El Kremlin no niega, pero el jefe de la diplomacia lleva una semana desaparecido y no irá a la cumbre del G20
07 nov 2025 . Actualizado a las 22:06 h.Después de más de dos décadas como jefe de la diplomacia de Rusia, Serguéi Lavrov podría haber caído en desgracia. Una especulación alimentada por su práctica desaparición de los actos dentro y fuera del Kremlin en la última semana.
A sus 75 años edad, este veterano diplomático curtido en la era soviética y conocido por ser un duro negociador, no participó el pasado miércoles en una importante reunión en el Kremlin a la que normalmente asiste: la cita extraordinaria del Consejo de Seguridad presidido por Vladimir Putin en la que se abordó la posible reanudación de los ensayos nucleares, realizados por última vez en 1990 en tiempos de la URSS. Un día antes había sido descartado como jefe de la delegación rusa en la cumbre del G20 en Sudáfrica, que tendrá lugar a finales de este mes. En su lugar irá el asesor presidencial Maxim Oreshkin.
Lavrov, que asumió el cargo de ministro de Exteriores en el 2004 después de ser embajador ante la ONU, ha sido el sustituto habitual de Putin en las reuniones internacionales desde el año 2024 a raíz de la orden de arresto de la Corte Penal Internacional contra el presidente ruso por crímenes de guerra en Ucrania. A estas ausencias se suma que el Ministerio de Asuntos Exteriores tampoco ha revelado los planes de viaje ni los compromisos de Lavrov para la próxima semana.
La pregunta sobre si esas ausencias significan que el jefe del Kremlin ha apartado de su círculo de confianza a Lavrov han corrido como la pólvora en Rusia a través de los canales de Telegram.
El Kremlin se ha apresurado a negar que haya caído en desgracia. El portavoz presidencial, Dmitri Peskov, descartó la idea: «Por supuesto, Lavrov sigue trabajando en el puesto de ministro de Exteriores», dijo este viernes en su rueda de prensa telefónica diaria, después de asegurar que «no hay nada cierto» en esas informaciones.
Acusado de un fracaso
Pero algunos medios, como The Moscow Times, achacan la caída de Lavrov a su papel en la cancelación del cara a cara de Vladimir Putin y Donald Trump en Budapest. Según las informaciones de la prensa internacional, Lavrov fue el responsable de que no tuviera finalmente lugar la reunión en la capital húngara.
La cumbre se canceló después de la conversación telefónica que mantuvo el 20 de octubre con el secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio. El Financial Times publicó que fue «una llamada tensa» y que Lavrov se mostró «totalmente intransigente», lo que confirmó el propio ministro poco después en rueda de prensa al rechazar un posible alto el fuego en Ucrania y criticar a Trump por darle la espalda a lo supuestamente consensuado con Putin en la cumbre de agosto en Alaska.