Trump y Putin agotan esta semana la cuenta atrás para la búsqueda de la paz en Ucrania
INTERNACIONAL

El viernes concluye el ultimátum dado por el magnate a Moscú y las dos partes exhiben su capacidad de represalia nuclear
04 ago 2025 . Actualizado a las 09:30 h.El mundo vive pendiente del ultimátum que concluye el próximo viernes dado por Donald Trump a Vladímir Putin para que ponga fin a la invasión de Ucrania. El presidente de Estados Unidos, que siempre ha presumido de su amistad con el líder del Kremlin, ya no le considera un «genio». Parece haberse hartado de sus dilaciones para sentar las bases de un alto el fuego tras más de tres años de guerra. Al magnate no le sobra la paciencia y, como recuerdan medios como The New York Times, durante estos meses de su segundo mandato ha mostrado una imagen de «debilidad» ante el dirigente ruso. Quizá por eso hace una semana dio un golpe en la mesa al acortar el ultimátum inicial de 50 días para acordar una tregua y reducirlo a «diez o doce». Esa fecha, horas más o menos, se cumplirá el 8 de agosto. Putin, más silencioso, ni se ha inmutado mientras dos submarinos nucleares norteamericanos se han acercado a sus costas.
Trump no termina de manejar bien los tiempos. Durante la campaña electoral del 2024 que le abrió de nuevo las puertas de la Casa Blanca dijo que acabaría con este conflicto en «24 horas». Como si bastase una charla de colegas con su admirado Putin. De hecho, sus primeros pasos al frente del país fueron en contra del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, a quien culpó de la guerra. Cortó el suministro de ayudas a Kiev y se colocó del lado ruso. Pretendía así aislar a Ucrania y obligar al país invadido a plegarse al invasor para poder dedicar todos los recursos a su gran objetivo: la pugna con China en el Pacífico.
Pero el supuesto acercamiento con Putin, consolidado en varias conversaciones telefónicas, no tuvo consecuencias en el frente. Tras cada charla entre los dirigentes de EE.UU. y Rusia se recrudecían los bombardeos de las tropas de Moscú. En la prensa norteamericana, algunos analistas han dicho que el jefe del Kremlin juega con Trump. El magnate tiene un ego muy sensible. El 14 de julio le dio un ultimátum de 50 días para iniciar de verdad un proceso de paz y le amenazó con aranceles y sanciones económicas. Los rusos aceleraron su programa bélico. Y el presidente norteamericano se hartó: a comienzos de la pasada semana acortó el plazo y lo fijó en «diez o doce días». Tic, tac. Activó la cuenta atrás en este pulso entre las dos grandes potencias nucleares.
Para colmo, el expresidente ruso Dmitri Medvédev, figura clave del Consejo de Seguridad del Kremlin, agitó el fantasma de una tercera guerra mundial: «Rusia no es Israel, ni tan siquiera Irán. Cada ultimátum es una amenaza y un paso hacia la guerra. No entre Rusia y Ucrania, sino con su propio país. ¡No sigas el camino de Joe (Biden) el dormilón!», en referencia al modo en que Trump llama a su antecesor en la Casa Blanca.
El multimillonario neoyorquino reaccionó de inmediato:«Decidle a Medvédev, el fracasado expresidente de Rusia, que vigile sus palabras. ¡Está entrando en territorio muy peligroso!». En la pugna atómica. El antiguo mandatario llegó a calificar a Trump de «abuelito». «Las negociaciones llegarán -agregó- cuando se hayan logrado todos los objetivos de nuestra operación militar».
La mano muerta
Medvédev echó aún más gasolina al fuego al blandir una posible respuesta nuclear: «Dejadme recordarle (a Trump) su película favorita sobre muertos vivientes, además de lo peligrosa que puede ser una mano muerta que no existe en la naturaleza». Esa expresión, mano muerta, se refiere al sistema automático de represalia con armas atómicas desarrollado por la antigua Unión Soviética durante la Guerra Fría.
En una entrevista con Newsmax, Trump le tildó de «bocazas» y justificó la movilización de dos submarinos nucleares hacia regiones próximas a territorio ruso para garantizar la seguridad nacional. «Un expresidente de Rusia ha lanzado una amenaza y vamos a proteger a nuestro pueblo», apuntó.
En Rusia, el experimentado portavoz del Kremlin, Serguéi Lavrov, rebajó el tono y dijo que el acuerdo de paz para Ucrania está más cerca. Su jefe habla ya de una nueva -la cuarta- ronda de negociaciones con Kiev en Estambul. La cuenta atrás del ultimátum de Trump concluirá el viernes tras este cruce de mensajes incendiarios a través de las redes sociales que ha desempolvado el temor a un conflicto nuclear. Moscú no ha emitido ninguna señal de acatamiento. ¿Qué hará el impredecible presidente estadounidense si Putin vuelve a regatearle? De eso está pendiente el mundo.