El cáncer en España en el 2025: 34 nuevos pacientes cada hora

Lucía Cancela / Laura Placer LA VOZ DE LA SALUD

ENFERMEDADES

Las cifras del cáncer en España para el 2025.
Infografía

La Sociedad Española de Oncología Médica calcula que este año se detectarán 296.103 casos y llama la atención sobre el cáncer de pulmón, que se sigue consolidando entre mujeres

27 ene 2025 . Actualizado a las 17:48 h.

Este 2025, se diagnosticarán 296.103 casos de cáncer en España. O lo que es lo mismo, unos 811 nuevos pacientes al día, casi 34 cada hora, cifras que superan ligeramente a las del 2024, cuando se estimaban 286.664. Esta es una de las principales conclusiones del informe Las cifras del cáncer en España, que cada año elabora la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) en colaboración con la Red Española de Registros de Cáncer (Redecan), el cual se presentó este lunes. 

En nuestro país, al igual que a nivel mundial, el cáncer constituye una de las principales causas de morbi-mortalidad. La International Agency for Research on Cancer (IARC) calculó que en el 2022 se detectaron aproximadamente 18,7 millones de casos nuevos de cáncer en el mundo. Es más, si se excluyen los tumores cutáneos que no son de tipo melanoma, esta cifra alcanzará los 32,6 millones en el 2050. 

Aumento que también se piensa que se producirá en España. En concreto, se estima que en el 2050, la incidencia —el número de casos nuevos de una enfermedad en una población y en un período de tiempo determinado— supere los 350.000 nuevos afectados. 

¿Cuáles serán los tumores más diagnosticados en España en este 2025?

Los tipos de cáncer más frecuentemente detectados en este período serán los de colon y recto (44.573 nuevos casos), mama (37.682), pulmón (34.506), próstata (32.188) y vejiga urinaria (22.435). De lejos, les siguen los linfomas no hodgkinianos (10.383), y los cánceres de páncreas (10.338), riñón (9.774), cavidad oral y faringe (7.446), cuerpo uterino (7.428), estómago (7.136) e hígado (6.800). 

La tendencia es similar al 2024 si se hace la división por sexos. En los hombres, los cánceres con mayor incidencia serán los de próstata (32.188), colon y recto (27.224), pulmón (23.442) y vejiga urinaria (18.281). A mucha distancia, los más frecuentes serán el cáncer de riñón, los linfomas no hodgkinianos, y los cánceres de páncreas, hígado, cavidad oral y faringe, y estómago, todos ellos superan los 4.000 casos al año.

Por su parte, en mujeres, los tumores más habituales serán los de mama (37.682) y los de colon y recto (17.349). A mucha distancia, los siguientes cánceres más frecuentes serán los de pulmón (11.064), cuerpo uterino (7.428), páncreas (5.055) y tiroides (4.869), los linfomas no hodgkinianos (4.533) y el cáncer de vejiga urinaria (4.154). 

La Seom llama la atención sobre una peculiaridad que se ha observado en años recientes: el cáncer de pulmón sigue incrementándose en la población femenina, hasta el punto de que se sitúa como el tercer tumor más incidente en este grupo, «cada vez más alejado del de cuerpo uterino, que unos años atrás era el tercero más frecuente». Un hecho que se relaciona con el aumento del consumo de tabaco en mujeres a partir de la década de los setenta. La entidad explica que este hábito no solo está vinculado a la salud pulmonar, sino también que se espera un aumento del resto de tumores afectados por el tabaquismo, especialmente, los de la cavidad oral y la faringe. 

¿Por qué están aumentando los casos en España?

Hay muchas variables que explican el aumento de casos a nivel nacional. La SEOM detalla que el número absoluto de nuevos cánceres detectados ha crecido en las últimas décadas debido al aumento poblacional, al envejecimiento de su población —ya que la edad es un factor de riesgo en esta enfermedad—, a una mayor exposición a los factores de riesgo, «como el tabaco, el alcohol, la contaminación, la obesidad y el sedentarismo, entre otros, así como a la mejora en la detección precoz en ciertos tumores, como el de mama, colorrectal, cérvix o próstata». 

