Sánchez apuesta por el «entendimiento» entre EE.UU. y China para frenar la guerra arancelaria
INTERNACIONAL

El Jefe del Ejecutivo asegura que es crucial un acuerdo con Mercosur para evitar los daños colaterales de las políticas económicas de Trump
25 sep 2025 . Actualizado a las 08:10 h.Tras varios días de Asamblea General de la ONU, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, hizo balance de una cita internacional marcada por las tensiones entre EE.UU. y la propia institución, las guerras en Gaza y Ucrania y la prevalencia de unos modelos políticos sobre otros. En estas jornadas, tanto el jefe del Ejecutivo como el rey Felipe VI centraron su atención en la Franja. Pero el líder socialista cambió el foco para hablar de economía y aseguró que la conciliación entre Washington y Pekín será «crucial» para evitar una crisis como la del 2008.
Sánchez se apoyó en el Informe Draghi para hablar de una «Europa valiente» que invierte en gasto público, gana inversión privada y apuesta por una «autonomía estratégica» de la industria. Más concretamente en la de Defensa. «Esa sigue siendo la única receta posible para garantizar el bienestar de nuestros ciudadanos», agregó en referencia a las críticas del presidente estadounidense Donald Trump a las agendas progresistas globales en su intervención ante la Asamblea General de la ONU.
Pero Sánchez admitió que Europa entra en un período de «desafíos» que «no aceptan demoras», más incluso cuando las próximas elecciones europeas son en el 2018 y Washington amenaza con una política arancelaria a escala global. «Soy consciente de que muchas preocupaciones de las compañías aquí presentes son los aranceles y que este temor es persistente», aseveró Sánchez antes de asegurar que el contexto económico actual «puede ser el preludio de un buen acuerdo» para expandir el comercio.
«EE.UU. y Europa no han parado de crecer en sus relaciones comerciales desde la Segunda Guerra Mundial. La renta per cápita se ha triplicado a ambos lados del Atlántico», citó el presidente del Gobierno. A su juicio, ambos países son «socios esenciales», pero la “historia de éxito” compartida hasta ahora por Washington y Pekín depende de un «sentido común» que han perdido los grandes bloques geopolíticos. Y especificó que Washington y Pekín, los grandes protagonistas de la guerra comercial desatada por Trump, «deben de entenderse», y ejemplificó que España es un «punto de encuentro» para conciliar las políticas económicas globales. «Somos un país abierto al comercio, reforzamos esa idea cuando otros se están cerrando. El mundo afortunadamente es muy grande, con muchas oportunidades, y no queremos desaprovecharlas».
Así, Sánchez comentó que se deben «diversificar» las relaciones comerciales europeas, especialmente con un pacto con Mercosur, que será «muy positivo, especialmente para España, que tiene unas relaciones con esa zona muy buenas», aunque dicho acuerdo no ha llegado todavía. «La misma vocación que hemos mostrado para conciliar este trato es el que queremos para Europa con países emergentes como Malasia, Filipinas, la India, Australia, México o Nueva Zelanda», citó en su intervención en el evento económico organizado por la Cámara de Comercio España- Estados Unidos, en la sede del Instituto Cervantes en Nueva York.
Acto seguido, Sánchez sacó a colación la economía española para señalar que el modelo progresista hasta ahora aplicado en suelo nacional es la mejor alternativa a otros modelos más conservadores como propuso Trump, al que se refirió veladamente durante todo su discurso. Y objetivizó su propuesta con los ejemplos de la transición ecológica, por la que «España ha reducido el precio de la electricidad en un 50 % desde el 2017»; la armonización de la inversión público-privada, que traerá beneficios «en la automovilísticas, en la agricultura y otros sectores» si prospera el acuerdo con Mercosur; y la cooperación multilateral: «No podemos alcanzar estos hitos derribando instituciones. Hay que modernizarlas para que ganen legitimidad en otras partes del mundo y responder al nuevo contexto geopolítico».
El jefe del Ejecutivo quiso mencionar también que «por primera vez en nuestra historia hemos superado el shock inflacionario» provocado por la guerra en Ucrania. «Ahí están los resultados de la Solución Ibérica», continuó, para proyectar también que España sigue «mirando a la justicia social para evitar muchos de los problemas que sufren ahora las democracias». Y citó a los 22 millones de ocupados, las buenas previsiones del Banco de España y la integración de los migrantes en el mercado laboral como signo de buena salud económica.