Polonia reabre el proceso contra el espía hispanorruso que estrechó la mano a Putin
INTERNACIONAL

El supuesto periodista Pablo González está acusado de enviar información comprometedora a la inteligencia militar del Ejército de Moscú
04 ago 2025 . Actualizado a las 22:28 h.«Soy periodista de investigación, no espía», repetía en su arresto el seudoperiodista vasco Pablo González, también conocido como Pavel Rubtsov, quien volvió el pasado mes de julio a estar en el punto de mira de la Justicia polaca por un presunto delito de espionaje. Dos nacionalidades, dos nombres y más de dos años de prisión provisional en Polonia hasta su excarcelación hace un año, en agosto del 2024, como parte de un canje de prisioneros con Rusia.
El Tribunal de Distrito de Varsovia reactivó este lunes el proceso penal en su contra por supuestamente trabajar para la inteligencia militar rusa (GRU). La jueza Anna Ptaszek, portavoz del tribunal, confirmó que el juicio podría celebrarse a finales de octubre. El caso había quedado suspendido porque González no se encontraba en territorio polaco. No obstante, el tribunal podría juzgarlo en ausencia.
González había sido detenido en febrero del 2022 en la frontera entre Polonia y Ucrania, pocos días después del inicio de la invasión rusa, y fue acusado de haber facilitado información sensible sobre objetivos estratégicos de Polonia y la OTAN. Tras su detención, permaneció encarcelado sin juicio ni pruebas públicas, hasta su liberación en el marco de un intercambio de prisioneros que incluyó a conocidas figuras dentro de la inteligencia rusa. Las acusaciones de espionaje encontraron leña sobre la que arder cuando, además de haberse declarado «de importancia» para el Kremlin, le estrechó la mano a Putin nada más llegar a Moscú.
Nueva vida y frentes abiertos
Desde su regreso a Rusia, González intentó reconstruir su vida. Ha estado viviendo en la zona norte de la capital rusa y arrastra problemas pulmonares severos de sus años en prisión que pueden condenarlo a una futura operación. González estuvo evitando colaborar con medios estatales rusos y planeaba formar a periodistas y politólogos.
Pese a la aparente calma, nuevas revelaciones podrían complicar su situación. La investigación polaca documentó múltiples viajes a Rusia en compañía de agentes del GRU y testimonios de disidentes rusos a los que González supuestamente espiaba. Según fuentes próximas al caso, proporcionó información detallada sobre miembros de la diáspora rusa en Europa y recopiló datos sensibles que podrían haber servido a los intereses del Kremlin.
Si finalmente es hallado culpable, González podría ser condenado a entre 3 y 15 años de cárcel.