Esta última razón es positiva. Según la sociedad médica, «si los programas de detección precoz son adecuados, primero conducen a un aumento del número de casos incidentes (invasivos) y, posteriormente, a una posible disminución de los casos invasivos, un mayor diagnóstico de carcinomas in situ y también a una reducción de la mortalidad», precisa. 

El tabaco en la mujer

La SEOM pone el foco en la variación que hay en la prevalencia de algunos factores de riesgo como el tabaquismo, que mientras ha crecido en mujeres se ha disminuido en hombres. Desde el 2006, los datos muestran que los tumores de pulmón y de vejiga urinaria —relacionados con el tabaquismo— han descendido en los hombres, mientras que el de pulmón ha aumentado en las mujeres. De hecho, en el 2025, tiene una tasa de incidencia 2,4 veces superior que la del 2006. 

Sin embargo, las cifras siguen siendo superiores en hombres. Esto se debe a que, por un lado, el 20,2 % de los varones fuman a diario, dato que se reduce al 14, 9 % en ellas; y por otro, a que existe un período de latencia entre la exposición al tabaco y la aparición del tumor. En otras palabras, que tarda un tiempo en presentarse. Por eso, «las incidencias de los cánceres relacionados con el tabaco son todavía muy superiores en los hombres. Sin embargo, es muy probable que la incidencia de estos en las mujeres siga incrementándose en los próximos años». 

El impacto de la edad

La SEOM también destaca que en los últimos años se ha visto un incremento ligero, pero constante, de la tasa de incidencia del cáncer de mama en mujeres, y de páncreas, riñón, tiroides y linfomas no hodgkinianos en ambos sexos. En el caso relativo a la tiroides, «la causa más importante del incremento es, probablemente el sobrediagnóstico», apunta. 

Con todo, un factor de riesgo de peso, a la par que inevitable, es la edad. A medida que uno cumple años, la probabilidad de desarrollar un cáncer aumenta. El riesgo empieza a incrementarse de forma importante a partir de los 45 y 49 años. Así, «desde el nacimiento hasta los 80, los hombres tienen un riesgo de desarrollar cáncer de un 40,4 % y las mujeres de un 28,3 %», indican los oncólogos. A los 85, estos valores crecen hasta un 48,1 % en ellos y hasta un 33 % en ellas. Una diferencia que podría explicarse con la exposición a otras variables tanto ambientales, como endógenas. 

Prevalencia del cáncer

El informe también recoge la prevalencia según tipos de neoplasias. Esta medida es la proporción de la población que está sujeta a esta enfermedad en un periodo de tiempo, e incluye a las personas que habiendo sido diagnosticadas en el pasado (reciente o lejano) están vivas, estén curadas o no. La prevalencia es más elevada en los cánceres con mayro supervivencia, mientras que en aquellos tumores con supervivencia más bajas, pueden tener una mayor prevalencia aunque su diagnóstico sea más frecuente. Esto sucede con el cáncer de pulmón, debido a su alta mortalidad, su prevalencia a los 5 años es relativamente baja. «Por el contrario, el cáncer de mama femenino también es muy frecuente, pero su mortalidad es muy inferior, por lo que su prevalencia a los 5 años es más elevada», señala la SEOM. Así, en hombres, en el 2020 —el año tomado como referencia—, el cáncer de próstata, de colon y recto, y el de vejiga urinaria eran los tres más prevalentes. Por su parte, en mujeres, son los de mama, de colon y recto, y de cuerpo uterino. 

Mortalidad 

A nivel mundial, se espera que el cáncer siga constituyendo una de las principales causas de muerte en el futuro. En España, se calcula que los fallecimientos pasen de 114.000 casos en el 2022 a más de 180.000 en el 2050. 

