
Investigadores alemanes han publicado un estudio evidenciando que el uso de la técnica no mejora el primer diagnóstico frente al PSA
02 jul 2025 . Actualizado a las 16:26 h.A finales del año pasado, la revista científica de la Asociación Europea de Urología (European Urology) divulgaba un artículo científico en el que se comparaban los resultados obtenidos tras someter a varones en edad de riesgo —en general, a partir de los cincuenta años— al screening del cáncer de próstata. Los investigadores tenían especial interés en cuantificar hasta qué punto el tacto rectal, una prueba tradicionalmente ligada a la exploración prostática desde mucho antes de que aprendiésemos a medir el antígeno prostático (el famoso PSA), aumentaba la certeza del diagnóstico.
Lo que hallaron y publicaron fue que, en el contexto de avances científico-sanitarios actual, las diferencias eran mínimas. O lo que es lo mismo, que la evidencia ha dejado de avalar el tacto rectal como un método certero —y por tanto útil— para la detección de tumores en la próstata. «Para obtener sus resultados, se utilizaron muchos estudios que ya habían sido publicados al respecto e hicieron lo que en el mundo académico se conoce como un metaanálisis, es decir un análisis de diferentes ensayos clínicos. En total, se analizaron los resultados de 83.000 pacientes. Lo que vieron es que no hubo diferencias significativas entre la medición exclusiva del PSA frente a la combinación de las dos pruebas: PSA y tacto rectal. Además, vieron que tanto el valor predictivo positivo del tacto rectal a la hora de determinar la existencia o no de un cáncer es de un 20%. Es decir, se equivoca mucho», explica el doctor Luis Busto Martín, urólogo, al que le sorprendió ver la publicación en la revista científica alemana, a la que está suscrito por haber desarrollado parte de su carrera profesional —una estancia de seis años en total— en el país germano.
¿Se acabó para siempre el tacto rectal?
«Lo que se concluye en estos metaanálisis con 83.000 pacientes analizados, es que el tacto rectal no aportaba demasiada información en el diagnóstico inicial», introduce el especialista. Esto ha hecho que la sociedad alemana de urología haya optado ya por descartar este método, inocuo, pero poco sensible ante la mayoría de los tumores, que se suelen localizar en estadios poco avanzados —y por tanto poco detectables al tacto—. «Al ver que aporta poco, a partir de este mes de junio del 2025, la Sociedad Alemana de Urología, que a diferencia de la española sí emite recomendaciones para la práctica clínica basadas en la evidencia, va a eliminar el tacto rectal del arsenal de pruebas para el diagnóstico inicial. Es decir, a los pacientes que se reciban en consulta, se les hará una analítica de sangre que incluya la medición del PSA y con eso llegaría. Si ese medidor aparece alterado en los resultados, ahí se entraría en estudios más profundos.
Aclara el urólogo que esto «no significa que el tacto rectal vaya a desaparecer por completo, simplemente que parece que el camino inicial será el de dejar de hacérselo a todo aquel que pase por la consulta. Lo que se nos está diciendo desde el mundo científico es que, de forma global, ese método no te va a ayudar a diagnosticar más cánceres». No obstante, en el caso de que existan señales que hagan sospechar de la presencia de un cáncer de próstata, y dado a que el tacto rectal es inocuo y que «molesta, pero no duele» —en palabras de Luis Busto Martín— el tacto rectal «tiene significación para ver si tú tienes un nódulo avanzado o no, y es una prueba relativamente sencilla, que inocua, molesta, pero no duele, y que ante «un tumor un poco avanzado, sí que te puede dar una idea de cómo está. ¿Qué pasa? Que cuando es pequeño no lo notas». «La gran mayoría de la gente que te viene a la consulta para comprobar la afectación de su próstata suelen tener, por suerte, o tumores pequeños o ni siquiera tienen tumor. Esto pasa con la gran mayoría de ellos. Hay un porcentaje muy bajo que si tendrán un tumor palpable con el dedo, pero son la gran minoría», recalca Busto Martín.
Hasta la década de los noventa, cuando se incorporó a la cartera de servicios la posibilidad de utilizar el PSA como un marcador de cáncer de próstata a través de una analítica, el tacto rectal era un método de exploración importante. En la actualidad, ante la presencia de una analítica alterada, las resonancias magnéticas son ya el método de imagen que se está implantando en este tipo de pacientes, sustituyendo a las biopsias. El tacto rectal ha sido paulatinamente sustituido por técnicas más precisas que una exploración manual.
