Por qué este año las alergias son más intensas: «La temporada de polinización se ha extendido en el tiempo»

ENFERMEDADES

En Galicia, las especies que han empezado ya a provocar síntomas en la población son, sobre todo, el abedul y la familia de la parietaria
04 may 2025 . Actualizado a las 16:48 h.Congestión nasal, picor, estornudos o lagrimeo son algunos de los síntomas más frecuentes de la alergia al polen, una afección que muchos pacientes gallegos ya llevan semanas y, en algunos casos, más de un mes experimentando. Aunque los expertos aseguran que los niveles del polen no son especialmente altos, aclaran que sí hemos tenido, en el 2025, una exposición prolongada con respecto a la misma estación en años anteriores. Los fenómenos climáticos recientes han causado estragos y las consecuencias todavía quedan por verse a lo largo de los meses de primavera y verano.
«La temporada de polinización se ha extendido en el tiempo. Esto se debe a que ha sido un invierno bastante seco, sin lluvias, y eso hace que el polen se haya adelantado. Hay pacientes con síntomas desde marzo o hasta febrero. Pacientes que venían a consulta en abril ahora cuentan que empezaron a tener síntomas antes y más intensos», explica en este sentido la doctora Ángela Meijide Calderón, Alergóloga en el Complexo Hospitalario Universitario de Vigo y miembro de la Comisión de Comunicación de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (Seaic).
En este sentido, las personas más afectadas son aquellas que trabajan al aire libre. «Tenemos pacientes jardineros, o bien que trabajan en mantenimiento de carreteras en las ciudades, que al estar más expuestos al aire libre y al viento tienen muchos más síntomas», detalla Meijide.
Dado que la alergia se produce por una exposición prolongada a un agente como, en este caso, el polen, la mayor duración de su presencia en el ambiente incrementa el riesgo de sufrirla. «Lo normal es que el cuerpo reaccione al polen de forma indiferente, porque es algo consustancial a nuestra existencia y no tiene por qué producir ningún problema. Pero hay personas que tienen un trastorno inmunológico, una sensibilidad a algunos alérgenos, y no los toleran», detalla el doctor Juan José Zapata, presidente del Comité de Aerobiología Clínica de la Seaic.
Análisis del polen
La aerobiología clínica es una rama de la medicina que estudia las partículas biológicas presentes en el aire, como pólenes, esporas de hongos o ácaros, que tienen impacto en enfermedades alérgicas y respiratorias. Para medir la concentración de estos alérgenos, los aerobiólogos utilizan captadores especiales que se colocan a 20 metros de altura y recogen muestras del aire siguiendo protocolos estandarizados. Estas muestras provienen de todas las provincias del territorio español y se analizan en el laboratorio.
Los datos obtenidos, que la Seaic publica cada día, permiten a pacientes y profesionales actuar en función de la exposición al polen, así como conocer los cambios entre un año y otro o, dentro del mismo año, entre diferentes períodos. Además, sirviéndose de algoritmos que procesan esta información, los expertos hacen proyecciones sobre la evolución futura de la concentración de estas partículas.
Esta información ayuda a realizar diagnósticos. Para que se considere que un paciente tiene alergia al polen, la Seaic indica que tiene que presentar síntomas, al menos, en los picos máximos de incidencia de estas partículas. De todos modos, cada persona tiene un umbral de sensibilidad distinto, aunque existen valores medios orientativos. Además, hay que tener en cuenta que, a medida que avanza la temporada, los síntomas pueden intensificarse debido al deterioro que la irritación alérgica produce en las mucosas nasal, ocular y bronquial.
Cambio climático y alergia
El principal responsable del repunte de los síntomas de alergia ha sido el clima. Al invierno seco se suman temperaturas templadas que contribuyen a la proliferación de las especies que emiten polen a lo largo de una gran parte del año. «Cuando hace unos años esta estación duraba entre mayo, junio y principios de julio, ahora vemos pacientes que empiezan a finales de febrero o en marzo, con síntomas que duran hasta agosto o septiembre», observa la experta del hospital de Vigo.
Pero, además, el calentamiento global tiene un impacto directo en la estructura del polen. Como señala Meijide, este fenómeno «va a hacer que el polen sea más agresivo, porque las moléculas de combustible hacen que este polen se defienda más y, por tanto, ataque con más intensidad al paciente». Si bien las lluvias de marzo han conseguido que el polen caiga al suelo y no quede circulando en el aire, la temporada recién está empezando y se prevé un aumento de la patología alérgica relacionada con las plantas.