Según el Instituto Nacional de Estadística del 2023, las muertes por cáncer se equiparan a las provocadas por enfermedades del sistema circulatorio como principales causas. La buena noticia es que, con un total de 436.124 fallecimientos, se produjeron casi 30.000 menos que en el año anterior. Eso sí, desde 1980, las cifras se han duplicado. 

En hombres, los tumores han seguido siendo la principal causa de mortalidad en España en 2023, por delante de las enfermedades cardiovasculares y respiratorias. Por el contrario, en mujeres, las enfermedades cardiovasculares fueron la principal causa de mortalidad seguidas de los tumores y las patologías del sistema respiratorio. 

Con la perspectiva puesta en los fallecimientos, los tumores de cáncer de pulmón, colon, páncreas, mama y próstata son los que registraron cifras más elevadas. En la población masculina, el de pulmón fue el de mayor mortalidad, mientras que en la población femenina, esta se debió en mayor medida al de mama. 

Pese a que la incidencia y prevalencia, la mortalidad por cáncer a nivel nacional experimenta un acusado descenso en las últimas décadas. Esto refleja el efecto positivo de las medidas preventivas, las campañas de diagnóstico precoz, los avances terapéuticos y, en hombres, la disminución de la prevalencia del tabaquismo. Además, la SEOM precisa que el incremento del cáncer de pulmón atribuible a la contaminación o la eficacia de los tratamientos para el virus de la hepatitis son cuestiones que tardarán en evidenciarse.

Eso sí, recuerdan que esta reducción no es igual en todas las neoplasias o por sexos. De nuevo, destacan el de pulmón como el ejemplo más relevante, pues la tardía incorporación de la mujer al tabaquismo hizo que este tumor sea la segunda causa de muerte en ellas, solo detrás del cáncer de mama. De hecho, en los países nórdicos ya es la primera. Se espera que en España suceda algo similar en los próximos años. 

En los hombres, por el contrario, continúa la tendencia descendente debido a un menor consumo de tabaco. Por otro lado, la mortalidad por cáncer de páncreas ha crecido tanto en hombres como en mujeres debido al aumento de su incidencia y, por el contrario, la mortalidad por cáncer de estómago ha descendido de forma muy significativa en España en las últimas décadas. 

Supervivencia

Los oncólogos explican en el informe que la supervivencia «representa la probabilidad de sobrevivir tras un tiempo dado desde el diagnóstico, independientemente de la causa de defunción». 

Globalmente, la supervivencia neta a cinco años del diagnóstico de los pacientes diagnosticados entre el 2008 y el 2013 en España fue de 55,3 % en los hombres y de 61, % en las mujeres. Estas diferencias entre sexos se deben, con toda probabilidad, a que determinados tumores sean más frecuentes en un grupo o en otro, ya que las distinciones fundamentales en la supervivencia se explican mediante el tipo del tumor y su estadio en el diagnóstico. En los hombres, la supervivencia neta estandarizada por edad fue del 90 % en los cánceres de próstata y de testículo, y de 86 % en el de tiroides, mientras que fue del 7 % en el cáncer de páncreas, del 12 % en el de pulmón, del 13 % en el de esófago y del 18 % en el de hígado.

En las mujeres, el cáncer de tiroides tuvo una supervivencia neta de 93 %, el melanoma cutáneo del 89 %, y el cáncer de mama del 86 %, mientras que en el cáncer de páncreas fue del 10 %, en los de hígado y esófago del 16 % y en el de pulmón del 18 %.

Esta variable es similar al resto de países del entorno. Se ha duplicado en los últimos 40 años y se espera que, aunque de forma lenta, continúe haciéndolo en los próximos. 

Factores de riesgo

La Sociedad Española de Oncología Médica destaca la importancia de las medidas preventivas a la hora de evitar factores de riesgo.Pues se calcula que un tercio de las muerte por cáncer se deben a cinco factores prevenibles como son el tabaco, las infecciones, el alcohol, el sedentarismo y la dietas inadecuadas. 

