El asesinato de Charlie Kirk reaviva la violencia política

Carlos Peralta
C. Peralta REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

Rosas y velas en homenaje al activista conservador Charlie Kirk, en la Embajada de Estados Unidos en Berlín.
Rosas y velas en homenaje al activista conservador Charlie Kirk, en la Embajada de Estados Unidos en Berlín. Annegret Hilse | REUTERS

El FBI informa de «rápidos avances» en las pesquisas y ofrece 85.000 euros por información

12 sep 2025 . Actualizado a las 15:55 h.

El asesinato del activista conservador Charlie Kirk reaviva el fantasma de la violencia política en Estados Unidos, del mismo modo que lo hicieron el intento fallido de matar a Trump en un mitin en Pensilvania durante la campaña electoral y, años antes, la agresión de un radical a martillazos al marido de Nancy Pelosi, entonces presidenta de la Cámara de Representantes. «Condenamos y nos posicionamos contra todo acto de violencia política que socavan la democracia», expresó ayer el portavoz del secretario general de la ONU, António Guterres. Para The Washington Post, de hecho, es precisamente este tipo de violencia el que es ya «una realidad aterradora de la vida estadounidense».

El FBI prosigue la búsqueda frenética del hombre que asesinó al comentarista político conservador Charlie Kirk en la Universidad del Valle de Utah. La Oficina Federal solicitó la ayuda al público asistente —unas 3.000 personas— a la charla del seguidor de Trump para identificar al culpable. Pero no fue lo único. El FBI ofreció una recompensa de 100.000 dólares (85.000 euros) a todo aquel que pueda aportar información clave sobre el asesino. Además, los agentes federales, junto al Departamento de Seguridad Pública de Utah, coordinan un amplio dispositivo para dar con su paradero. Hasta el cierre de esta edición, el agente encargado de la investigación, Robert Bohls, aseguró que cuentan con 130 posibles pistas facilitadas por testigos o vecinos de la zona.

El FBI interrogó a dos posibles sospechosos, aunque finalmente ambos fueron puesto en libertad. La Oficina Federal aclaró después que uno de ellos fue arrestado por obstrucción a la justicia. Se trata, según recoge The New York Times, de George Zinn, un activista político local. La organización policial tenía prevista una rueda de prensa a las tres menos cuarto de la tarde (hora local, en España las 20.45 horas), pero Hillary Koellner, portavoz del Departamento de Seguridad Pública de Utah, anunció que se celebraría más tarde debido a los «rápidos avances» de la investigación.

Kirk recibió un único disparo, cerca de su cuello, mientras daba una charla en el campus. El tirador efectuó el asesinato desde un edificio de la propia universidad, el Centro Losee, a 140 metros de la posición del activista.

 

Huellas de una mano

Los agentes el FBI encontraron el arma con la que presuntamente el asesino cometió el crimen mortal, un rifle de gran calibre encontrado en un bosque cercano a la universidad. No fue el único hallazgo relevante: el FBI localizó una marca de calzado en la zona, además de una huella de una palma de la mano y otra de un antebrazo. El asesino se enfrenta a un delito de pena de muerte, aplicable en la legislación de Utah tal y como recordó ayer el gobernador de este estado, el republicano Spencer Cox.

Kirk era un trumpista acérrimo y tenía fuertes vínculos con el presidente y su círculo cercano. El propio Trump fue de los primeros en confirmar su fallecimiento, una hora después del tiroteo en un hospital cercano. El líder republicano, que conmemoró este jueves el atentado del 11S, aseguró que premiaría póstumamente a Kirk con la Medalla Presidencial. El líder republicano se despidió de «un gigante de su generación y un defensor de la libertad».

La Administración Trump no se limitó a mostrar sus condolencias. El vicepresidente, J. D. Vance, que tenía previsto acudir a un acto en Nueva York, cambió de planes y arropó a la familia de Kirk en Sant Lake City, la capital del estado de Utah. Los cuatro expresidentes vivos de Estados Unidos —Biden, Obama, George W. Bush y Clinton— reaccionaron al asesinato con un mensaje similar de condena a la violencia y respeto al adversario político.