Ibuprofeno, antibióticos y otros fármacos fotosensibles: «El medicamento capta la energía de la radiación solar, la redistribuye y la dirige hacia la piel»

Lucía Cancela
Lucía Cancela LA VOZ DE LA SALUD

EL BOTIQUÍN

¿Qué medicamentos requieren el uso de fotoprotección solar para evitar fotosensibilidad?
¿Qué medicamentos requieren el uso de fotoprotección solar para evitar fotosensibilidad? iStock

Casi 400 medicamentos, entre ellos los antiinflamatorios, pueden tener producir fotosensibilidad como reacción adversa

18 jul 2024 . Actualizado a las 12:34 h.

El símbolo de un triángulo con una nube y un sol en su interior en el envase de un medicamento indica que puede causar reacciones indeseadas tras el contacto con las radiaciones solares. En otras palabras, que es fotosensibilizante. Sin embargo, este signo no siempre aparece. Las marcas comerciales no están obligadas a avisar de tal efecto, por lo que hacerlo queda a merced de los farmacéuticos, quienes por suerte, suelen prevenir.

En la actualidad, existen casi 400 fármacos que pueden producir fotosensibilidad. La combinación de la radiación ultravioleta con determinadas sustancias químicas, no solo aquellas presentes en fármacos sino también en la cosmética, genera una lesión en la piel que puede alcanzar cierta gravedad.

Y lejos de lo que uno podría pensar, los protagonistas son bastante frecuentes. Antiinflamatorios no esteroideos como el ibuprofeno o el naproxeno; antibióticos como la azitromicina o el ciprofloxacino; anticonceptivos orales; psicofármacos como el diazepam o protectores de estómago como el omeprazol deben estar en el punto de mira. 

Eso sí, de entre todas los fármacos que pueden ser el problema, los que más reacciones de fotosensibilidad acumulan son los siguientes, según la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria:

  • Antibióticos y antimicrobianos como las tetraciclinas, fluoroquinolonas, ácido nalidíxico sulfonamidas, trimetroprim.
  • Antifúngicos, como la griseofluvina, ketoconazol.
  • Agentes cardiovasculares como amiodarona, captopril, diuréticos (furosemida, hidroclorotiazida).
  • AINEs, entre los que destacan ejemplos como el ibuprofeno, diclofenaco, naproxeno, ketoprofeno, nabumetona, piroxicam o celecoxib.
  • Fármacos para el sistema nervioso: antipsicóticos (clorpromazina, perfenazina), antidepresivos tricíclicos (amitriptilina, imipramina), benzodiacepinas (alprazolam, clordiazepóxido).
  • Hipoglucemiantes orales, como la clorpropamida, gliburida, tolbutamida
  • Así como otros fármacos, tales como los retinoides (isotretionina, etretinato), ciertos quimioterápicos (dacarbazina, 5-Fuorouracilo, vinblastina, metrotexato), la vitamina B6 o la ranitidina.

¿Cuáles son los síntomas de la fotosensibilidad?

En este tipo de reacciones adversas «el fármaco capta la energía de la radiación solar, la redistribuye y la dirige hacia la piel, liberando mucho más eritema en la zona. Esto provoca una quemadura mucho más intensa de la que tendríamos si esta sustancia no estuviera en la piel», detalla Luisa Alonso Fito, miembro del comité de Pacientes y Ciudadanía de la Sefap. 

La fotosensibilidad puede manifestarse como una reacción fototóxica —la más habitual— o fotoalérgica, y se diferencian entre sí por el mecanismo fisiopatológico y sus síntomas. La primera supone el 95 % de las reacciones de este efecto adverso, según datos de la Sociedad Española de Farmacéuticos de Atención Primaria (Sefap); aquí no existe una mediación inmunológica por lo que, para que se produzca no es necesario una sensibilización previa. 

La reacción depende de la dosis, y se suele producir poco tiempo después de la exposición. «La respuesta es casi inmediata, se produce entre 30 minutos y 24 horas después de la exposición. Se suele producir un eritema, una quemadura, en la piel. Y esto sucede tanto si se administra por vía oral como tópica», indica Marga Muñoz, miembro de la junta de gobierno del Colegio Oficial de Farmacéuticos de A Coruña (COFC). 

