Sobrevive en Brasil a la paliza de su novio en un ascensor: le desfiguró la cara con 60 puñetazos
INTERNACIONAL

Ola de indignación en el país por una agresión que quedó grabada por las cámaras de seguridad del edificio. El autor del ataque, el exbaloncestista Igor Cabral, ha sido detenido por intento de asesinato
01 ago 2025 . Actualizado a las 17:55 h.Juliana García, mujer brasileña de 35 años, sufrió el pasado 26 de julio un brutal ataque por parte de su pareja, el exjugador de baloncesto profesional Igor Eduardo Pereira Cabral, en un edificio de la ciudad de Natal, capital del estado de Río Grande del Norte, en el extremo nororiental del país sudamericano.
El caso ha conmocionado al país brasileño, dado que las imágenes de la agresión, por las que el autor fue detenido por intento de asesinato quedaron grabadas por cámaras de seguridad. El vídeo, que ha acabado compartiéndose en las redes sociales, es escalofriante. La pareja discute en un ascensor y, en un momento dado, él se abalanza sobre ella y empieza a darle golpes en la cara. Durante 40 interminables segundos la víctima recibe un total de 61 puñetazos, que acaban desfigurando su rostro.
Cuando al fin cesan los golpes, la mujer se levanta aturdida y con la cara totalmente ensangrentada. «Ha sido un atentado contra mi vida», declaró Juliana en una entrevista en el medio brasileiro TV Record. La agresión, considerada como intento de feminicidio por las autoridades, es de tal crudeza que en los tribunales encargados del caso no pudieron reproducirse las imágenes al completo como prueba. «La jueza que dirigió la audiencia de custodia no pudo ver todo el vídeo que circula en redes sociales. No lo soportó, así que simplemente lo dejó bajo custodia», añadió la agredida.
Los daños físicos que sufre son enormes. Fracturas en la nariz, la mandíbula, la estructura ósea del globo ocular, el pómulo y la mandíbula superior por las que además, no ha podido ser intervenida, ya que tiene un edema facial incompatible con la operación.
Según su relato, Juliana García ya había sufrido un comportamiento agresivo por parte de su pareja anteriormente, como empujones y abusos psicológicos. Al parecer, un episodio de celos derivado de que su novio espió mensajes suyos en el móvil, desencadenó la paliza. Un comportamiento tóxico sobre el que quiso advertir a otras mujeres para que no consientan ningún tipo de ataque machista jamás: «Se trata de mantenerse alerta y, ante cualquier señal, irse y no volver jamás».