Los líderes reunidos en Egipto defienden la visión para Oriente Medio de Trump, que impulsa de nuevo los Acuerdos de Abraham
14 oct 2025 . Actualizado a las 12:45 h.Y con una firma, llegó el silencio de las armas a Gaza. Tras la liberación de los 48 rehenes del 7 de octubre que quedaban y 2.000 presos palestinos, Israel y Palestina rubricaron ayer el plan de paz para poner fin a dos años de matanzas en la ciudad egipcia de Sharm el Sheij en una ceremonia presidida por el ideólogo del documento, Donald Trump. Según el presidente norteamericano, con este paso se inaugura «el amanecer histórico de un nuevo Oriente Medio» que prevé una amistad entre judíos y árabes, si bien ni Benjamin Netanyahu ni las autoridades de Hamás estuvieron presentes en la cita que reunió a más de una treintena de jefes de Estado y de Gobierno de todo el mundo.
Mientras firmaba los documentos de su plan, Trump aseguró que «nos ha costado 3.000 años llegar hasta aquí», y que esta paz tratará de reiniciar la historia de una región históricamente sumida en el conflicto. A su refrendo se unieron el anfitrión Abdelfatah al Sisi, el emir de Catar, Tamim al Thani y el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan. Tras de ellos, los líderes mundiales sirvieron de testigos. Entre ellos, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
Una estampa descafeinada habida cuenta de las ausencias de Israel y Hamás. Si bien estuvo presente el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abás, la foto de familia y el simbolismo quedó huérfano de los protagonistas de una guerra que deja decenas de miles de muertos. Las tensiones siguen a flor de piel entre ambos, puesto que aún quedan por implementar dos de las fases que Trump trazó en su hoja de ruta para la paz. Además, algunos de los representantes árabes habían dejado claro que no asistirían a la cumbre si Netanyahu hacía acto de presencia en ella.
En su intervención después de firmar un documento del que al cierre de esta edición se desconocía su contenido, el multimillonario se aseguró en presentarlo como «un cambio que realmente es histórico y que será recordado por siempre», y posteriormente deshizo en elogios a los mediadores, que cobraron todo el protagonismo posible. Trump se refirió a ellos como «los más poderosos» y añadió que, sin sus esfuerzos, el fin de las hostilidades entre Israel y Hamás no hubiera culminado. Y uno a uno, destacó el papel de los asistentes a la rúbrica de su plan.
Y si bien no hizo mención explícita a la solución de los dos Estados, sí lo hizo el presidente egipcio, que certificó que los esfuerzos de la congregación de Sharm el Sheij deben ir orientados «a la implementación de la solución de dos Estados de manera que se asegure nuestra visión compartida de cooperación conjunta entre todos los pueblos de la región, e incluso la integración entre todos sus países.
El retorno a casa
Desde la mañana, hubo motivos de celebración tanto dentro de la Franja como fuera. En una misión coordinada por el Comité Internacional de la Cruz Roja, se procedió a la liberación de los rehenes del 7 de octubre, que fueron escoltados por las Fuerzas de Defensa de Israel hasta la base militar de Reim, próxima a la Franja. Allí recibieron una primera atención médica antes de volver con sus familiares. Los momentos de celebración fueron generalizados una vez retornaron a sus hogares. Pero también hubo problemas logísticos. Hamás avisó de que faltaban 24 rehenes muertos por localizar por el corto espacio de tiempo del que disponía para reunir a todos. El ministro de Defensa israelí, Israel Katz, remarcó que cualquier «retraso» sería considerado una violación del acuerdo y que habría «consecuencias acordes» si no se entregaban los cuerpos que, a lo largo de la tarde, seguían sin un paradero concreto.
La misma estampa tuvo lugar dentro de la Franja, aunque con un telón de fondo de destrucción absoluta. Casi 2.000 presos palestinos, 250 de ellos con condenas a cadena perpetua, llegaron desde la prisión de Ofer en autobús para regresar a Gaza, abandonarla para marcharse a terceros países o para trasladarse a Cisjordania. Fueron recibidos con vítores, lágrimas y asistencia por parte de la Cruz Roja. Muchos de ellos, según recoge la cadena Al Yazira, denunciaron haber pasado «por todos los tipos de tortura» imaginables. Para Hamás, la puesta en libertad de los reclusos «es fruto de la fortaleza del pueblo de la Franja de Gaza y de los hijos de la resistencia».
