Un español, entre los seis muertos en un ataque contra un autobús en Jerusalén
INTERNACIONAL

La víctima es Jacob Pinto, de 25 años, natural de Melilla y que residía en la capital israelí
10 sep 2025 . Actualizado a las 16:38 h.Seis cadáveres y una docena de heridos. Ese fue el resultado del tiroteo perpetrado ayer por dos palestinos cisjordanos en una parada de autobús en Jerusalén, el ataque de esta naturaleza más grave desde octubre del año pasado y en el que una de las víctimas era un ciudadano español.
Muthna Amr, de 20 años, y Muhammad Taha, de 21, se subieron a un autobús a la 10 de la mañana den el cruce de Ramot, un importante punto de tránsito para las personas que se desplazan entre asentamientos y territorio cisjordano hacia Jerusalén y viceversa. Abrieron fuego contra los pasajeros y dejaron seis víctimas mortales. Los servicios de emergencia israelíes Magen David Adom (MDA) señalaron que entre las víctimas se hallaron «un hombre de unos 50 años y tres hombres de unos 30», además de Jacob Pinto, de 25 años y nacido en Melilla, que se había casado hacía poco y que emigró a Israel a los 16 años. El MDA confirmó también siete heridos «graves» y otros cinco leves.
Tras el ataque, el jefe del Ejército, Eyal Zamir, comunicó que impuso «un cierre total de la zona de la que salieron los terroristas», aunque se conoce tan solo que procedían de la zona central de la misma. «Continuaremos con un esfuerzo operativo y de inteligencia resuelto, perseguiremos los nidos del terrorismo en todos lados y frustraremos la infraestructura terrorista y a sus organizadores», agregó.
El ministro de Exteriores, Gideon Saar, sostuvo por su parte —como arma política— que el ataque debe servir para tomar nota de los desafíos que enfrenta Israel. «Europa y la comunidad internacional, todos los países, deben adoptar una elección clara: están del lado de Israel o están del lado de los yihadistas», aseguró. Precisamente Hamás y Yihad Islámica elogiaron el atentado y lo vieron como una respuesta «natural» a la violencia desatada sobre Gaza.
Juicio aplazado
El ministro de Seguridad Nacional, el ultra Bezalel Smotrich, pidió armar a los civiles para que no se repitiera un ataque semejante. «Las armas salvan vidas, y debemos recordarlo. Hago un llamamiento a los ciudadanos de Israel: ¡ármense!», proclamó en redes. El primer ministro, Benjamin Netanyahu, también condenó la agresión sobre el cruce de Ramot, aunque la jornada de ayer transcurrió por otros derroteros para él. Según el diario Haaretz, Netanyahu «no testificó en una audiencia en su juicio por corrupción en curso debido al ataque a tiros en Jerusalén. Más tarde se anunció que la audiencia fue cancelada y no está claro si Netanyahu testificará el martes en su lugar».
El jefe del Gobierno enfrenta cargos por corrupción. Concretamente, fraude y abuso de confianza por haber negociado con productores de Hollywood contratos por los que recibió presuntos regalos y comisiones y por haber presionado al director del periódico Yedioth Ahronoth para tener «mejor cobertura».
Estados Unidos e Israel ofrecen el fin de la guerra a cambio de que Hamás libere a todos los rehenes
Washington y Tel Aviv se lanzan al todo o nada con Hamás. La falta de intenciones de ambos por negociar un acuerdo parcial de alto el fuego ha provocado que tanto Estados Unidos como Israel pongan encima de la mesa una liberación total de los rehenes en manos del partido-milicia islamista a cambio de la puesta en libertad de presos palestinos. Un pacto que acarrea la destrucción total de Gaza si el Movimiento de Resistencia Islámica no acepta, aunque por el momento ha dado el sí a negociar por primera vez lo que, en la práctica, es su rendición.
Tanto Donald Trump como Benjamin Netanyahu quieren poner ya fin a la guerra emprendida hace dos años en Gaza por el desgaste reputacional que sufren sus países tras segar 64.500 vidas palestinas en la Franja. Por ello, el presidente estadounidense prometió «mediar» en la paz entre Israel y Hamás, para lo que ambos deben aceptar «la liberación de todos los 48 rehenes restantes a cambio de un alto el fuego y el fin de la operación militar israelí para ocupar la ciudad de Gaza». O lo que es lo mismo, «el cese total de las operaciones militares israelíes». «He advertido a Hamás sobre las consecuencias de no aceptar. ¡Esta es mi última advertencia, no habrá otra!», alertó el mandatario a la vez que agregó que Tel Aviv ya ha dado luz verde a la propuesta.
El acuerdo también incluye, según funcionarios egipcios cercanos a las negociaciones, la liberación de entre 2.500 y 3.000 presos palestinos, algunos con condenas por haber matado israelíes, lo que podría propiciar liberaciones de figuras de la resistencia palestina como Marwan Barghouti, al que los suyos ven como el mejor candidato a presidir un futuro Estado palestino.
Hamás aseguró que «acoge cualquier paso que ayude a los esfuerzos hechos para parar la agresión» contra los palestinos y afirma que está dispuesto a sentarse de manera inmediata a la mesa de negociaciones. No obstante, el partido-milicia gobernante en Gaza también tiene sus líneas rojas, y negó que fueran a rendirse salvo que se acuerde un Estado palestino con fronteras de 1967 y Jerusalén Este como capital.