En Galicia, las especies que han empezado ya a provocar síntomas en la población son, sobre todo, el abedul y el grupo de la parietaria, donde están las ortigas. «Esto será lo que veremos en la costa. En el interior de Galicia, en provincias como Lugo, Ourense o Santiago, lo que va a predominar es el polen de abedul. También hay que tener en cuenta la presencia del plátano de sombra en algunas ciudades y, en zonas del sur de Galicia, el olivo parece estar afectando. Lo que menos vemos en este momento es la gramínea, que va a venir con más fuerza a partir de los meses de mayo y junio, ya que esa es su época predominante», explica la doctora.
Prevención y tratamiento
Lo más importante que podemos hacer en cuanto empezamos a notar síntomas de alergia es acudir al médico para pedir un diagnóstico. Esto cumple dos funciones cruciales: además de permitir establecer un tratamiento para aliviar los síntomas a corto plazo, puede contribuir a la prevención secundaria de los brotes mediante la inmunoterapia. «Si el paciente tiene un buen diagnóstico, sabe cómo se puede adaptar o cómo puede prevenir o poner las medidas de evitación cuando está apareciendo un polen», resume el doctor Zapata.
Para ello, la Seaic dispone de una página web que recopila información sobre los niveles del polen en todo el territorio. «Así, cuando el paciente sabe a qué polen es sensible, puede ver la tendencia en cuanto al crecimiento o al decrecimiento», explica el experto. Con estos datos, se pueden tomar medidas para limitar, dentro de lo posible, la exposición durante los días de mayor incidencia de este alérgeno.
Para quienes no cuentan aún con este diagnóstico, las pautas recomendadas son claras: «No salir a las horas centrales del día, evitar estar en ambientes con mucha carga de polinización y, sobre todo, ser previsores. Si ya empezamos la primavera con muchos síntomas de alergia, lo mejor es consultar al médico para, aparte de tener un buen antihistamínico, un espray nasal y un colirio, plantearse la inmunoterapia frente al polen, que es un tratamiento eficaz, bien tolerado y que se puede dar a niños desde los seis años y a adultos», indica Meijide.
A su vez, la Rede Galega de Aerobiología (REA) aconseja tomar algunas medidas para reducir la exposición al polen. Estas son algunas recomendaciones generales:
- Conozca la época de polinización de las especies que le afectan. Durante los momentos de máximo riesgo debe extremar las precauciones para evitar padecer un brote alérgico.
- Viaje en el coche con las ventanas cerradas. Mantenga el interior del vehículo limpio, incluidos los conductos de ventilación.
- Evite viajar en moto o bicicleta. El aire, que contiene granos de polen, golpeará con mayor fuerza en la cara y puede aumentar la cantidad que llega a las vías respiratorias. Si utiliza la moto, use un casco cerrado.
- No se debe conducir si se toman antihistamínicos que provocan sueño. Tenga en cuenta que el grado de somnolencia es alto en los primeros días del tratamiento.
- Evite factores añadidos que pueden producir un empeoramiento de los síntomas, como humos y vapores, olores fuertes, contaminación atmosférica, cambios bruscos de temperatura o la realización de ejercicio físico sin preparación.
- Lave con agua abundante la nariz y los ojos para aliviar los efectos de la alergia. Lave el pelo por la noche para limpiarlo del polen acumulado durante el día.
- Seque la ropa en secadora o en tendales dentro de la casa, ya que en la ropa colgada en el exterior puede acumularse el polen. Evite secar la ropa al aire libre.
En exteriores:
- Proteja los ojos del contacto directo con el aire con gafas que sean lo mas envolventes posible.
- Evite los parques y jardines, así como salir al campo. En caso de salir a la calle, utilice una máscara que filtre el aire.
- No corte el césped ni se acerque cuando esté acabado de cortar. El corte del césped remueve el polen. Tampoco debe realizar tareas de jardinería.
- Tenga en cuenta que las concentraciones de polen en el aire aumentan en días de tormentas de alto contenido eléctrico y vientos fuertes.
En interiores:
- En lugar de barrer o sacudir el polvo para limpiar la casa, use aspiradoras y trapos húmedos, por lo menos una vez por semana y en ausencia de la persona alérgica, a ser posible.
- Pulverice la casa con agua para limpiar el aire del interior de partículas.
- Si dispone de aire acondicionado, es conveniente utilizarlo porque tiene filtros que evitan que el polen se mantenga en el interior de la vivienda. También se recomienda el uso de sistemas de filtración de aire.
- Evite peluches, moquetas, alfombras, cortinas, mantas y edredones de plumas.
- Las ventanas de la casa deben estar cerradas el mayor tiempo posible, sobre todo durante el día. Debe procurarse también tener las ventanas cerradas cuando ve viento, para prevenir que entre el polen en la casa.
- Permanezca en la casa los días de mayor concentración de polen y los días de viento. Reduzca las actividades al aire libre.