¿Hay que sacar siempre las muelas del juicio? «La extracción preventiva no está justificada»
EL BOTIQUÍN

El odontólogo Alex Pico aclara cuándo conviene conservarlas y cuándo no hay más remedio que extraerlas
11 sep 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Se manifiestan cuando parece que todo en la boca ya está en su sitio. Entre la adolescencia y los veintitantos, con o sin aviso previo, las muelas del juicio irrumpen en las arcadas dentales de manera impredecible: a veces no salen nunca, a veces lo hacen mal, y en otras simplemente no caben. ¿Son necesarias? ¿Conviene extraerlas aunque no den problemas? ¿Qué riesgos hay si no se actúa? Alex Pico, odontólogo especializado en Periodoncia e Implantes en la clínica Pico Blanco, explica las claves para entender todo sobre este tipo de órganos.
Las muelas del juicio, también conocidas como terceros molares, se ubican al final de cada arcada dental, tanto en la mandíbula superior como en la inferior. Normalmente, hacen su aparición entre los 17 y los 25 años, una etapa asociada con el desarrollo de la madurez y el «juicio», de ahí su nombre. Sin embargo, no todas las personas las desarrollan: «Hay personas a las que les aparecen, gente que no. Depende de una predisposición familiar y genética el tenerlas o no», afirma Pico.
Un reciente metaanálisis publicado en la Revista de Medicina Clínica revela que más de un tercio de la población mundial (37 %) tiene al menos una muela del juicio impactada, es decir, atrapada bajo el hueso o la encía. Y, considerando cada tercer molar de forma independiente, casi la mitad de ellos no logran erosionar de manera correcta.
Estos dientes, que en otras épocas podían tener una función útil para la masticación de alimentos más duros y sin procesar, han dejado de ser útiles con los cambios en nuestra dieta y la evolución del tamaño mandibular: «Normalmente los pacientes no suelen notar la ausencia cuando no las tienen. De hecho, cuando se extraen porque están dando problemas, las personas no perciben ninguna diferencia a la hora de masticar o en su función», explica el experto.
Cuándo extraerlas y cuándo no hace falta
Pese a que, tradicionalmente, se recomendaba su extracción como método preventivo ya que son consideradas un vestigio evolutivo, esta idea ha ido cambiando: «Antiguamente era un procedimiento rutinario, pero hoy sabemos que si las muelas están bien posicionadas y no generan problemas, no hace falta sacarlas. Solo en casos concretos está indicado. Incluso pueden tener aplicaciones como alternativa a los implantes», declara Pico.
Hoy, cada caso se valora individualmente y el enfoque es más conservador: «Normalmente, lo principal por lo que se suele indicar la extracción es en casos en los que no han erupcionado por completo. Hay una parte de la encía que las cubre y eso genera problemas de inflamación, dolor o infecciones, porque son zonas donde no se pueden cepillar bien», explica el odontólogo.
Las muelas del juicio pueden, además, interferir con tratamientos de ortodoncia, provocar caries en las piezas contiguas o incluso desplazarlas. Aun así, el odontólogo comenta que no siempre hay que intervenir, porque «realmente una muela que está sana, con buena higiene y sin complicaciones, no está indicado extraerla. Hoy en día hay incluso técnicas que permiten usar estas muelas como reimplante de otros dientes que se han perdido. Por eso, contar con una muela sana puede ser útil», insiste el especialista.
Según Pico, los pacientes suelen buscar atención odontológica después de experimentar múltiples episodios de infección. El profesional señala que, si la higiene bucal no mejora, la cirugía suele ser la solución para quienes sufren de inflamaciones recurrentes. Además, enfatiza que el uso excesivo de antibióticos sin tratar la causa no es una solución efectiva: «Si la extracción está indicada, no debe posponerse, porque los problemas suelen repetirse», agrega.
En resumen, el especialista recomienda la extracción cuando:
- No erosionan completamente, causando inflamación o infecciones
- Provocan infecciones repetidas debido a una higiene difícil
- Están mal posicionadas y generan caries en dientes próximos
- Causan desplazamientos dentales
- Interfieren con tratamientos de ortodoncia
Aunque la intervención pueda generar cierta inquietud, no es necesaria una extracción simultánea de todas las muelas: «Mi recomendación suele ser hacerlo en dos sesiones, un lado y luego el otro. Anestesiar los dos lados a la vez es muy incómodo para el paciente. Aunque hay quien prefiere hacerlo todo de una vez con sedación, lo habitual es que después no quieran repetir la experiencia», relata el odontólogo.
Qué esperar si hay que extraerlas
La extracción de una muela del juicio es, con el estudio adecuado, un procedimiento seguro. El primer paso es el diagnóstico: «Es importante realizar una radiografía en 3D, una tomografía computerizada de haz cónico, para ver la posición de las muelas y evitar complicaciones. A veces están cerca del nervio y hay que tener cuidado con eso», explica Pico.
El postoperatorio puede requerir unos días de adaptación, especialmente si la pieza está en «zonas donde vas a tener que quitar hueso y demás», señala el especialista. En esos casos, se recomienda seguir indicaciones claras: reposo relativo, dieta blanda y fría, evitar enjuagues durante las primeras horas y tomar la medicación según pauta, ya que, si el paciente no sigue bien las instrucciones, es fácil que la recuperación se complique.
Uno de los errores más comunes es retrasar la consulta por miedo o falta de información: «Un paciente que tiene una muela que le genera infecciones o dolor y no lo trata a tiempo, puede acabar con dificultades para masticar, inflamación continua, y necesidad de medicación repetida. Por eso, lo primero es consultar y valorar el caso. Con un diagnóstico correcto, es un procedimiento totalmente seguro», asegura el experto.
Pico destaca la importancia de una buena comunicación entre odontólogo y paciente: Informar con claridad sobre el diagnóstico, explicar los pasos del procedimiento y resolver dudas de manera cercana contribuye no solo a tomar mejores decisiones clínicas, sino también a reducir el estrés asociado a este tipo de intervenciones.