Fumar es, con diferencia, el factor de riesgo responsable de una mauor cantidad de tumores. En concreto, se le responsabiliza de más del 90 % de los casos de cáncer de pulmón y, además, es agente causal en multitud de toros como los de cabeza y cuello, vejiga, riñón, esófago, páncreas, estómago y colon y recto, entre otros. Es más, no solo preocupa el tabaco en sí, sino el uso de cigarrillos electrónicos y vapeadores, especialmente en la población joven, «entre los que se objetiva un fuerte incremento desde el fin de la pandemia», precisa la SEOM. 

Por su parte, el alcohol es factor de riesgo para multitud de neoplasias, como el hepatocarcinoma, y los cánceres de esófago, colon y recto, mama o cavidad oral. La entidad recuerda que no existe una cantidad segura, ya que el riesgo de cáncer se ve incrementado incluso  en las ingestas más bajas. de hecho, se produce un efecto sinérgico con el hábito tabáquico, multiplicando hasta por 30 el riesgo de ciertos tumores.

La obesidad es otra de las variables a tener en cuenta. En Estados Unidos, por ejemplo, se posiciona como segundo factor de riesgo evitable al cual se responsabiliza de más cánceres. En concreto, esta enfermedad se asocia con, al menos, nueve tipos, como son los de mama, endometrio, colon, renal, vesícula biliar y páncreas. 

Si bien en España la situación dista de la realidad anglosajona, en el 2022, la obesidad estaba presente en el 13, 7 % de la población adulta, mientras que el sobrepeso, en el 33,6 %. La SEOM se muestra especialmente preocupada por el incremento de la obesidad infantil con cifras de exceso de peso cercanas al 30 %. Incremento que se produce al mismo tiempo que se reduce el consumo de frutas y verduras en España, según el INE, esta ha disminuido desde el 2017. 

En lo que respecta a los agentes infecciosos, existen diez tipos clasificados como carcinógenos por la IARC, cuyo mayor impacto se observa en los países en vías de desarrollo, donde llegan a estar detrás de un cuarto de los tumores. «Un metaanálisis reciente evidencia que el 4,3 % de los cánceres diagnosticados en Estados Unidos pueden ser atribuidos a infecciones, siendo el virus del papiloma humano el responsable de más tumores, seguido del Helicobacter Pylori, virus de la hepatitis C y virus Epstein-Barr», indica la SEOM. 

El ejercicio físico es un pilar fundamental en la salud. Es más, existe evidencia de sobra que refuerza la asociación entre un estilo de vida activo con una menor incidencia y mortalidad por cáncer. Es más, se estima que el ejercicio podría disminuir en hasta un 30 % el riesgo de cáncer de mama, colon, vejiga, endometrio, esófago y estómago, y reducir en casi un 20 % el riesgo de mortalidad específica por cáncer. En suma, ha demostrado mejorar la calidad de vida y reducir los efectos secundarios de los tratamientos oncológicos, porque favorece la capacidad cardiorrespiratoria de los pacientes, reduce la fatiga y mejora la percepción de salud por parte de la persona. 

«El cáncer no es una única enfermedad»

La Sociedad Española de Oncología Médica destaca, en este 2025, la heterogeneidad que engloba la palabra cáncer. La entidad pone el foco en la medicina de precisión: «Permite identificar biomarcadores para la selección de los tratamientos más eficaces y seguros para cada paciente», señala la entidad. Así, se logra una mayor personalización en cada tratamiento oncológico.

«Esta medicina de precisión, junto con las terapias dirigidas y la moderna inmunoterapia, ha contribuido a la mejoría en la supervivencia del cáncer lograda en las últimas décadas. El cáncer es una enfermedad muy diversa, y detrás de cada caso hay comités clínicos y moleculares de tumores que estudian el mejor tratamiento posible para cada paciente», explica el presidente de la SEOM, el doctor César A. Rodríguez, que añade: «Es fundamental —continúa— poner el foco y hacer divulgación entre toda la población sobre la heterogeneidad que engloba la palabra cáncer. No es una única enfermedad, engloba distintos tumores, cada uno con una biología, un tratamiento y un pronóstico diferentes».