La Asamblea de la ONU arranca con una ola de apoyo al Estado palestino

A. Serena / P. MEDINA PARÍS, MADRID / LA VOZ

INTERNACIONAL

LUKAS COCH | EFE

Macron oficializa el reconocimiento del mismo y asegura que «ha llegado el momento de la paz» en Oriente Medio

23 sep 2025 . Actualizado a las 08:59 h.

El 80.º cumpleaños de la Asamblea General de la ONU se celebrará con caras largas. La amplia mayoría de Estados del mundo se darán cita para tratar las emergencias de seguridad con respecto a las invasiones del espacio aéreo del este europeo por parte de Rusia y el desarrollo de la guerra en Ucrania, pero la sesión la fagocitará Gaza, ya que se espera que una ola de países reconozcan al Estado palestino después de que Francia lo hiciera este lunes oficialmente. La cita además contará con la representación de una Unión Europea dividida y sin contundencia respecto a las sanciones a Tel Aviv.

La cita de la ONU arrancará con una ola de reconocimientos para asumir, a excepción de EE.UU. e Israel, que Palestina es un Estado. Ayer lo hizo el presidente francés, Emmanuel Macron, que aseguró que «ha llegado el momento de la paz» en Oriente Medio. Esta decisión trajo las primeras divisiones ayer. El primer ministro Benjamin Netanyahu avisó de que «no se establecerá un Estado palestino al oeste del río Jordán». Pero el empuje del Elíseo y Downing Street servirá de ejemplo para que Bélgica, Malta, Andorra, Luxemburgo y San Marino, se unan a la ofensiva diplomática en favor de Palestina. No lo hará Alemania, que tradicionalmente se ha negado por su sentimiento de culpa por el Holocausto.

Los países del Golfo también llegan con ánimos revueltos. El ataque sobre Doha hacia la cúpula de Hamás por parte de Tel Aviv ha puesto en riesgo la continuidad de los Acuerdos de Abraham. Y a Donald Trump se le acumula el trabajo. Su intervención, que será la segunda del día, deberá calmar las aguas en Oriente Medio, mientras decide cómo gestionar la guerra de Ucrania con un Putin cada vez más ambicioso en su campaña militar.

El Elíseo, a la cabeza

De este embrollo, Francia ha resultado ya la gran ganadora. Ha sido determinante y líder a la hora de que otras grandes potencias como el Reino Unido, Canadá y Australia sigan el mismo ejemplo a la hora de reconocer el Estado palestino. París siempre ha apoyado la solución de los dos Estados pero hasta ahora ha supeditado el reconocimiento oficial a un acuerdo entre Israel y las autoridades palestinas. Sin embargo, en julio, el presidente de la República anunció su intención de reconocer el Estado palestino, siempre que se cumplieran ciertas condiciones: la liberación de todos los rehenes, la rendición total de Hamás, la renovación de la Autoridad palestina y el reconocimiento de Israel por parte del conjunto de estados árabes vecinos. A pesar de que ninguna de las condiciones son respetadas, Macron decidió dar el paso adelante ayer en la conferencia por la solución de los dos Estados.

Fuentes del Elíseo justifican esta decisión para salvar la solución de dos Estados «porque estamos a menos de cinco minutos de que desaparezca» y ofrecer otra vía «que no sea la de la guerra permanente». Los judíos franceses, más de medio millón de personas, no ocultan su decepción. Varios representantes de instancias judías, intelectuales y artistas han escrito a Macron pidiéndole que condicione este reconocimiento a «la liberación de rehenes y el desmantelamiento de Hamás», y temen que este paso tenga consecuencias «en el estallido del antisemitismo», como ya sucede.

Mientras, varias decenas de ciudades y pueblos, 86 de un total de 34.875 en toda Francia, decidieron exhibir ayer en la fachada de sus ayuntamientos respectivos la bandera palestina. Netanyahu amenazó con represalias contra París y Londres si reconocían el Estado palestino, y el ministro de Exteriores galo, Jean-Noël Barrot le contestó que Francia «responderá con extrema firmeza» a sus amenazas. El tiempo corre. Hamás publicó un vídeo del rehén Alon Ohel, en el cual dijo que estos son sus «últimos días», mientras sus captores pidieron a Trump intercambiar la mitad de los cautivos por un alto el fuego de 60 días.