¿Sigue siendo el tacto rectal parte de la exploración inicial en España?
Acabar con el tacto rectal como primer método de cribado. Eso es lo que se han propuesto en Alemania, una técnica a la que ya han puesto fecha de caducidad, ¿pero qué está ocurriendo en la península?, ¿es un escenario realista que en la práctica clínica española se sigan estos pasos? Busto Martín asegura que el, salvo excepciones de riesgo especialmente alto por un componente genético o de cualquier otro tipo, ya no se realiza a las personas que pasan por su consulta tacto rectal alguno aunque reconoce que sigue siendo una práctica demasiado extendida, al menos según el aval de eficacia que le conceden los estudios científicos. «Se hace un poco por protocolo», reflexiona.
Otra cosa será que, tras una analítica, los niveles de PSA reflejen problemas. Entonces, el tacto rectal se realizará. Esté usted en España o en Alemania. Pero como reconoce el urólogo, la mayoría de sus colegas siguen realizando el tacto rectal incluso antes de que la analítica llegue al laboratorio. La pregunta es, ¿por qué?, ¿por tradición clínica?, ¿por curarse en salud?, ¿por si, finalmente aparece un tumor, que nadie pueda decir al profesional que no desplegó todo su arsenal diagnóstico —aunque la ciencia insista en que parte de esas armas no aporten apenas nada de información a la que agarrarnos? Los tiros parecen ir por ahí. «Esto es un poco así. Hay uno de cada mil tumores de próstata que son tumores raros. Ya sea porque no producen PSA; ya sea porque no son de la estirpe típica de la adenocarcinoma de próstata. Son cánceres que crecen y la gran mayoría de tienen un 50% de probabilidad de metástasis de inicio. Es cierto que estos tumores solamente los vas a diagnosticar palpándolos, no por el PSA. Pero la realidad, lamentablemente, es que en la gran mayoría de estos tumores, el diagnóstico inicial ya es incurable. Son tumores muy agresivos y es algo en lo que los estudios también se han centrado; en hasta qué punto vas a poder ofrecer un tratamiento curativo o no. Al final, a estos pacientes, sean identificados por el PSA, con un tacto rectal o por cualquier otro método, no los vas a curar. El tacto rectal no te va a brindar más éxito en estos casos. Para la gran mayoría de los tumores tumores de próstata, hablamos de más del 99%, sí se puede aplicar esto de lo que estamos hablando», relata el doctor.

El pragmatismo alemán, el método británico y la realidad gallega
Dice Luis Busto que esta decisión de renunciar al tacto real que se ha tomado en Alemania responde «al pragmatismo» cultural propio del país centroeuropeo. Apasionado de su especialidad, es conocedor de cómo otros países han actuado con respecto al cribado del cáncer de próstata y nos lleva a la realidad de las islas británicas: «En Inglaterra no se hace el screening del cáncer de próstata. O lo pides tú, o no te lo van a mirar. ¿Cuál es el resultado de esto? Pues que se topan con mucha gente con una metástasis de inicio. Es lógico si no existe el cribado y hay un número importante de personas que fallecen alrededor de los cincuenta años porque nadie les ha mirado, ¿pero por qué? Pues porque han concluido que, como es un tipo de cáncer mata poco, determinan que ni el PSA ni el tacto rectal salvan muchas vidas. Y, en base a esto, no lo hacen», comenta Bustos.
A diferencia de otro tipo de patologías oncológicas como el cáncer colorrectal, los urólogos no han detectado un aumento de la incidencia de este cáncer en pacientes jóvenes. «Lo que sí se está viendo es un aumento de incidencia en gente ya con edades superiores a los 75 años. Son pacientes que tienen un buen estado de salud y con ellos se parte de la premisa de que, como es un tumor muy frecuente y con letalidad baja, la teoría es que te permite tener entre diez y quince años de esperanza de vida en base a las medias poblacionales que es de casi 83 años. El problema es que, según los libros, a partir de cierta edad el beneficio de ir a chequear el riesgo de un cáncer de próstata es bajo. Esto, claro, según los libros. Pero la realidad que vemos es que hay mucha gente de 75 o 76 años que están estupendamente y que podrían llegar a los 100 años. Pero si no manejamos estos diagnósticos de forma curativa, no van a llegan a esa edad», analiza el profesional. Es uno de los abordajes que quedan por discutir sobre una patología sobre la que,y esto los alemanes lo tienen claro, ya no compensa utilizar las manos para detectar tumores en un screening inicial. Todo esto, según indica la ciencia, que es la que suele marcar el camino.