Blanca no ha logrado frenar las críticas sobre los recortes presupuestarios aplicados a los servicios meteorológicos y de emergencias nacionales.
Algunos expertos aseguraron al diario The New York Times que el alto número de víctimas se debía a la falta de personal especializado en la Agencia Meteorológica Nacional que pudiera haber alertado de las inundaciones, resultado directo de los recortes del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) creado por la segunda Administración de Donald Trump. El presidente estadounidense negó cualquier relación entre estas decisiones presupuestarias y la magnitud del desastre.
Por su parte, la comunidad de Kerr, devastada por la fuerza de la naturaleza y por decisiones políticas pasadas, se enfrenta ahora a un proceso de reconstrucción que va más allá de lo material. Entre el lodo y los escombros, persiste la pregunta de si esta tragedia pudo haberse evitado.