Descansar diez minutos e ir al baño antes: así debes medirte la presión en casa

Laura Inés Miyara
Laura Miyara LA VOZ DE LA SALUD

ENFERMEDADES

La hipertensión es un factor de riesgo para sufrir patologías cardiovasculares.
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Entre las actividades cotidianas que provocan variaciones significativas de la tensión arterial se encuentran las relaciones sexuales, el ejercicio físico, el conducir, viajar o caminar, vestirse, hablar por teléfono, comer, defecar, dormir o fumar

11 jul 2024 . Actualizado a las 13:03 h.

La hipertensión arterial es uno de los factores de riesgo más importantes para desarrollar patologías a nivel cardiovascular o renal. Detectarla y controlarla es, por tanto, fundamental para prevenir estos problemas más adelante. Sin embargo, la Fundación del Corazón (FEC) estima que alrededor de un tercio de las personas hipertensas no saben que lo son, mientras que otro tercio de los pacientes, aunque están tratados, se encuentran mal controlados. En este sentido, un control adecuado requiere contar con las medidas precisas de la presión, es decir, unas cifras fieles a la realidad del paciente. 

Pero tomar la tensión correctamente es más complejo de lo que podríamos pensar. Por eso, la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) ha publicado la guía Medida estandarizada de la presión arterial en la consulta y en el domicilio, para realizar correctamente esta medición tan determinante para la salud de las personas a lo largo de la vida.

«Actividades corrientes, como hablar o no tener la espalda apoyada en el respaldo de la silla, pueden aumentar la presión arterial unos diez milímetros de mercurio (mmHg). Esto conlleva que subestimar la importancia de este proceso de recogida de datos tiene un alto impacto negativo en la seguridad del paciente, por motivos tanto de diagnósticos poco precisos como de sobretratamientos innecesarios», señala la guía.

Entre las actividades cotidianas que provocan variaciones significativas de la tensión arterial, la SEMG incluye las relaciones sexuales, el ejercicio isométrico o aeróbico, el conducir, viajar o caminar, vestirse, hablar por teléfono, comer, defecar, dormir o fumar. La cifra también se puede ver alterada por otros factores, como el dolor, la ansiedad, la exposición al frío, la vejiga llena o el tener las piernas cruzadas.

Qué es la hipertensión

Para que la tensión arterial sea normal, la presión sistólica o máxima (presión que ejerce el corazón sobre las arterias con cada contracción) debe situarse entre 120-129 milímetros de mercurio (mmHg), mientras que la diastólica o mínima (entre latidos, cuando el corazón está en reposo) oscila entre los 80 y 84 mmHg.

Como su nombre indica, la hipertensión es una enfermedad en la que se elevan los niveles de presión arterial de forma continuada o sostenida. Es decir: la presión que ejerce el corazón sobre las arterias al bombearla sangre a través de ellas (presión arterial) se incrementa en exceso. Se considera que una persona tiene hipertensión cuando sus niveles se mantienen por encima de los 140 de sistólica y 90 de diastólica. Desde la SEMG insisten en la importancia de conocer los valores de tensión fuera de la consulta, para que se ajusten más a la realidad del paciente-

«La hipertensión supone una mayor resistencia para el corazón, que responde aumentando su masa muscular para hacer frente a ese sobreesfuerzo. Este incremento de la masa muscular acaba siendo perjudicial porque no viene acompañado de un aumento equivalente del riego sanguíneo y puede producir insuficiencia coronaria y angina de pecho. Además, el músculo cardíaco se vuelve más irritable y se producen más arritmias», explican desde la FEC.

La hipertensión aumenta además el riesgo de aterosclerosis, trombosis e infartos de miocardio, pudiendo llegar a provocar la rotura de la aorta, lo que causa la muerte. Al mismo tiempo, la hipertensión está asociada a problemas en otros órganos: afecta al cerebro incrementando el riesgo de ictus, puede provocar insuficiencia renal, dolor al caminar, alteraciones en la visión y hasta disfunciones sexuales.

«Con respecto al tratamiento farmacológico, es necesario que vaya acompañado de una prescripción de modificaciones en los estilos de vida como base de la prevención cardiovascular general. Ya no se discute la necesidad de combinar tratamientos farmacológicos antihipertensivos en un mismo comprimido desde el inicio del diagnóstico en la mayoría de los pacientes con hipertensión arterial», sostienen desde la SEMG.

Cómo tomarse la tensión correctamente

Controlar la presión con un tensiómetro digital en casa es importante para las personas que tienen hipertensión. Pero para obtener una medida veraz es importante hacerlo correctamente y tener en cuenta algunas directrices. Lo primero es contar con un equipo validado para la medición de la tensión arterial. Los tensiómetros validados son aparatos han pasado una serie de pruebas que avalan su fiabilidad en ensayos clínicos. Esta validación debe llevarla a cabo una entidad certificadora oficial, como la Sociedad Europea de Hipertensión (ESH).