La tarea persa
El intercambio precedía una intervención de Trump en el Parlamento israelí en el que pronunció que «dentro de generaciones, este será recordado como el momento en que todo empezó a cambiar, y a cambiar mucho para mejor». Porque aunque remarcó la «amistad» que une a Israel y EE.UU., se avecinan, en opinión del presidente, tiempos de «transformación» regionales. Por ello, invitó a los países árabes a firmar los Acuerdos de Abraham para normalizar relaciones con Tel Aviv siguiendo el ejemplo de Emiratos Árabes, Baréin, Sudán y Marruecos, que «dejaron de lado sus diferencias, superaron divisiones ancestrales y optaron por el diálogo ahora están entre las más exitosos de la región». Sin embargo, la mayoría de ellos insiste en la creación de un Estado palestino como condición sine qua non para acceder a un reconocimiento.
El presidente estadounidense también se refirió a Irán, ausente en la firma de la tregua por las sanciones impuestas a su país por parte de Washington, y certificó que «la mano de la amistad y de la cooperación está tendida» también al régimen de los ayatolás, el principal enemigo de Israel en la región.
Culminada la cita en Egipto, los ojos seguirán puestos en Gaza y quedará por resolver si los documentos firmados por los mediadores supondrán avances hacia adherirse a los Acuerdos de Abraham. Igualmente, Irán ya remarcó que se negará a aceptar esta «normalización», a la que históricamente se ha enfrentado desde la caída del sha en 1979. E igualmente, exige que EE.UU. le invite formalmente a negociar de momento el levantamiento de las sanciones.
En la fiesta internacional de Sharm el Sheij, los países de la órbita suní se mostraron más cercanos que nunca al liderazgo del inquilino de la Casa Blanca, y apunta a que la reconfiguración de Oriente Medio podría aislar más si cabe a Teherán.
La ONU destinará 11 millones de dólares a ayudas para la Franja
El jefe de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas, Tom Fletcher, anunció este lunes la movilización de 11 millones de dólares —unos 9,5 millones de euros— del Fondo Central para la Acción en Casos de Emergencia de la ONU (FCACE) para financiar la escalada «inmediata» de las acciones humanitarias en la Franja de Gaza antes de que llegue el invierno.
«Millones de palestinos cuentan con que la ayuda llegue en cantidad y salve vidas. Tenemos que conseguir que ocurra», destacó Fletcher desde la ciudad egipcia de Sharm el Sheij, donde ha participado en la cumbre en la que se ha firmado el acuerdo de alto el fuego para la Franja de Gaza que permitió ya el pasado domingo la llegada de gas para cocinar y de otros bienes que llevaban meses sin poder entrar en el enclave palestino.
Los fondos anunciados este lunes por el jefe de Asuntos Humanitarios de la ONU se suman a los 9 millones de dólares (7,77 millones de euros) anunciados la semana pasada para el envío de combustible para mantener en funcionamiento los servicios de las agencias humanitarias en la Franja de Gaza, también procedentes del FCACE.
Las diferencias entre el PSOE y la oposición proyectan división frente a la unidad internacional
Cada escenario internacional es un motivo de contienda para los partidos mayoritarios de España. La cumbre de Sharm el Sheij no fue distinta. Porque a pesar de que el Gobierno siguió la estela de los otros treinta jefes de Estado y de Gobierno invitados a Egipto para la rúbrica de la paz, en la coalición del Ejecutivo introdujeron matices en su apoyo a la paz, mientras que en la oposición rechazaron la presencia del presidente Pedro Sánchez en el mismo escenario que los líderes mundiales.
El ministro de Exteriores, José Manuel Albares, apuntó en su celebración del plan de paz de Trump: «Ahora tenemos que dar nuevos pasos, empezando mañana mismo, para ampliar ese camino de esperanza y para consolidarlo», e insistió en que aún quedan «responsabilidades que depurar» en referencia al proceso contra Israel en La Haya iniciado por Sudáfrica y apoyado desde el año pasado por España.
En Sumar, la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, advirtió de que, si bien el silencio de las armas es «un alivio» para los palestinos, la hoja de ruta marcada por Washington no puede servir de plataforma para que Gaza se convierta en un «protectorado norteamericano» que pueda cederse a Israel en el futuro, y que deben ser las instituciones internacionales las que salvaguarden la seguridad en Gaza.
Por su parte, el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijoo, aseguró que «España no cuenta nada» en el escenario internacional, sin dar más detalles.