La lesión se limita a las zonas que han recibido luz solar y la apariencia más habitual es la de quemadura solar intensa. Precisamente, por la rapidez y forma de la lesión, una quemadura de sol extrema, «mucha gente piensa que han estado demasiado tiempo expuestos o que no se han puesto suficiente crema», detalla la miembro de la Sefap. 

Sin embargo, también es posible que se manifieste con cierta pigmentación y cause manchas en la piel. «Una muy típica es la que aparece en la cara cuando tomamos anticonceptivos orales», apunta Alonso, quien explica que algunas permanecen un tiempo más prolongado, mientras que otras, como las del ibuprofeno «suelen desaparecer por sí solas pasados unos meses», añade. 

Fotoalergia, la reacción menos frecuentes

La segunda vertiente de este problema es la fotoalergia, que solo ocurre en cinco de cada cien casos. Al tratarse de una alergia, consiste en una reacción inmunológica de hipersensibilidad, que puede aparecer incluso con dosis mínimas de la sustancia causante. ¿Dónde está el origen? «Muchas moléculas químicas cambian su estructura química al exponerse a una fuente de energía, entre ellas, el sol. Al transformarse, el cuerpo de algunas personas presentan reacciones alérgicas ante esta nueva estructura», explica la miembro de la Sefap.

La manifestación es tardía, como mínimo, surge 24 horas después de la exposición al sol, aunque puede demorarse más en el tiempo. La lesión tiene una apariencia eccematosa, como una dermatitis de contacto, y la diseminación es generalizada. «Es posible que las lesiones surjan en cualquier zona del cuerpo, como en otros pacientes alérgicos», cuenta Alonso. 

¿Se puede prevenir?

La buena noticia es que este adverso se puede prevenir con medidas de fotoprotección, entre las cuales, destaca el uso de filtros solares de máximo factor de protección solar y de amplio espectro, a la vez que su aplicación cada dos horas, como mínimo, y siempre después del baño. De igual forma se recomienda evitar la exposición en las horas centrales del día y que esta sea prolongada, así como las fuentes artificiales de rayos ultravioleta. En resumen, aplicar sentido común: «No significa que una persona no pueda exponerse, sino que tiene que hacerlo con más precaución si cabe, aumentando la frecuencia de aplicación del fotoprotector solar esté el día soleado o nublado», explica Marga Muñoz, del COFC. 

Además, si existe la opción y el medicamento solo está prescrito una vez al día, es mejor tomarlo por la noche. De esta forma, la concentración del principio activo estará en niveles más bajos en las horas de mayor luz solar. Incluso, hay casos en los que uno se puede plantear su utilización, Muñoz pone un ejemplo: «Existen principios como los aceites esenciales, de limón o de lavanda, o decolorantes como el azul de metileno, que en determinadas concentraciones pueden causar una fototoxicidad. Convendría evitar los cosméticos que los contengan en verano», comenta. 

Así que, como es mejor prevenir que lamentar, ambas expertas consultadas coinciden al responder que sí recomendarían el uso de fotoprotector en personas medicadas, incluso para hacer recados. 

De hecho, ni siquiera los de fototipos más oscuros se salvan del consejo: «Podríamos pensar que las personas de piel más oscura presentarían menos problemas. Sin embargo, este tipo de reacciones se dan más en ellos», contempla Alonso, quien explica que se desconoce el motivo concreto, «aunque se cree que puede tener que ver con la forma en la que la dermis distribuye esa energía».

Lucía Cancela
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Graduada en Periodismo y CAV. Me especialicé en nuevos formatos en el MPXA. Antes, pasé por Sociedad y después, por la delegación de A Coruña de La Voz de Galicia. Ahora, como redactora en La Voz de la Salud, es momento de contar y seguir aprendiendo sobre ciencia y salud.

Graduada en Periodismo y CAV. Me especialicé en nuevos formatos en el MPXA. Antes, pasé por Sociedad y después, por la delegación de A Coruña de La Voz de Galicia. Ahora, como redactora en La Voz de la Salud, es momento de contar y seguir aprendiendo sobre ciencia y salud.