La habitación en la que se tome la medida también tiene relevancia. Tal y como indica la SEMG, tiene que ser un lugar tranquilo, sin ruidos y con una temperatura cómoda, ni muy fría ni muy calurosa.

La entidad recomienda asimismo utilizar un manguito del tamaño adecuado para evitar errores de medición. «El tamaño del manguito utilizado debe ser proporcional a la circunferencia del brazo, existiendo tres tamaños posibles, desde el pequeño, utilizado en niños y adultos muy delgados cuya circunferencia del brazo es menor a 24 centímetros, el tamaño normal, considerado como el estándar para circunferencias entre 24 y 42 centímetros, y grande, reservado principalmente para pacientes obesos», explica la guía.

Antes de la toma

Si lo necesitas, acude al baño antes de llevar a cabo la medición e intenta seleccionar siempre el mismo momento del día para realizarla. No tomes ningún alimento ni bebidas estimulantes, y procura evitar el tabaco y el ejercicio físico durante al menos los 30 minutos previos a la medición. Siéntate tranquilo y cómodo durante un mínimo de cinco minutos (la SEMG recomienda que sean diez) antes de tomar la medición, evitando sobre todo las situaciones estresantes previas.

Durante la medición

Busca una postura cómoda, apoya la espalda en el respaldo de la silla, con los pies apoyados en el suelo, y no cruces las piernas. Coloca el manguito en contacto directo con la piel, quitando la ropa sin que esta comprima el brazo, a una distancia de dos o tres centímetros por encima del pliegue del codo. Coloca el brazo encima de una mesa para que quede aproximadamente a la altura del corazón. Recuerda que no debes hablar ni comer durante la medición, ya que hacerlo podría alterar los resultados. También debes evitar mover el brazo o los dedos durante el procedimiento.

Se procederá a realizar las mediciones y se registrarán tres medidas distintas durante dos minutos. Si existe una diferencia superior a 10 mmHg entre algunas de las lecturas, se llevará a cabo una medida adicional. La media de las dos últimas lecturas se considerará con el resultado.

Procedimiento:

  1. Colocar el centro de la cámara inflable sobre la arteria braquial (del brazo).
  2. El extremo inferior del manguito debe estar entre 2 y 3 cm por encima de la fosa antecubital (el pliegue del codo).
  3. El manguito debe ejercer una tensión comparable en la parte superior y el borde inferior. Debe poderse introducir con facilidad un dedo debajo del brazalete tanto en su parte superior como en la inferior.

Cómo interpretar el resultado

Según indica la guía de la SEMG, «las cifras obtenidas deben estar por debajo de 135 mmHg de PAS y 85 mmHg de PAD, salvo que su médico le indique otras cifras objetivo. Estas pueden variar en función de cada persona, teniendo en cuenta otras enfermedades, así como los diferentes tratamientos».

¿Cada cuánto me debería tomar la tensión?

La frecuencia de las mediciones de la presión arterial dependerá del motivo por el que la estemos midiendo. Si se trata de una recopilación de datos para el diagnóstico, lo ideal es hacerlo durante siete días consecutivos, tanto por la mañana como por la noche. Se recomienda, en ese caso, tomar la presión antes de la ingesta de fármacos y alimentos, realizando siempre dos mediciones en cada ocasión, con un minuto de espera entre ellas.

En cuanto al seguimiento de la hipertensión a largo plazo, para el control del tratamiento, la SEMG recomienda hacer mediciones duplicadas una o dos veces por semana o, como mínimo, una vez al mes. Cada cierto tiempo, es aconsejable acudir al médico para realizar esta medida y controlar que los datos obtenidos en casa se corresponden a los que se toman en consulta.

Laura Inés Miyara
Laura Inés Miyara
Laura Inés Miyara

Redactora de La Voz de La Salud, periodista y escritora de Rosario, Argentina. Estudié Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario y en el 2019 me trasladé a España gracias a una beca para realizar el Máster en Produción Xornalística e Audiovisual de La Voz de Galicia. Mi misión es difundir y promover la salud mental, luchando contra la estigmatización de los trastornos y la psicoterapia, y creando recursos de fácil acceso para aliviar a las personas en momentos difíciles.

Redactora de La Voz de La Salud, periodista y escritora de Rosario, Argentina. Estudié Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario y en el 2019 me trasladé a España gracias a una beca para realizar el Máster en Produción Xornalística e Audiovisual de La Voz de Galicia. Mi misión es difundir y promover la salud mental, luchando contra la estigmatización de los trastornos y la psicoterapia, y creando recursos de fácil acceso para aliviar a las personas en momentos difíciles.